A mediados de la década de los 2000, el reguetón entró en la industria musical como un elefante en una cacharrería. Los videoclips estaban protagonizados por cuerpos mulatos alejados de los cánones de belleza anglosajona. No era algo forzado, ya que el género nace en los barios pobres de las capitales del Caribe, especialmente en Puerto Rico y Panamá. Uno de sus mayores pelotazos comerciales fue “Atrévete-te-te” (2005), del dúo Calle 13, donde describían el atractivo de los cuerpos femeninos abundantes: “Yo te lo juro de que por ley/ aquí 'toas' las boricuas saben karate/ ellas cocinan con salsa de tomate/ mojan el arroz con un poco de aguacate/ pa' cosechar nalgas de catorce quilates”, recitaba René “Residente” Pérez. En efecto, las boricuas (puertorriqueñas) estaban orgullosas de sus curvas y no se sometían a los estándares anoréxicos de las revistas ‘fashion’ occidentales.
Esta tendencia, totalmente saludable, está siendo contestada en los últimos tiempos. Lo puede comprobar cualquiera que haya visto el clip de “Caro”, de Bad Bunny, protagonizado por Jazmy Nejoy, una modelo de pecho plano, piel blanca y pelo rapado, que luce estilismo de revista de tendencias (uno de esos 'looks' andróginos, 'queer' y de 'género fluido' tan de moda en los últimos tiempos). La lógica del vídeoclip es muy perversa, ya que incluye un breve fragmento con una pasarela por donde desfilan modelos ancianas, con síndrome de Down y travestidas. Estamos ante una presunta celebración de la diversidad, cuando en realidad se está blanqueando un género musical donde las latinas siempre han tenido los papeles principales. Esta tendencia a la anglosajonización puede verse también en “Cama vacía”, video del superventas Ozuna, donde la protagonista es una actriz blanca y las bailarinas latinas solo reciben papeles de reparto. Más recientemente, el reguetonero colombiano Maluma protagonizó un anuncio de cerveza en el codiciado descanso de la Superbowl, donde aparecía bebiendo entre dos chicas anglosajonas, una morena y otra pelirroja. Maluma celebró el logro "importante para todos los artistas latinos", pero en el metraje no aparecen referentes de esa cultura por ningún lado. Solo un colombiano guapo en un ambiente de clase media donde se juega al golf y se queda a beber en un bar de postín.
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La alta costura 'perrea'
En el fondo, se está cumpliendo la vieja inercia de las industrias de la moda y la publicidad, cada vez más fusionadas. Se pretende que el ideal de belleza blanca siga siendo dominante en los medios de comunicación, dejando a las celebridades de piel oscura el papel de extras exóticos. Por ejemplo, en una campaña de la marca de alta costura Lanvin de 2011 se apostaba por el éxito reguetonero global “I know You Want Me (Calle Ocho)”, del cubano Pitbull, pero bailado por el tipo de modelos blancas y semianórexicas que son habituales en las pasarelas de París, Milán y Nueva York. Quien opine que la tesis es exagerada, debe recordar que estamos ante una batalla que ya ha sido librada en el pop comercial negro. Basta recordar la intensa polémica provocada en 2008 por las campañas de Beyoncé para L’Oreal, donde se acusó a la marca (https://elpais.com/elpais/2008/08/08/actualidad/1218178130_850215.html …) de blanquear la piel de la cantante en sus anuncios.
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La artista de trap Bad Gyal aludió a estos conflictos durante una entrevista en el programa de televisión El Bloque. “Me flipa cómo se habla de las mujeres en las letras de reguetón. Lo que yo veo, y después no valoramos, es que se describe a una mujer libre. Se la anima a que se comporte como quiera, aunque alguna de sus canciones están mal vistas en la sociedad. También se habla de que hay muchos tipos de cuerpos bonitos, no solo uno, mientras que quizá en la música pop blanca, no latina, no afroamericana, nos ha hecho quedarnos con un modelo de mujer que es mucho más opresor que el del reguetón, o de cualquier otro estilo”, señalaba en primavera de 2018. Por suerte, la existencia de estrellas femeninas del 'perreo' como Becky G. y Natti Natasha asegura que el protagonismo seguirá con las mujeres latinas.
Liberación musical femenina
A pesar del desprecio con el que fue recibido, el reguetón es un género rebosante de contradicciones estimulantes. La profesora de Historial Cultural Nahomi Galindo detalló algunas en el artículo 'Perreo, reggaeton y la libertad de las mujeres', que agitó el debate en 2012. Seleccionamos algunas frases: “La visibilidad femenina en los vídeos de reguetón es heteronormativa: las chicas suelen estar en segundo plano, como coristas o bailarinas, pero también hay letras que contienen elementos de resistencia, donde está implícita la libertad de las mujeres”. Un ejemplo rotundo es "Yo quiero bailar" (2003), la pieza más conocida de Ivy Queen, considerada reina del género. La letra deja pocas dudas: "Yo quiero bailar / tú quieres sudar / y pegarte a mí / el cuerpo lo sabe / yo te digo sí / tú me puedes provocar / eso no quiero decir / que pa’ la cama voy". Si a alguien le quedan dudas, se despejan dos versos más tarde: "Porque yo soy la que mando / soy la que te dice cuándo vamos al mambo”. Muchas otras letras sitúan a la mujer como cómplice y compañera de placer sexual. Para Galindo, “aunque siguen existiendo canciones misóginas, estas son parte de una gama amplia y a menudo contradictoria de temas, que incluyen la celebración de la libertad y la sexualidad de las mujeres".
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