En tiempo de campaña electoral, quizá la más reñida de su historia, hay una polémica de campaña que domina la conversación. Nos referimos a la decadencia de Estados Unidos. Los candidatos presidenciales hablan del declive desde el comienzo de la campaña. Es algo que estuvo en el centro del debate de junio de 2024 entre el expresidente Donald Trump y el presidente Joe Biden. “En todo el mundo, ya no somos respetados como país”, dijo Trump, como lo ha hecho repetidamente. Luego continuó diciendo que si Estados Unidos tuviera un presidente que Vladimir Putin respetara, “nunca habría invadido Ucrania”. Trump dijo que “se ríen de nosotros” y que “la reputación de Estados Unidos bajo el liderazgo de este hombre es horrible”. Biden respondió a la evocadora declaración de Trump con el argumento de que Estados Unidos tiene “el mejor ejército de la historia del mundo” y que sigue siendo muy respetado en el extranjero.
Más allá de la disputa, los ciudadanos de a pie lo tienen claro. Todos coinciden en que su país atraviesa un periodo de decadencia cultural y económica, según la última encuesta de Convention of States Action/Trafalgar Group. La mayoría, el 72,5 por ciento, respondió de manera afirmativa. Otro 21,6 por ciento creía que no, y el 5,9 por ciento no estaba seguro. Aunque suene extraño, responder de forma afirmativa no depende tanto del partido al que votes: el 91,7 por ciento de los republicanos, el 71,5 por ciento de los independientes y el 50,7 por ciento de los demócratas cree que Estados Unidos retrocede en vez de avanzar.
Los activistas rechazan cualquier legado del pasado, sugiriendo que no hay ningún rasgo redentor
La encuesta también revela el creciente antielitismo de los habitantes del país. Cuando se les preguntó quién está mejor preparado para revertir este estado de decadencia, una mayoría de los participantes, el 80,6 por ciento, respondió “los estadounidenses comunes”, en oposición al 19,4 por ciento que respondió “los funcionarios electos”. Una vez más, hay consenso bipartidista: el 72,1 por ciento de los demócratas, el 80,7 por ciento de los republicanos y el 87,5 por ciento de los independientes coinciden en que los “estadounidenses comunes” son los mejor equipados para detener y revertir el declive.
Tendencia en el debate académico
Los resultados coinciden con una pequeña avalancha de novedades editoriales que también señalan esta decadencia, por ejemplo The War Against the Past: Why the West Must Fight For Its History (La guerra contra el pasado: por qué Occidente debe luchar por su historia) , donde el académico Frank Furedi explora lo que el considera un "giro anticivilizatorio" y explica por qué es tan peligroso. "Desde los años 70, se ha producido un proceso acumulativo por el que la sociedad occidental –en particular en el mundo angloamericano– se ha distanciado cada vez más de su propio pasado. Por supuesto, siempre ha existido una tendencia a criticar la historia, pero desde principios de los años 80, las élites culturales y políticas rara vez se han resistido a esos ataques", explicó a la revista Spiked.
¿Cómo se produce este proceso? "Comenzó como un ataque bastante específico y dirigido a cuestiones como la esclavitud en Estados Unidos o cómo se comportó el Imperio Británico en el siglo XIX o principios del XX. Luego, de repente, todas las dimensiones de la experiencia occidental se volvieron tóxicas. Es casi como si los activistas estuvieran tratando de poner en cuarentena ese legado del pasado, sugiriendo que no hay ningún rasgo redentor, que esta es una historia de vergüenza. Obviamente, eso se intensificó en 2020, pero se ha hecho esperar. El terreno se había preparado para eso durante la década anterior", añade.
"Históricamente, el establishment podría haber defendido la importancia de preservar su legado y tomarlo en serio. Ahora, incluso las élites están cada vez más desencantadas y alejadas de la historia. Lo que tenemos es una guerra unilateral contra el pasado con muy poca resistencia", remata.
El demógrafo e historiador francés Emmanuel Todd predijo en La caída final (1975) la desaparición de la Unión Soviética debido al aumento de la tasa de mortalidad. Desde entonces, ha planteado muchas otras vías de decadencia que son más controvertidas, pero al menos acertó en el caso del imperio comunista.
