El escritor Salman Rushdie ha afirmado este lunes que la literatura "no puede cambiar el mundo" y que "no se puede dar a la literatura, a la poesía y a la novela una fuerza y un poder que no tiene" en este mundo "de la mentira" donde predominan las "falsas narrativas". El escritor británico-estadounidense de origen indio (Mumbai, 1947), perseguido desde los años ochenta por el islamismo radical, ha alertado del peligro de la desinformación: "Putin dice que los ucranianos son nazis, y tenemos a Trump diciendo que las elecciones anteriores fueron un fraude, y hay muchos americanos que piensan que fue así y que le robaron las elecciones pasadas, y es una situación muy peligrosa", ha criticado el novelista durante un acto celebrado este lunes en el Ateneo de Madrid, donde ha conversado con el escritor Javier Cercas y la periodista Montserrat Domínguez con motivo de la promoción en España de su último libro de memorias Cuchillo (Meditaciones tras un intento de asesinato (Penguin Random House).
"Nos vemos en un mundo de falsas narrativas que se nos presentan y se nos inculcan, si te dedicas al relato hay que hacer algo al respecto y los novelistas a menudo acaban diciendo la verdad extrañamente", ha expresado entre risas Rushdie, a quien Javier Cercas ha calificado de "ironista".
En estas memorias, Rushdie describe su intento de asesinato, el 12 de agosto de 2022, cuando, con 75 años, participaba en una conferencia en el estado de Nueva York y 35 años después de que el ayatolá Ruhollah Jomeini, difunto líder iraní, emitiera una fetua o edicto pidiendo su muerte tras haber escrito 'Los versos satánicos' en 1988.
En Ucrania sí que se puede dar voz a aquellos que padecen la guerra
"Cambiar el mundo a través de la literatura no se puede, y mi editora en Londres dice que su error mayor fue descartar el libro de Jane Fonda. Es muy raro que un libro tenga un efecto directo en el hombre (...) Cuando nos vemos ante el horror y la atrocidad, ¿cómo puede la literatura afrontrarlo?", ha cuestionado.
Según el autor, esto es "muy difícil" y ha lamentado que ante "estas guerras (Ucrania y Palestina)" son muy "pocas las cosas útiles" que los creadores pueden hacer: "En Ucrania sí que se puede dar voz a aquellos que padecen la guerra, amplificar esas voces y eso es algo que los escritores pueden hacer para apoyar las víctimas".
Fetua contra Rushdie
La publicación de su cuarta novela Versos satánicos cambió para siempre la vida del escritor. Pronto la novela fue considerada como “blasfema” por los integristas musulmanes que organizaron manifestaciones, protestas y ataques a librerías y editoriales. A los pocos meses, el asunto Rushdie era ya un affaire internacional que se multiplicó exponencialmente tras la fetua lanzada por el ayatolá Jomeini. El líder político religioso emitió el edicto por el que pedía a todos los musulmanes del mundo el asesinato del británico: “Me gustaría informar a los orgullosos musulmanes del mundo que el autor del libro Los versos satánicos, que es contrario al islam, el profeta y el Corán, al igual que aquellos implicados en su publicación conscientes de su contenido, han sido sentenciados a muerte”, anunció Jomeiní el 14 de febrero de 1989. “Hago un llamamiento a todos los musulmanes celosos para que los ejecuten rápidamente, dondequiera que los encuentren, para que nadie se atreva a insultar al Islam nuevamente. Quien muera en este camino será considerado un mártir”, sentenció el líder religioso, quien además ofreció tres millones para el que consiguiera matar al escritor.
"El fanatismo excluye el humor"
Rushdie ha confirmado que, para él, "el fanatismo excluye el humor", por eso decidió utilizarlo en esta obra: "El humor es una respuesta frente al fanatismo porque es algo que el fanatismo no posee. Este libro que surgió a partir de un acto de fanatismo horrible y es un libro bastante divertido, no debería serlo, pero lo es. Me encanta el tono del libro, no es pesado, didáctico, es ligero, lleno de comedia, no son chistes ni bromas, sino humor".
Rushdie también ha repasado el tiempo que pasó en el hospital, al igual que lo hace en el libro, y ha recordado cómo cuando fue acuchillado por un hombre que estaba entre el público de un acto que protagonizaba escuchó una "voz" que le decía "no mueras, no te mueras". "Creo que esa fuerza vital que me hablaba me hizo superar la situación, es algo que quizá tengamos todos, un instinto de supervivencia del que quizá no seamos conscientes", ha añadido.
Con una vida "normal", aunque rodeado de grandes medidas de seguridad, el escritor ha explicado que se ha negado a hablar con el autor de su ataque porque pensó que le iba a contestar "una banalidad", así que optó por usar sus "dotes novelísticas".
Durante el acto ha confesado su adoración por Gabriel García Márquez, a quien no conoció pero con quien mantuvo una conversación telefónica; "García Márquez decía que no entendía inglés, pero yo creo que sí, y mi español era bastante malo, hablamos como pudimos, pero fue muy divertida", ha concluido.