Muchos de los grandes sellos aceleraron sus mejores libros para adelantarse a El laberinto de los espíritus, la novela del escritor Carlos Ruiz Zafón que cierra la saga de la Sombra del Viento y con la que Planeta pretende copar las novedades y listas superventas. Sin embargo, y por aquello de llevarle la contraria a las aplanadoras editoriales, convendría dar un repaso por las otras opciones de ficción y no ficción que se publican como novedades o que, incluso, tras unas semanas en las librerías siguen dando de qué hablar. Una de ellas es Patria, de Fernando Aramburu, la novela que el donostiarra dedica al terrorismo etarra y a los estragos que éste produjo en la vida de las personas. Aunque no es el primer libro de Aramburu sobre el tema –lo preceden Los peces de la amargura y Años lentos–, sí es la primera novela que dedica enteramente a aquel infierno. A lo largo de más de 500 páginas y a través de la vida de dos familias separadas por la enorme grieta que ETA ocasiona en sus vidas Aramburu levanta un mosaico hecho con las voces de víctimas y verdugos; valientes y cobardes; hombres y mujeres que comenzaron siendo niños y llegan a la vejez (y la adultez) escarmentados por la fractura que la violencia terrorista produjo. Este se perfila, sin duda, como firme candidato a libro del año, afirmación en la que coinciden la mayoría de lectores, críticos y libreros.
En lo que a novedad pura y dura respecta, este 3 de noviembre verá luz uno de los lanzamientos más esperados del último trimestre del año. Se trata de El espíritu de la ciencia ficción, el séptimo libro inédito de Roberto Bolaño y que el sello Alfaguara publica como parte de la biblioteca dedicada al autor en la que se incluirán los 21 libros del chileno. Es el primer libro del Premio Rómulo Gallegos que sale a la luz fuera del catálogo de Jorge Herralde y el sello Anagrama, que por cierto el próximo 7 de noviembre anunciará el ganador de su tradicional Premio Herralde de Novela. Volviendo sobre Bolaño, conviene dar dos grandes pinceladas: la primera, puede entenderse como una clave de lo que será la narrativa de bOlaño de los años noventa, especialmente de Los detectives salvajes –los jóvenes poetas que protagonizan la historia Jan Schrella y Remo Morán anticipan a Ulises Lima y Arturo Belano-. También en el apartado narrativa literaria, Seix Barral publica La bella Annabel Lee, la primera novela del Premio Nobel Kenzaburo Oé protagonizada por una mujer. En sus páginas, narra la historia de Sakura una actriz marcada por la interpretación que hizo del poema Annabel Lee, de Edgar Allan Poe, el rodaje de una nueva adaptación de una novela Michael Kohlhaas, terminará revelándole una experiencia trágica de su infancia que había borrado de la memoria. También está prevista la publicación, a final de mes, del volumen Historia de Irene, un tríptico de relatos del italiano Erri De Luca sobre la naturaleza del ser humano en circunstancias adversas.
Errata Naturae publica Leñador, del escritor Mike Wilson, en la que el autor narra la historia de un hombre que decide abandonarlo todo e irse al noroeste de Canadá, concretamente a los bosques del Yukón, una comunidad de leñadores radicalmente aislada del mundo, en donde intentará encontrar un sentido nuevo y radical para su vida. Inicia así una búsqueda, un verdadero experimento existencial, con el que descifrar lo que significa en última instancia estar vivo: ir al encuentro de un oso, un alce o un lobo; luchar por una supervivencia directa, natural, sin intelectualizaciones de ningún tipo. Según sus editores, este libro supone “un inverosímil relato de aventuras, un tratado de filosofía salvaje, una alucinante enciclopedia, un manual de supervivencia, un diario de viaje, una lección de ecología, una indagación sobre la naturaleza de la escritura y un experimento sobre los límites del conocimiento”.
En lo que a no ficción respecta, noviembre viene cargado de títulos. Libros del Asteroide publica Los años salvajes, el libro que ganó el Premio Pulitzer 2016 y en el que el periodista de The New Yorker, William Finnegan, relata su obsesión por el surf desplegándola cual gran historia de aventuras. Finnegan comenzó a hacer surf de pequeño en Hawái y California. En los años setenta, tras finalizar sus estudios universitarios, su pasión le llevó a dejarlo todo y emprender un viaje iniciático por Samoa, Indonesia, Fiyi, Java, Australia y Sudáfrica. Este precario y singular viaje, por tierras cada vez más salvajes, y en el que varias veces estuvo al borde de la muerte, terminó llevándolo de vuelta a su país, donde se convertiría en un reconocido escritor y corresponsal de guerra. En Estados Unidos, pese a su nuevo trabajo, su pasión por las olas se mantiene intacta: continúa su búsqueda de la ola perfecta -la más grande, la más rápida, la más peligrosa- en San Francisco, la Costa Este o Madeira. Una búsqueda incesante que es, también, la del sentido de su existencia.
