Cultura

Santiago Segura: "Soy fan del debate pero me deprimen los insultos, así que a veces me reprimo"

El productor, director y actor Santiago Segura conoce la fórmula del éxito como nadie y en los últimos años ha recurrido a una receta que no falla: la comedia familiar.

El productor, director y actor Santiago Segura conoce la fórmula del éxito como nadie y en los últimos años ha recurrido a una receta que no falla: la comedia familiar. Tras el éxito de la saga de Torrente, probó suerte en el terreno de la risa para todos los públicos con Padre no hay más que uno y Padre no hay más que uno 2 y triunfó. Mientras que la primera fue la película más taquillera en 2019, con 14,2 millones de euros de recaudación y y 2,5 millones de espectadores, la segunda se estrenó en el verano de la pandemia con excelente resultado: 13 millones de euros y 2,3 millones de espectadores, a la cabeza en el año más difícil para los cines, según datos del Ministerio de Cultura y Deporte.

Segura (Madrid, 1965) ha manifestado alguna vez que gracias a las comedias dirigidas a toda la familia puede llevar a los cines al doble de espectadores. Por este motivo, y para poder ver estas películas con sus dos hijas, según ha contado en una entrevista a Vozpópuli, vuelve al género con la comedia '¡A todo tren! Destino Asturias', una pesadilla en clave de humor que llega este jueves a las salas españolas dispuesta a reventar la taquilla y que cuenta con un reparto repleto de caras conocidas: Paz Vega, Leo Harlem, Joaquín Reyes, Florentino Fernández "Flo" o Cristina Pedroche, entre otros rostros.

En esta película, una adaptación de la comedia francesa Attention au départ! (2019), Santiago Segura y Leo Harlem dan vida a un padre y a un abuelo encargados de llevar a su hijo y a sus amigos en tren a un campamento en Asturias, pero una serie de contratiempos les impiden subir al tren. En una carrera contrarreloj por la geografía española, esta pareja cómica, que repite por cuarta vez en la gran pantalla, tendrá que sobrevivir a todo tipo de aventuras, al tiempo que los niños compiten en el tren por llevar a cabo la mayor de las travesuras.

Pregunta: 'A todo tren' es una película gamberra y familiar que hace comedia de una pesadilla. ¿Cómo te gusta describirla?

Respuesta: Así esta bien, pues en cierto modo es la pesadilla de cualquier padre, perder a sus hijos. Por suerte, las “tragedias” y vicisitudes de los personajes suelen ser las risas de los espectadores. 

En la película te ríes de esa sobreprotección y de ciertas obsesiones de los padres en la actualidad. ¿Crees que se ha exagerado la crianza y que se ha metido a los niños en burbujas de cristal?

Un poco quizás. Pero nadie te enseña a ser padre, intentas hacerlo lo mejor posible y al final te puede pasar como a mi madre, que un día me pidió perdón por como me había educado, que había hecho lo que había podido. Me provocó una gran ternura y le dije que podía estar tranquila, que para mí era la mejor madre del mundo, pues lo había dado todo.

¿Has pensado en qué puede pasar con esta sobreprotección en el futuro?

Pues no me ha dado por pensarlo demasiado, pues si lo piensas un poco quizás te plantees incluso, si con lo que estamos haciendo en el planeta podemos esperar que haya un futuro 

Estamos en un momento especialmente susceptible, pero nos toca a los que vivimos de la risa seguir intentando, sin traspasar la famosa línea, acercarnos lo más posible, hasta casi pisar esa imaginaria frontera que marca los límites del humor"

El personaje de Leo Harlem es abiertamente machista -entre otras cosas- y no dudas en incluir un chiste al respecto en una escena con Cristina Pedroche. ¿Temes que en estos tiempos este tipo de bromas no sienten bien? 

Me daría mucha pena si a alguien le pudiese sentar mal, pero el cine es un reflejo de la realidad y por desgracia hay muchos elementos retrógrados como el personaje de Leo en nuestra sociedad. No creo que el machismo pueda erradicarse ocultándolo, o haciendo ver que no existe.

¿Crees que ha cambiado el contexto en la comedia a mayor velocidad que en otros géneros y que existe una susceptibilidad difícil de salvar en ocasiones?

Creo que sí, que estamos en un momento especialmente susceptible, pero nos toca a los que vivimos de la risa seguir intentando, sin traspasar la famosa línea, acercarnos lo más posible, hasta casi pisar esa imaginaria frontera que marca los límites del humor.