Su nuevo libro, La derrota de Occidente (Akal), vaticina lo mismo para Estados Unidos. "El protestantismo, que en gran medida hizo económicamente fuerte a Occidente, ha muerto. Se ha llegado a un 'estado cero' de esta matriz religiosa. Este declive ha hecho que EE. UU.no sea ya ni moral ni racional, sino nihilista, lo que le lleva a cultivar la violencia. La elección de Trump, campeón de la vulgaridad, seguida de la de Biden, campeón de la senilidad, habrá sido la apoteosis de este estado cero”. Todo esto sin olvidar otros factores, como la crisis industrial de Occidente, el fin del Estado nación, o el fin de la meritocracia, con las paradójicas desigualdades en educación origen de tantas diferencias sociales, explica en su libro.
jvc.es
los imperios duran la mitad del precedente. en el caso de ee. uu., apenas 50 años, flor de un día.
Ojeador
Nunca, lo de USA fue la cultura, sino los conocimientos enfocados a los beneficios. Y sí: van -en todo- cuesta abajo y sin frenos. Creo que serán el imperio más corto de la historia.
nataliany
Lo dicen porque fabrican toda la cultura que hacen tragar a sus provincias imperiales? ó en comparación con el auge cultural de la pujante Europa?
ma
China se ha comido a occidente con patatas, porque económicamente son más liberales , en muchos aspectos, que los estados socialdemócratas occidentales.
E1958
Los grandes imperios occidentales (imperio romano, español y británico) lo fueron porque aportaban algo nuevo a las sociedades que se incorporaban él y que lo hacían más por el atractivo de los avances políticos, económicos o religiosos que ofrecía el imperio que por la conquista militar. Todos ellos cayeron en el momento que dejaron de tener algo que ofrecer y perdieron su atractivo. A partir de ese momento ya sólo les quedaba la fuerza militar y la historia nos demuestra que esa fórmula tiene corto recorrido, sobre todo cuando la metrópoli del imperio es un pequeño país. La cultura angloamericana está en franca decadencia, las incoherencias y debilidades de su política internacional son evidentes, la economía se ha quedado rezagada adelantada por una China que crece cuatro veces más rápido y la división interna del país, gobernado por una élites absolutamente desconectadas de los ciudadanos, ha sumido a la nación americana en una polarización absolutamente paralizante. Sólo les queda el poder militar pero esa situación no es más que el principio del fin de todo imperio.
XaviLopez
Que hay una decadencia es indiscutible, pero no por una cuestión cultural concreta, sino por la división de sus ciudadanos. En la respuesta de si EEUU está retrocediendo, unos dirán que si por Trumo y otros por el wokismo en general. La conclusión es que un país retrocede cuando no tanto cuando no hay un consenso, sino cuando además sus ciudadanos están enfrentados y criminalizan a la otra mitad de sus compatriotas. Aquí sabemos bien cómo una región puede retroceder por esa causa. Tenemos el ejemplo de Cataluña o de España entera. “Tiempos difíciles, hacen hombres fuertes. Hombres fuertes hacen tiempos buenos. Buenos tiempos hacen hombres débiles. Hombres débiles hacen tiempos difíciles”.
sergioabelleira
El pescado comienza a pudrir por la cabeza, efectivamente. La universidades yankis están infectadas de wokismo y fomentan el autoodio, el nihilismo y, en general, la demolición del sistema de valores que ha hecho grande a esa nación. Así es muy difícil evitar la decadencia. Y, curiosamente, la reacción contra todo eso está surgiendo en las clases medias y medias-bajas. Ahí bebe Trump cuando invoca a esa América idealizada que se les va por el sumidero.
Norne Gaest
Estados Unidos tiene decadencia cultural, no económica. Furedi es agudo al escribir sobre el abandono del propio pasado o de hacer una lectura en clave negativa de su historia, sin reconocer sus aportaciones y logros, que son muchos (por ejemplo, su constitución liberal y separación de poderes, su lucha contra el comunismo y el fascismo en el mundo, su espacio de libertad para las vanguardias y disidentes del mundo mundial, el estímulo de la competitividad y la libre empresa, etc.). Furedi ya advierte de ello en su libro "Que está pasando en la Universidad". Crítica su infantilización, sentimentalización y persecución del pensamiento crítico, disidente, uno de cuyos precipitados es el fenómeno woke, decidida y estúpidamente anti occidental. Y esta decadencia no solo de los Estados Unidos, sino de Europa también. Por tanto de España. La cobardía y el parasitismo de las élites políticas, económicas y culturales occidentales (véase el artículo de Jesús Cacho sobre las élites burocráticas de Bruselas, que alimentan los socialistas y los populares), añadido al progresismo que encubre los socialismos y anarquismos de antaño, más la invasión inmigratoria de gente de culturas opuestas, sobre todo islámicas, son otras fuerzas disolventes que están erosionando y probablemente acabarán con nuestro oasis civilizatorio.. Como luego los medios de comunicación rematan la jugada calificando, cual papagayos, como ultraderecha a las fuerzas que se resisten, e incluso los criminalizan y persiguen (como el sujeto apellidado Starmer premier británico) pues pocas esperanzas nos dejan.
jvc.es
los imperios duran la mitad del precedente. en el caso de ee. uu., apenas 50 años, flor de un día.
