Se aplaza la Feria del Libro de Madrid, se cancela Sant Jordi, las librerías no pueden abrir sus puertas y los editores ven cómo la actividad económica del sector se paraliza. Del otro lado, presa de la consternación por la reclusión que exige el estado de alarma declarado en España, algunos actores del sector (autores y sellos determinados) han propuesto regalar libros para acompañar a la población y promover la lectura. Otros lo ven con escepticismo. Intentando remediar un problema, pueden crear otro.
El punto de partida es complejo y el futuro incierto. A través de un comunicado los libreros, editores y distribuidores aseguran que existe un riesgo real. Muchas de las empresas que conforman el tejido editorial podrían no superar las dificultades económicas derivadas de la crisis sanitaria. Algunos sellos, por ejemplo Destino (Planeta), han aplazado algunos de sus lanzamientos más importantes. Así ha ocurrido con El bosque de los cuatro vientos, de María Oruña, previsto para el 28 de abril y de momento postergado.
Fuentes de la industria, muchas de ellas scouts, aseguran que en este momento los editores han dejado de contratar nuevos manuscritos y que se estudia la posibilidad de volcar parte del fondo editorial en plataformas digitales, como una manera de amortizar con clásicos y 'long sellers' el frenazo que ha pegado la industria desde el estallido de la crisis sanitaria.
Las medidas para prevenir la expansión del virus han afectado todos los eventos importantes de la industria, esos en los que se negocian los derechos y se promocionan las novedades: desde la Feria del Libro de Londres, una de las más importantes de Europa y que fue cancelada a comienzos de marzo, pasando por el Salón del Libro de París o la Feria de Turín. Aún queda tiempo para la más importante, Frankfurt, que se realiza en otoño. Sin embargo, el panorama no es alentador.
España, preocupada
Explican los editores, libreros y distribuidores que la mayoría de los actores que integran el sector comparten la tipología de empresas pequeñas. Muchas de ellas, como la librerías, son microempresas. Ese tipo de empresarios conforma un 70% del tejido del libro y están "en riesgo de supervivencia". La paralización de la actividad podría suponer "la reducción en un tercio de la facturación del sector del libro en España, alrededor de mil millones de euros, 800 provenientes del mercado interior y 200 del mercado exterior del libro", asegura el documento.
La paralización de la actividad podría suponer la reducción en un tercio de la facturación del sector del libro en España
Consideran prioritario que las medidas adoptadas por el Gobierno para "dotar de liquidez garanticen la solvencia de las empresas". Por eso que le piden al Ministerio de Cultura y Deporte, como medida perentoria, "que arbitre, facilite y potencie que esas medidas lleguen realmente al sector del libro para evitar la pérdida de empresas y el consiguiente daño irreparable para el panorama y el patrimonio cultural".
Además, han transmitido la necesidad de que comiencen a tramitarse algunas medidas que "permitan revitalizar la actividad e incentivar la adquisición de libros una vez que se haya puesto fin a la emergencia sanitaria". Esa misma preocupación la han transladado a Comunidades Autónomas y Ayuntamiento, que podrían jugar un papel determinante.
Piden un bono libro para la adquisición de títulos y también medidas para el uso del sistema de cheque-libros
Algunas de estas medidas contemplan la activación de un Plan de compra para las bibliotecas a través del sistema librero en todo el territorio. Para ello solicitan que se flexibilicen y agilicen los procedimientos de compras por parte de las instituciones. Piden un Bono libro para la adquisición de títulos y también medidas para el uso del sistema de cheque-libros dentro de los programas de gratuidad de los libros de texto para que estos se adquieran a través de cualquier librería por parte de las familias.
Una paradoja durante el confinamiento
En el comunicado señalan que, a pesar de las restricciones de movimiento, además de la relectura de los libros que ya hay en el hogar, acudan a otras fórmulas para acceder a la lectura. Sugieren las plataformas colectivas de las librerías como www.todostuslibros.com, así como webs de librerías donde adquirir los libros online y que mantienen su actividad. La sugerencia obvia, por supuesto, plataformas como Amazon, una de las grandes amenazas para la red de librerías.
En estos días, algunos han propuesto la gratuidad de determinados libros, como una forma de fomentar y posibilitar la lectura durante la cuarentena. No a todos ha gustado esa idea. Si la industria del libro ha luchado durante años para corregir el retroceso de 40% de sus ganancias que produjo la crisis de 2008, esta medida no sólo afectaría la noción de valor del libro, sino que sentaría un precedente que se volvería en su contra más adelante y que echa por tierra la lucha contra la piratería de la que se han hecho eco.
De momento, en otros países como Francia se han tomado medidas menos agresivas. Por ejemplo, el precio de algunos libros se reducen en un 50% por un tiempo determinado, en unas circunstancias y formatos muy específicos.