Este mes se estrena en el Teatro Alfil de Madrid Agonía y éxtasis de Steve Jobs, una obra del periodista y monologuista norteamericano Mike Daisey, cuya versión española ha sido creada por Nacho Artime, protagonizada por Daniel Muriel y dirigida por David Serrano.
En esta adaptación, que se estrenará el próximo 27 de septiembre, el protagonista, en este caso un periodista que encarna la figura de Daisey, conduce a los espectadores hacia el icono más destacado del mundo contemporáneo, el fundador de Apple, Steve Jobs, a través del relato que hace de su viaje China a las fábricas donde se fabrican los dispositivos de la compañía.
La obra original, estrenada en el Public Theatre del Off-Broadway el 5 de octubre de 2011, justo unos días antes de que Steve Jobs muriera a los 56 años, plantea, en clave periodística y echando mano del humor, desvelar la penosa vida de los miles de trabajadores asiáticos que trabajan para la gran marca estadounidense.
Al mismo tiempo que se propone esta visión del emporio Apple, la obra desvela las luces y sombras de Steve Jobs, un personaje complejo que se erige como icono del siglo XXI, un genio que no tenía empacho alguno “en insultar y maltratar a sus empleados si no estaban al nivel” que les exigía, tal y como comenta David Serrano, director de la versión de Agonía y éxtasis de Steve Jobs que está por estrenarse en Madrid y quien tuvo que realizar junto con Artime un intenso trabajo con el texto de Daisey .
-¿Qué esperar de Agonía y éxtasis? ¿Una adaptación en clave de humor o una desmitificación de Jobs?
-De alguna manera, esta obra critica o habla de una parte un poco más oscura de su personalidad, justamente a través de la forma en la que trabaja su empresa. Apple se suponía que era una empresa diferente, que no era como las demás, que quería hacer un mundo mejor, pero en el camino incurre en lo que las demás compañías: lo muestran las condiciones de trabajo de sus empleados en China, donde fabrican los productos de la marca.
-Eso tampoco arroja una novedad directa sobre Jobs…
-No, y tampoco pone en duda su genialidad. Lo que más aprecio es su faceta de gran jefe. Era cierto que machacaba a sus empleados, pero no dudaba en innovar, pero eso no quita que al mismo tiempo dijese… ¡Ojo! Apple tiene que sacar cuentas.
-¿Cómo refleja la obra lo que llamáis las luces y sombras de Steve Jobs?
-La obra lo separa en dos partes. En una habla de cómo creó su compañía y en otra habla del viaje que hizo el autor, Mike Daisey, para comprobar cómo trabajan loe empleados de Apple, que es cuando se entra directamente a describir a Jobs.
-¿Con qué se va a encontrar el espectador? ¿Con un pedestal?
- Steve Jobs era un personaje muy maniático y bastante tiránico. Llegaba a maltratar. No dudaba en insultar a sus empleados si no estaban al nivel que él les pedía . Estaba obsesionado con el trabajo, era muy maniático. Tuvo varias casas que no llegó a amueblar, simplemente porque no encontraba muebles que le gustaran. Era capaz de devolver cinco veces un platos en un restaurante porque no le parecía de su gusto. Incluso llega a afirmar Daisey que no se curó del cáncer porque no se lo quiso tratar, pensó que comienzo fruta se lo curaría. En ese sentido, esta obra refleja las partes más oscuras del mayor genio de Apple.
-¿Cómo conciliar la estética Mac con un monólogo teatral que a la vez periodístico?
-Cuando me llamaron y me hablaron del proyecto pensé qué cosa más rara, pero me dije lo voy a hacer. Me parecía un reto conseguir que un texto periodístico adquiriese teatralidad. La obra tiene mucho humor, incluso consigue la ternura. Para la versión española, cortamos el texto, el original dura dos horas, nosotros lo dejamos en una hora y cuarto. En cuanto a la escenografía, hemos hecho un guiño a los fanáticos de Apple. El escenario recuerda mucho a las presentaciones de Steve Jobs, en las que le escuchaba más como a un mesías que como una empresario.