En el año 2013, cuando la escritora Rosa Montero publicó 'La ridícula idea de no volver a verte' (Seix Barral), se habían cumplido cuatro de la muerte de su marido. La pérdida desembocó en un libro de recuerdos, memoria y biografía, la suya y la de la Premio Nobel Marie Curie, cuyos diarios leyó y trabajó para escribir lo que entonces quiso llamar una reflexión sobre la vida. Ahora, ese libro sube al escenario en la voz de una única actriz, María Luisa Borruel.
La versión teatral de 'La ridícula idea de no volver a verte' llega al teatro Fígaro de Madrid en una producción de la compañía Arán Dramática dirigida por Eugenio Amaya, autor también de la adaptación cinemaypgráfica. La obra estará en cartel en Madrid todos los martes de junio y los lunes de julio. Tras el preestreno, que tuvo lugar en la casa de cultura Luis Landero en Alburquerque, la obra ha tenido dos funciones previas en el teatro Fígaro de Madrid antes de su estreno, el 7 y el 21 de mayo. El pasado 24 de mayo se estrenó en Badajoz, en el teatro López de Ayala de Badajoz.
La perplejidad de la pérdida
La ridícula idea de no volver a verte sirve a la novelista para narrar las coincidencias y la perplejidad que causó en la científica la pérdida de su esposo. Escrito con una prosa personal, llena de hanshtangs como #Palabra o #hacerLoQueSeDebe, Rosa Montero quiso conquistar la serenidad a través de la palabra escrita, que en el escenario cobra especial peso con el monólogo de un único personaje, la escritora.
Rosa Montero quien esta obra hace de la escritura como un hogar más confortable y seguro, propone en este libro una serie de conflictos entre la propia libertad y el #hacerLoQueSeDebe y para ello se mira en el espejo de una mujer que, para llegar donde lo hizo, se dejó los huesos. “Hacer lo que se debe es una jaula obsesiva y compulsiva que termina siendo destructiva. Estoy intentando librarme de eso”.