Esa puta tan distinguida (Lumen). Esta no es sólo la más reciente novela de Juan Marsé. Es mucho más que una nueva entrega de ficción, acaso un chute para lectores sentimentales. ¿Por qué? Pues porque tiene la fuerza de una obra que siempre habla de lo mismo sin dejar de emocionar a quien la lee. Se trata de Esa puta tan distinguida (Lumen), una novela que, como toda la obra del catalán, está ambientada en Barcelona, esa ciudad que trajina entre la memoria y el olvido. Ambientada tras la guerra civil, Marsé vuelve a recorrer las estaciones de su obra, esas en la que cada uno de sus libros se ha detenido. Sí: posguerra, memoria, diferencia de clase. Y habrá quien diga, ¿otra vez? Sí y aun mejor que las anteriores: por esa corriente de desencanto que recorre el cableado de sus páginas. Tan solo el cuestionario supuestamente periodístico con el que el autor recibe al lector es un prodigio, una joya de esas que Marsé talla como Dios (sí, con mayúsculas). Esta novela coincide además con la reedición que ha hecho Seix Barral de Últimas tardes con Teresa, una novela emblemática de Marsé que ahora se publica con los trozos que la censura prohibió durante el franquismo.
Para celebrar los 20 años del héroe literario, Alfaguara publica Todo Alatriste, una edición especial ilustrada por Joan Mundet, numerada y firmada por su autor, que llegó a las librerías el 14 de abril. Escarmentado por la experiencia, Alatriste parece un trasunto de quien lo ha imaginado, alguien con muchas guerras impresas en la piel. "Alatriste es un héroe con fisuras. Es Ulises, no Aquiles. Es un hombre que debe de volver a casa después de matar, degollar... Por eso Alatriste ha funcionado tan bien, porque la gente puede intuir y experimentar lo que le ocurre. Ya ni los niños se creen el héroe Aquiles, sin fisuras”, ha dicho su autor -el escritor, periodista y académico de la RAE Arturo Pérez-Reverte-, sobre una saga que comenzó en 1996.
El apartado de literatura en lengua extranjera da de sí con lo nuevo de Claudio Magris, No procede (Anagrama). Para los entusiastas de Haruki Murakami Tusquets publica el volumen de relatos El elefante desaparece. Se suman además Pétronille (Anagrama), de Amélie Nothomb; El niño en la cima de la montaña (Salamandra), de John Boyne; Una niña está perdida en el s. XX (Seix Barral), de Gonçalo Tavares así como Diario de un vampiro en pijama (Reservoir), de Mathias Malzieu. El sello Debate edita Los muchachos de Zic. Voces soviéticas de la guerra de Afganistán, de la periodista bielorrusa y Nobel de Literatura 2015 Svetlana Alexiévich; en diciembre, Acantilado ya había publicado de la reportera El fin del Homo sovieticus. A esta lista se suma un nombre esencial: J. M. Coetzee. Aunque no sea una novela, el anuncio es mucho más que una buena noticia, ya que se trata de los volúmenes de crítica literaria Las manos de los maestros I y II (Literatura Random House) escritos por el Nobel.
Con motivo del centenario del nacimiento de la escritora Natalia Ginzburg, el sello lumen recupera Léxico familiar, la narración autobiográfica de los recuerdos de infancia y juventud de la escritora, capturados en retazos de conversaciones, en frases familiares e íntimas o en las charlas que los intelectuales del Turín de los años treinta, mientras comienza a alzarse el fantasma del fascismo. Lumen también recupera la que muchos han calificado como la mejor novela de Natalia Ginzburg, Todos nuestros ayeres. Sin embargo, el libro más hermoso de todos, el más urgente y luminoso son sus ensayos, publicados por primera vez en español.
Reunidos bajo el título Las tareas de la casa y otros relatos, Ginzburg retrata un mundo, imprimiéndolo en estampas mínimas. Desde el cubo de hielo en el vaso de agua de un psicoanalista en la Roma de la posguerra, pasando por el significado de las casas con jardines, la carta que Emili Dickynson escribió a un mundo que nunca le respondió o la conmovedora pregunta sobre la muerte de la novela a través de su afirmación total con Cien años de soledad. Estos ensayos alumbran, propician el llanto y el entendimiento, empujan a quien lee a un territorio de lo breve y lo íntimo, dan pistas de la mujer que es Ginzburg en cada una de sus novelas.