Ojeador
Nunca, lo de USA fue la cultura, sino los conocimientos enfocados a los beneficios. Y sí: van -en todo- cuesta abajo y sin frenos. Creo que serán el imperio más corto de la historia.
nataliany
Lo dicen porque fabrican toda la cultura que hacen tragar a sus provincias imperiales? ó en comparación con el auge cultural de la pujante Europa?
ma
China se ha comido a occidente con patatas, porque económicamente son más liberales , en muchos aspectos, que los estados socialdemócratas occidentales.
E1958
Los grandes imperios occidentales (imperio romano, español y británico) lo fueron porque aportaban algo nuevo a las sociedades que se incorporaban él y que lo hacían más por el atractivo de los avances políticos, económicos o religiosos que ofrecía el imperio que por la conquista militar. Todos ellos cayeron en el momento que dejaron de tener algo que ofrecer y perdieron su atractivo. A partir de ese momento ya sólo les quedaba la fuerza militar y la historia nos demuestra que esa fórmula tiene corto recorrido, sobre todo cuando la metrópoli del imperio es un pequeño país. La cultura angloamericana está en franca decadencia, las incoherencias y debilidades de su política internacional son evidentes, la economía se ha quedado rezagada adelantada por una China que crece cuatro veces más rápido y la división interna del país, gobernado por una élites absolutamente desconectadas de los ciudadanos, ha sumido a la nación americana en una polarización absolutamente paralizante. Sólo les queda el poder militar pero esa situación no es más que el principio del fin de todo imperio.
XaviLopez
Que hay una decadencia es indiscutible, pero no por una cuestión cultural concreta, sino por la división de sus ciudadanos. En la respuesta de si EEUU está retrocediendo, unos dirán que si por Trumo y otros por el wokismo en general. La conclusión es que un país retrocede cuando no tanto cuando no hay un consenso, sino cuando además sus ciudadanos están enfrentados y criminalizan a la otra mitad de sus compatriotas. Aquí sabemos bien cómo una región puede retroceder por esa causa. Tenemos el ejemplo de Cataluña o de España entera. “Tiempos difíciles, hacen hombres fuertes. Hombres fuertes hacen tiempos buenos. Buenos tiempos hacen hombres débiles. Hombres débiles hacen tiempos difíciles”.
sergioabelleira
El pescado comienza a pudrir por la cabeza, efectivamente. La universidades yankis están infectadas de wokismo y fomentan el autoodio, el nihilismo y, en general, la demolición del sistema de valores que ha hecho grande a esa nación. Así es muy difícil evitar la decadencia. Y, curiosamente, la reacción contra todo eso está surgiendo en las clases medias y medias-bajas. Ahí bebe Trump cuando invoca a esa América idealizada que se les va por el sumidero.
Norne Gaest
Estados Unidos tiene decadencia cultural, no económica. Furedi es agudo al escribir sobre el abandono del propio pasado o de hacer una lectura en clave negativa de su historia, sin reconocer sus aportaciones y logros, que son muchos (por ejemplo, su constitución liberal y separación de poderes, su lucha contra el comunismo y el fascismo en el mundo, su espacio de libertad para las vanguardias y disidentes del mundo mundial, el estímulo de la competitividad y la libre empresa, etc.). Furedi ya advierte de ello en su libro "Que está pasando en la Universidad". Crítica su infantilización, sentimentalización y persecución del pensamiento crítico, disidente, uno de cuyos precipitados es el fenómeno woke, decidida y estúpidamente anti occidental. Y esta decadencia no solo de los Estados Unidos, sino de Europa también. Por tanto de España. La cobardía y el parasitismo de las élites políticas, económicas y culturales occidentales (véase el artículo de Jesús Cacho sobre las élites burocráticas de Bruselas, que alimentan los socialistas y los populares), añadido al progresismo que encubre los socialismos y anarquismos de antaño, más la invasión inmigratoria de gente de culturas opuestas, sobre todo islámicas, son otras fuerzas disolventes que están erosionando y probablemente acabarán con nuestro oasis civilizatorio.. Como luego los medios de comunicación rematan la jugada calificando, cual papagayos, como ultraderecha a las fuerzas que se resisten, e incluso los criminalizan y persiguen (como el sujeto apellidado Starmer premier británico) pues pocas esperanzas nos dejan.