Es el premio más importante que se concede a los escritores iberoamericanos. Creado en 1975 por el Ministerio de Cultura de España, el Premio Cervantes reconoce la trayectoria de un autor que con el conjunto de su obra haya contribuido a enriquecer el legado literario hispano. El 23 de abril, día en que se conmemora oficialmente la muerte de Miguel Cervantes, se hace acto de entrega en una ceremonia en la Universidad de Alcalá de Henares presidida por los reyes de España.
Este jueves el ministerio de Educación, Cultura y Deportes anunciará el nombre del escritor, o en ese caso escritora, que tome el testigo de Eduardo Mendoza (Barcelona, 1943). Ya suenan candidatos en las quinielas literarias. Siguiendo la alternancia acostumbrada que distingue a un autor español y uno hispanoamericano, en esta ocasión tocaría cruzar el Atlántico.
El autor Sergio Ramírez suena con insistencia como posible galardonado. Tras un largo exilio voluntario en Costa Rica y Alemania, Ramírez abandonó por un tiempo su carrera literaria para incorporarse a la revolución sandinista que derrocó a la dictadura de Atanasio Somoza. Apoyó al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) y formó parte de la Junta de Gobierno de Reconstrucción Nacional. En 1984 fue elegido como vicepresidente de Nicaragua como compañero de fórmula de Daniel Ortega, con quien se mostró muy crítico.
Retomó la escritura con la novela Castigo divino (1988), que obtuvo el Premio Dashiel Hammet en España, y la siguiente, Un baile de máscaras, ganó el Premio Laure Bataillon a la mejor novela extranjera traducida en Francia en 1998. Ese año gana el Alfaguara de Novela 1998 con Margarita, está linda la mar. Ha publicado sus Cuentos completos (1998); Mentiras verdaderas (ensayos sobre la creación literaria, 2001); los volúmenes de cuentos Catalina y Catalina (2001), El reino animal (2007) y Flores oscuras(2013); así como las novelas Sombras nada más (2002), Mil y una muertes(2005), El cielo llora por mí (2008), La fugitiva (2011) y Flores oscuras (2013).
Pero otros nombres también suenan entre las apuestas de esta edición del premio. El poeta venezolano Rafael Cadenas aparece una vez más entre los posibles ganadores. De Conseguirlo, se convertiría en el primer venezolano en recibir el Premio Cervantes. Sin embargo, convendría hacer un repaso a la historia del premio, algunos de sus hitos y momentos clave, para sacar en claro cuánto de estas quinielas podrían ser cierto... o no.
¿Quién fue el primero en recibirlo? ¿Cuál fue el discurso más corto? ¿Quién lidera el palmarés?
El criterio regional pesa. Sin duda, así que la lógica de un autor hispanomericano cobra peso. La primera ceremonia de entrega fue la más breve de todas, entonces correspondió el turno al vallisoletano Jorge Guillén. Y aunque el premio ha sido concedido, en términos globales, de forma equitativa (20 autores provenientes de América Latina y 20 españoles) hay cifras que matizan la estadística. El podio se lo disputan mexicanos y argentinos, y entre los españoles, los catalanes y andaluces. Pero hay más: en dos ocasiones un mismo autor declinó la distinción y uno que otro denostó públicamente del premio. He aquí cinco datos del Premio Cervantes que conviene recordar.
- La primera y más breve ceremonia, la de Jorge Guillén. El primero en recibir el premio de Literatura en Lengua Castellana “Miguel de Cervantes” fue el poeta del Generación del 27, Jorge Guillén. Fue concedido en 1976 y la ceremonia de entrega, la más breve que se recuerda, ocurrió el 23 de abril de 1977. El premio, convocado por el Ministerio de Información y Turismo estaba dotado entonces con cinco millones de pesetas. Al acto no acudió el Ministro de Cultura, lo entregó entonces Miguel Cruz Hernández, director general de Cultura Popular. Guillén viajó expresamente a España para recibirlo, ya que vivía en Estados Unidos desde el final de la guerra civil. La candidatura de Jorge Guillén fue presentada por la Real Academia Española y por la Academia Argentina de Letras. Aquella ceremonia, por tratarse de la primera, no tuvo ni el más mínimo atisbo del protocolo actual. Cuando llegó la hora de su discurso, Jorge Guillén declinó hacerlo de pie ante un micrófono. Subió al viejo púlpito en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares y desde allí pronunció unas breves palabras. "Gratísima sorpresa, y, más aún, en este siglo que nos ha tocado gozar y padecer. Todos los oráculos coinciden: la historia desemboca en una realidad que se reduce a dos culminaciones: economía y política. El resto -bien nos lo han repetido- queda al margen, en posición subalterna de 'escasa realidad'. Así vivimos: entre las furias de los negocios y las furias de los poderes. Sin embargo, en la sociedad actual se mantienen todavía instituciones generosas que prestan atención a este precario resto: ciencias, artes, espiritualidad", dijo en un discurso correcto, sin alusiones mayormente políticas. Casi una década después le fue concedido el título de Académico de honor de la Real Academia (España), en 1978.
