Cultura

La semana en diez libros

El asunto es arrojar luz sobre los libros cuya calidad así como su próxima o reciente publicación reclaman atención. Son en total diez, una cifra razonable para el bolsillo y la capacidad lectora

  • Las novedades editoriales... ¿qué traen este mes?

El año literario ha llegado a su ecuador. A punto están de caer las novelas candidatas a superventas del mercado.  En la línea de salida está Joël Dicker, aquel al que The New York Times se refirió como el “irritante niño prodigio literario” por La verdad sobre el caso Harry Quebert, y de quien el 21 de junio Alfaguara publica La desaparición de Stephanie Mailer. Fiel a su estrategia de salir una vez que los otros sellos ya han desvelado sus candidatos a la lista de los más vendidos, la editorial dirigida por Pilar Reyes vuelve con su fórmula de éxito desde hace ya tres veranos: el suizo Dicker. En esta ocasión, se trata de un thriller protagonizado por dos jóvenes policías y una periodista, una trama que se sitúa de nuevo en Estados Unidos, Nueva York, entre los años noventa y el presente. Hay, claro, asesinato de por medio.

Pero esto no va de bestsellers. El asunto es arrojar luz sobre los libros cuya calidad así como su próxima o reciente publicación reclaman atención. Son en total diez, una cifra razonable para el bolsillo y la capacidad lectora. Entran la novela, el ensayo, el guion, la obra de teatro,  la biografía. También se mezclan los grandes sellos, como Alfaguara con el  citado Dicker, hasta rarezas de editoriales más pequeñas, que terminan imponiéndose  por puntos y no por knockout. En este último apartado toca mencionar Impedimenta, que acaba de publicar Al final de la mañana, una novela satírica del escritor británico Michael Frayn publicada en 1962 y que terminó por convertirse en un clásico del humor británico. En sus páginas, Frayn cuenta la vida de John Dyson, quien trabaja en  un periódico londinense de poca monta. Su sección se compone de columnas sobre el campo y reflexiones religiosas, además de coordinar la sección de crucigramas. Pero él quiere otra cosa, por ejemplo: llegar a la televisión. La crónica hilarante de ese Londres de los años sesenta está considerada como una de las mejores de su autor y llega ahora  a los lectores en una traducción de Olalla García.

Este mes Anagrama desembarca con Patrick Modiano: Recuerdos durmientes, el primer libro que publica tras ganas el Nobel y en cuyas páginas retoma  las claves de su universo literario. Ambientada en el París de los años sesenta, esta nouvelle narra los  paseos de un joven por el París de los años sesenta y sus encuentros con distintas mujeres. Algunas de ellas ya aparecen en sus anteriores libros, otras permanecen sin nombre. El mecanismo permite a Modiano volver sobre su estrategia de recorrido y rememoración de la ciudad, de sí mismo y de un tiempo. A ése se suman  Lacombe Lucien, guion de la película homónima sobre la Ocupación, coescrito junto al cineasta Louis Malle; y la obra de teatro -también reciente- Nuestros comienzos en la vida, en la que, según sus editores, Modiano convoca a sus propios demonios para evocar las aspiraciones y sueños de juventud perdidos.

Eterna Cadencia ha retoma la autobiografía aforística de Me acuerdo y otros autorretratos, del artista y dibujante  Joe Brainard. Publicado en 1975, este libro echa mano de la enumeración a la manera de un mantra en los que Brainard se aboceta poéticamente, gracias a la enumeración de recuerdos, eventos o sucesos. “Me acuerdo de esas veces en que no sabes si estás muy feliz o muy triste./Me acuerdo de arrepentirme de no haber hecho cosas./ Me acuerdo de desear haber sabido antes lo que sé ahora./ Me acuerdo de las amapolas rojas silvestres de Italia./ Me acuerdo de los días lluviosos a través de la ventana./ Me acuerdo de los sonidos de las retransmisiones de béisbol que llegaban desde el garaje los sábados por la tarde./ Me acuerdo de un gran níspero./Me acuerdo del silencio que se hizo en el restaurante Maxim's cuando apareció Gary Cooper vestido con un 'smoking' blanco (…)”. Su extensión apenas sobrepasa las cien páginas, suficientes para ejercer una impronta que encuentras ecos en Georges Perec, Édouard Levé y Margo Glantz. “El libro sigue siendo nuevo, extraño, sorprendente: pequeño como es, pues, Me acuerdo es inagotable, uno de esos raros libros que nunca se gastan”, asegura Paul Auster en el texto introductorio que acompaña esta edición.

Apropósito de Paul Auster y casi un año después de su más reciente novela 4,3,2,1, Seix Barral publica Una vida en palabras, un diálogo entre Paul Auster y la profesora danesa I. B. Siegumfeldt acerca del oficio, el arte y la vida del escritor. No es propiamente una biografía pero sí alberga una serie de episodios y revelaciones. Las conversaciones entre ambos empezaron en 2011 y se han desarrollado a lo largo de cinco años. Está dividido en dos partes, una primera dedicada a la plática sobre sus textos autobiográficos, y una segunda parte dedicada a sus novelas, desde La trilogía de Nueva York hasta Sunset Park. A partir de esa estructura, las conversaciones que dirige Siegmunfeldt cubren los  temas y obsesiones de Auster: desde la experiencia desencadenante de su primera  novela hasta su relación con autores como Miguel de Cervantes e incluso las conexiones que unen a los personajes de sus libros. Habla también de su vida personal, de sus recuerdos, de su debilidad por los azaroso y deambulatorio. La estructura pregunta-respuesta hacen que el libro resulte mucho más preciso y directo y hasta cierto punto esclarecedor un libro importante para quienes conocen la obra de Paul Auster y para los que no.

En lo que a biografías respecta, dos de ellas cobran visibilidad dada la prominencia de los personajes. La primera de ellas es De Adold a Hitler (Taurus), un relato que hace el historiador Thomas Weber del hombre solitario, sin empleo, sin aparentes cualidades para el liderazgo, y con ideas políticas sin definir y cómo se convirtió en el poderoso líder antisemita que sacudió al mundo en la década de los años cuarenta. La intención de Weber es desmitificarlo, algo complejo en un personaje como él, a quien retrata en sus inconsistencias: las dudas de juventud sobre su afinidad con la izquierda y la derecha, hasta episodios más sencillos, como el de 1919, cuando sus superiores decidieron nombrarlo representante de la compañía a la que estaba destinado. Un recorrido biográfico que continúa la antigua publicación de Weber:  La Primera guerra de Hitler (Taurus, 2012). Llama la atención el título que Crítica ofrece esta semana entre sus novedades: Winston Churchill. Una biografía colectiva. Se trata de un libro que tomó forma luego de que el profesor de la Universidad de Exter, Richard Toye, decidiera convocar y coordinar a un equipo de especialistas para que investigaran  diversos aspectos de su vida, entre los cuales figuran historiadores de tanto relieve como Jeremy Black, Richard Overy o Chris Wrigley, para que cada uno se ocupe del período de la vida de Churchill, o del aspecto de su actividad política que más dominasen. El resultado es una biografía coral y prismática que abarca desde el retrato de Churchill como  joven estadista hasta su relación con el movimiento sindical (a cargo de Chris Wrigley), el partido conservador , las mujeres –el sufragio femenino-, el Islam, la Guerra Fría o el Imperio Británico.

 

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