La próxima semana, la colección Andanzas de Tusquets, publica Baile en el Kremlin y otras historias, de Curzio Malaparte, un magnífico volumen de relatos, novelas y crónicas . Todo se sitúa en el Moscú de los años 1930: la Revolución se ha aburguesado y los capitostes comunistas se divierten… antes de que se produzca el baño de sangre. Tras viajar a la capital soviética, Malaparte frecuenta las veladas elegantes de la Nomenklatura: se cruza con Bulgákov, con un Maiakovski desesperado, pero también con la hermana de Trotski o con la estrella del Bolshói, y por supuesto con Stalin, cuya sombra planea sobre las cabezas de todos. La nobleza marxista de la Unión Soviética —una sociedad de advenedizos y nuevos ricos— disfruta fastuosamente antes de la caída. Y tras los esbozos tomados del natural se esconde la aguda intuición del cronista político y del comentador de la Historia que es Malaparte, que capta enseguida lo grotesco y adivina el horror por venir. También el 7 de noviembre, el sello Crítica publica El sitio de Leningrado (1941-1944), de Michael Jones, un libro que arroja luz sobre el episodio histórico del sitio de Leningrado, que los alemanes mantuvieron durante 872 días, de septiembre de 1941 a enero de 1944, y que a día de hoy está considerado como uno de los hechos más heroicos de la segunda guerra mundial y al mismo tiempo uno de los asedios más terribles de la historia. Basándose en los testimonios de los supervivientes, el historiador británico compone un enorme mosaico de lo ocurrido entonces.
En una clave completamente distinta, el sello Tres hermanas celebra su primer aniversario con Las Mitford. Cartas entre seis hermanas, un libro con edición de Charlotte Mosley. Traducido por Andrés Barba y Carmen M. Cáceres, este libro reúne la correspondencia entre las seis hermanas Mitford, todavía inédita en español, un volumen que conforma no sólo el trazado de las vidas particulares de Nancy, Pamela, Diana, Unity, Jessica y Deborah, sino también un interesante retrato del siglo xx a través de los ojos de estas seis mujeres que, a pesar de sus diferencias ideológicas y sus distintas concepciones del mundo, siempre se mantuvieron unidas: Nancy, la famosa novelista; a Pamela, que fue feliz llevando una vida apartada y rural; Diana, que se enamoró de un fascista y no dudó en adoptar sus ideales; a Unity, cuya admiración hacia Hitler terminó en una impactante tragedia personal; a Jessica, viajera y socialista; y a la más pequeña, Deborah, que acabó convirtiéndose en la duquesa de Devonshire.
Entre sus novedades de no ficción Anagrama ofrece una nueva edición revisada de Senior Service, la biografía de Giangiacomo Feltrinelli –editor y creador de la editorial que lleva su nombre y otras empresas culturales–, escrita por su hijo Carlo Feltrinelli, que ha continuado y enriquecido su legado cultural. Asimismo, en su colección Crónicas, el crítico y experto en Arquitectura Llàtzer Moix, quien ya había publicado ensayos críticos en la materia como La ciudad de los arquitectos y Arquitectura milagrosa, presenta ahora Queríamos un Calatrava, un examen exhaustivo y crítico de la controvertida trayectoria del arquitecto español más internacional. En esta entrega, Moix se propone averiguar, detallar y exponer las causas de tal transformación. Con ese objetivo, Llàtzer Moix ha visitado algunas de las principales obras de dicho arquitecto, en Atenas, Malmö, Milwaukee, Nueva York, Venecia o Zúrich; también en diversas ciudades españolas, como Barcelona o Valencia. Tras hablar con los principales clientes del valenciano, Moix consigue algunas constantes: demoras, presupuestos multiplicados, renuncias sobre la marcha a rasgos definitorios de la obra, mantenimientos onerosos, incidencias varias y, a la postre, clientes inicialmente seducidos por el arquitecto que acabaron repudiándole e, incluso, dirimiendo sus diferencias con él en los juzgados. Calatrava es un profesional talentoso y singular, como acreditó en algunos de sus primeros trabajos y reconocen numerosos colegas. Pero su arquitectura presentada como un sueño ha revelado en no pocas ocasiones un envés de pesadilla.