- Los más premiados: mexicanos, andaluces y catalanes. El palmarés ha quedado democráticamente repartido a ambos lados del Atlántico: 20 escritores españoles y otros 20 hispanoamericanos. Pero en esa aparente equidad, algunos reinan sobre otros. México ocupa el podio latinoamericano como el país con más escritores reconocidos: el primero de ellos, Octavio Paz, en 1981, así como Carlos Fuentes (1987), Sergio Pitol (2005), José Emilio Pacheco (2009), Elena Poniatowska y Fernando Del Paso (2015). Disputado claro, con los argentinos, que pierden por un autor pues tiene cuatro: Borges (1979), Ernesto Sábato (1984), Bioy Casares (1990) y Juan Gelman (2007). Entre los españoles empatan los escritores andaluces y catalanes. Del primer grupo: los granadinos Luis Rosales (1982) y Francisco Ayala (1991), la malagueña María Zambrano (1988) y el jerezano Caballero Bonald (2012). Del segundo, los barceloneses Juan Marsé (2008), Ana María Matute (2010), Juan Goytisolo (2014) y Eduardo Mendoza (2016). En sus últimos años, el Cervantes ha hecho énfasis en los catalanes.
- Un premio masculino. La simetría regional, repartida a ambos lados entre Españoles y latinoamericanos, se estropea al cambiar de coordenada al constatar que de esos cuarenta premiados, 36 son hombres y apenas 4 son mujeres. La primera en recibirlo fue María Zambrano, en 1988; le siguió la cubana Dulce María Loynaz, en 1992; Ana María Matute, en 2010 y Elena Poniatowska, en 2013. No es el único galardón con tan evidente disparidad, incluso teniendo muchas menos ediciones. En los 115 años de historia de los galardones, otorgados por la Real Academia Sueca de Ciencias, la Academia Sueca, el Instituto Karolinska y el Comité Noruego del Nobel,solo 49 mujeres han conseguido el galardón frente a 833 hombres. De ese total, apenas 14 escritoras han recibido el reconocimiento. La primera fue la chilena Gabriela Mistral, logró el Nobel de Literatura y lo hizo en 1945. Le siguieron, entre algunas de ellas, Nelly Sachs (1966), la sudafricana de origen judío Nadine Gordimer (1991), Toni Morrison fue la segunda estadounidense en recibirlo (1993), la poetisa polaca Wislawa Szymborska (1996), la austríaca Elfriede Jelinek (2004), la británica Doris Lessing (2007), la rumanoalemana Herta Müller (2009), la canadiense Alice Munro (2014) y la periodista bielorrusa Svetlana Alexiévich (2015).
- Dos plantones... ¡del mismo autor! El Nobel colombiano Gabriel García Márquez no figura en la lista de los premiados. ¿Por qué? García Márquez se negó a aceptarlo en dos ocasiones. La primera en 1994 –fecha en que se lo concedieron el premio a Mario Vargas Llosa-, y luego en 1997. Acaso por modestia o justamente por lo contrario, el autor de Cien años de soledad comunicó su decisión por escrito a los miembros del jurado: "Pienso que una vez que un escritor recibe el Nobel, debe dejar el camino abierto a los más jóvenes para que consigan otros premios", dijo el colombiano exactamente 12 años después de recibir el Nobel de Literatura. Sin duda, la impuntualidad parecía intencionada. En 1997, García Márquez se vio obligado a repetir argumentos, también por escrito. Camilo José Cela también tuvo algunos recelos. Como García Márquez, el autor de La colmena tenía el mayor de los premios que puede ansiar un autor, el Nobel, y sin embargo, una espina le emponzoñaba el humor con el Cervantes, ya que no se le había concedido. En 1994, cuando ganó el Planeta con La cruz de San Andrés, dijo que el Cervantes era 'un premio cubierto de mierda'. Se lo dieron en 1995. Al año siguiente, en la ceremonia de entrega celebrada el 23 de abril en Alcalá de Henares, ninguno de los autores premiados en ediciones anteriores se presentó.
- Un premio que no se podía compartir, ¡hasta que llegó Borges! El Premio Cervantes no puede ser dividido, declarado desierto o ser concedido a título póstumo, según las normas que se establecieron después de que en la edición de 1979 el jurado acordara conceder el premio al español Gerardo Diego y al argentino Jorge Luis Borges. Según la dinámica establecida, los candidatos son propuestos por el pleno de la Real Academia Española, por las Academias de la Lengua de los países de habla hispana y por los ganadores de ediciones anteriores. El premio, que está dotado con 125.000 euros, se entrega en un solemne acto, presidido por los Reyes de España, en el Paraninfo de la Universidad de Alcalá de Henares el 23 de abril, Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor, fecha en que se conmemora el fallecimiento de Miguel de Cervantes.