Se habla mucho de la "cultura de la cancelación". Hay quien ve en ciertos boicots una reacción acertada o merecida y quien considera estas respuestas una forma de radicalismo. ¿Qué te sugiere a ti? ¿Has evitado hacer comentarios en alguna ocasión, ya sea en entrevistas o en redes sociales (en Twitter, por ejemplo) por miedo a las reacciones?

Suelo decir lo que pienso. Pero es verdad que a veces se me quitan las ganas de opinar u ofrecer mi punto de vista, soy muy fan del diálogo, del intercambio de opiniones y el debate, pero me deprimen los insultos y las verdades absolutas, así que me reprimo.

En A todo tren! Destino Asturias incluyes una broma con el lenguaje inclusivo "niñes". Más allá de la comedia con este asunto, ¿te sientes cómodo con su uso?

Creo que es algo muy positivo para la sociedad, plantearse cosas, dudar, debatir. Eso ayuda a mejorar y evolucionar. Por un lado, creo que el castellano es una lengua muy rica que lleva siglos funcionando, pero cuando, como en la película, te refieres a un grupo de tres niñas y tres niños, diciendo -los niños- es un tanto injusto.

Estoy a favor de introducir este tipo de cambios pero a medida que se vayan normalizando y su utilización cotidiana vaya creciendo y sea acogida por la gente. No tiene sentido obligar a cambios drásticos o bruscos que pueden provocar el efecto contrario o deseado", afirma sobre el lenguaje inclusivo

¿Estás a favor o prefieres dejar el lenguaje como está?

Estoy a favor de introducir este tipo de cambios pero a medida que se vayan normalizando y su utilización cotidiana vaya creciendo y sea acogida por la gente. No tiene sentido obligar a cambios drásticos o bruscos que pueden provocar el efecto contrario o deseado.

Un año después del estreno de Padre no hay más que uno 2 repites la fórmula de cine familiar. ¿Quieres seguir explorando este terreno?

La última de Torrente tuvo 1.800.000 espectadores, las dos de Padre no hay más que uno superaron ambas  los dos millones de espectadores, la última en plena pandemia. Además, estas películas sí las pueden ver mis hijas. Asi que, ni tan mal, creo que seguiré "explorando".

¿Volverás pronto a explotar tu faceta más desvesgonzada, cercana a Torrente?

No se si pronto, pero seguro. También me gustaría hacer una comedia romántica, una comedia musical… Todo dentro de la comedia.

Ahora el momento tampoco se puede decir que sea "normal", hay muchísimas películas acumuladas que esperan su estreno desde antes del comienzo de la pandemia"

El año pasado, tras el confinamiento y con los cines en horas bajas, insististe en adelantar el estreno de Padre no hay más que uno 2 para apoyar a las salas. Sin embargo, muchos otros títulos retrasaron su fecha de estreno, tanto estrenos españoles como extranjeros ¿Te sentiste solo?

Solo no, hubo más estrenos, pero sí que me sorprendió que viendo que la gente acudía a las salas no se animaran más. Solo estrenó Warner, con vocación de gran estreno, Tenet, de Cristopher Nolan.

¿Crees que se ha podido hacer más? 

Entiendo la motivación de las películas que aplazaron su estreno. El cine es una industria de la que viven muchísimas personas. Pero pensar que había que abastecer a los cines, que estaban abiertos, de producto/ películas para que pudiesen subsistir es tan lícito como intentar estrenar en un momento “normal” para no hacer peligrar la inversión que supone hacer una película. También es verdad que ahora el momento tampoco se puede decir que sea "normal", hay muchísimas películas acumuladas que esperan su estreno desde antes del comienzo de la pandemia. 

¿Te habría gustado algún reconocimiento especial en temporada de premios, que habitualmente olvida las comedias? 

No, lo cierto es que no. Que me ignoren en los premios, mientras que el público vaya a ver mis películas, me parece una bendición. Imagínese que además del éxito en taquilla me dieran premios. Sería terrible, solo me faltaría encima ser guapo, la gente me odiaría. Quite, quite.

¿Echas de menos algún premio que, como ocurre en Francia con el César del público, reconozca a la película más taquillera?

No. Además ya hay uno, lo da la asociación de exhibidores a la película más taquillera del año, tengo ya tres o cuatro en casa. Lo bueno es que ahí no hay demasiada deliberación, simplemente miran el número de espectadores.

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