En la narrativa contemporánea escrita en español, hay varios títulos que merecen especial atención. Es el caso de Patricio Pron (Rosario, 1975). Conocido por sus elogiados libros El mundo sin las personas que lo afean y lo arruinan, El espíritu de mis padres sigue subiendo en la lluvia, y sus dos últimos títulos: Nosotros caminamos en sueños (Mondadori) y el ensayo El libro Tachado(Turner), regresa ahora con No derrames tus lágrimas por nadie que viva en estas calles (Literatura Random House). En sus páginas plantea temas que ya ha explorado en libros anteriores y en los que decide avanzar todavía más: la Historia y la culpa como lazos entre generaciones y los sucesos como una especie de herencia que condiciona a quienes la reciben pero también a quienes la entregan.
Entre los más jóvenes hay que citar Los idiotas prefieren la montaña, de Aloma Rodríguez (Zaragoza, 1983), un libro (editado por Xordica) que podría ser una novela o una entrega de prosa muy personal sobre el cantante, poeta y narrador Sergio Algora, que integró grupos como El Niño Gusano, Muy Poca Gente o La Costa Brava y que falleció poco antes de cumplir los 40 años. Es imposible atravesar Sant Jordi sin mencionar Rayos (Blackie Books), la última novela de Miqui Otero. Tras Hilo musical (Alpha Decay, 2010) y La cápsula del tiempo (Blackie Books, 2012), el barcelonés acomete el que –dice- es su libro más personal. En sus páginas retoma, con la intención de liquidarlos, aquellos que hasta ahora han sido sus temas esenciales. "En este libro hay una voluntad para cerrar el ciclo de mis novelas anteriores y que tiene que ver con la dificultad para hacerse adulto".
El apartado biografías tiene volúmenes especialmente interesantes. El cuarto centenario de la muerte de Miguel de Cervantes y William Shakespeare ha dejado ya en lo que va de año libros como la magnífica biografía de Jordi Gracia publicada con Taurus, hasta la recuperación que ha hecho DeBolsillo de una de las biografías referenciales de Shakespeare: El espejo de un hombre, de Stephen Greenblatt. Si de biografías se trata, aunque no de centenarios en este caso, hay que referir Roth desencadenado (Penguin Random House), publicada por la periodista Claudia Roth Pierpont en 2014 y traducida ahora al español. Aunque no es propiamente una biografía, podría decirse que casi. Se trata de El hombre de las dos patrias (Ediciones B), en cuyas páginas el escritor Javier Reverte cuenta un periplo por Argelia tras las huellas de Albert Camus, uno de sus escritores favoritos.
En esta selección urgente, hay que añadir un título más, uno escrito por una banda de músicos: Vetusta Morla. Tras la publicación en 2014 de La deriva, un disco que los embarcó en una gira de 22 meses por una decena de países de Europa y América, regresan con un libro bajo el brazo. Se trata de Memoria instantánea, un volumen publicado por el sello Temas de hoy con criterio y belleza. A mitad de camino entre el libro de autor y el objeto de colección, algo en este libro es simultáneo: poemario y bitácora, cuaderno de notas y gaveta. Memoria instantánea es, a su manera, una crónica sentimental de la gira, pero también de todo cuanto ocurre en los no-lugares. El libro reúne una selección de fotos polaroids hechas por Pucho, el cantante; textos que se comportan como poemas y que entran en el corazón del lector con la misma naturalidad de sus canciones… Pero hay más: desde el Decálogo del buen Vetusta –leed el patatismo ilustrado, aquello que emociona porque toca la patata, el corazón- hasta una Zona de Aduana. Hay humor, también ganas de llegar y ganas de regresar. Para los seguidores de Vetusta Morla es un libro de colección. Sin embargo, a aquellos que encuentran belleza y sustancia en la música de la banda, disfrutarán de Retrovisores (Bandaáparte) el primer poemario de Guillermo Galván, el guitarrista (y letrista) de Vetusta Morla.