La Academia de Hollywood puede darse un respiro. Cada año desde hace cinco conseguía el peor dato de audiencia -desde 2014-, pero la 91ª edición de los Premios Oscar celebrada el pasado domingo ha experimentado un incremento del 12% en EEUU respecto al pasado año, según Nielsen.
Los Oscar tenían un reto claro, recuperar la audiencia que se ha ido perdiendo en la última década, y parece que algo han conseguido. Frente a los 26,5 millones de espectadores que se congregaron frente a la pantalla en la pasada edición, este 2019 las estatuillas han sido seguidas en vivo por 29,7%.
No es un dato para tirar cohetes, pero lo cierto es que tras años de desplome, esta cifra da un margen a la organización.
La 90ª ceremonia de los premios de Hollywood registró el peor dato de su historia. Una audiencia incluso por debajo de la menor audiencia obtenida hasta el momento, la del año 2008. De la mano del cómico estadounidense Jon Stewart, la gala solo conquistó a 31,2 millones de espectadores -una cifra que observando los últimos datos era considerable-.
La celebración de esta nueva edición se ha desarrollado envuelta en un ambiente tenso. Quien fue elegido para conducir la gala, el actor Kevin Hart, rechazó hacerlo tras publicar una serie de comentarios homófobos en las redes.
Además, la Academia trató de recuperar a al audiencia acortando la gala, sin embargo, el método para hacerlo no terminó de gustar a nadie. Propusieron entregar algunos de los premios durante la publicidad, algo que una cuarentena de cineastas como Quentin Tarantino, Martin Scorsese o Spike Lee calificaron de "insulto a la profesión".
Con la situación que ya existía, Hollywood no podía contar además con la crítica en contra de personalidades tan importantes del cine. En consecuencia, la organización se reunió, rectificó y aseguró que todos los premios se darían en directo.
Y así fue. Todas las estatuillas se entregaron en vivo y eso provocó que la gala durase tres horas y 13 minutos, 41 minutos menos que la del pasado año.
La mejor audiencia fue para Billy Crystal
Entre las audiencias destacadas de la historia de estas estatuillas, se encuentran la 66ª edición celebrada en 1994 y presentada por la actriz Whoopi Goldberg, con más de 46 millones de espectadores; un año después, en 1995 con más de 48 millones; o la del año 1998, en la que el Billy Crystal repetía pro segundo año consecutivo, en el que se alcanzó la astronómica cifra de 57 millones.
Este año, la ceremonia no ha estado conducida por un artista en concreto, han sido muchos los que han subido al escenario del Dolby Theatre de Los Ángeles (California). Entre ellos, los actores Chris Evans, Charlize Theron, Javier Bardem o Diego Luna o, incluso, el chef español José Andrés, que junto a Bardem realizó uno de los discursos más reivindicativos de la gala.
Se ha afirmado que ha sido una gala que se ha quedado en lo correcto, con falta de chispa, de crítica y de vuelta a la visión más tradicional
También hubo actuaciones, abrió la gala la banda Queen junto a Adam Lambert, que lograron levantar al público. Y la versión más íntima la pusieron Lady Gaga y Bradley Cooper, que interpretaron su 'Shallow', ganadora de un Oscar.
'Bohemian Rhpasody' dominó la gala
La última edición de los Premios Oscar la dominaron 'Bohemian Rhapsody', que se hizo con cuatro premios; 'Green Book', que ganó tres entre los que estuvo el de mejor película; y 'Roma', que también consiguió tres reconocimientos.
La gala, aunque ha conseguido recuperar un poco de aire en la carrera por la audiencia, también ha recibido críticas. Se ha dicho que la Academia ha castigado a Netflix, que tantos quebraderos de cabeza está dando a la industria del cine, arrebatando el Oscar a mejor filme a 'Roma', de Alfonso Cuarón.
Además, se ha afirmado que ha sido una gala que se ha quedado en lo correcto, con falta de chispa, de crítica y de vuelta a la visión más tradicional. No obstante, parece que a pesar de que se haya cuestionado el desarrollo de la ceremonia, un 12% más de espectadores han vuelto a confiar en Hollywood.