Cultura

Stonehouse, el ministro británico que fingió su propia muerte en Miami y huyó a Australia

La plataforma Filmin ha estrenado 'Stonehouse', una miniserie de tres capítulos que recupera la rocambolesca historia de la fuga del ministro laborista

Los periódicos ‘Diario 16’ y ‘El Mundo’ comenzaron a publicar en 1993 informaciones relativas al aumento patrimonial de Luis Roldán, que había sido delegado del Gobierno en Navarra y ostentaba el cargo de Director general de Guardia Civil. Roldán había comprado casas y fincas por un valor de 1.600 millones de pesetas, y las informaciones hicieron que el gobierno socialista de Felipe González le cesara. Comenzó el caso Roldán con acusaciones que contemplaban varios delitos de malversación de fondos públicos, cohecho, fraude fiscal y estafa. La solución fue la huida del país el 25 de abril de 1994. El escándalo escalaba en gravedad para el gobierno de González que colocó al guardia civil como el primero en la lista de personas más buscadas. Significó un profundo desgaste para los socialistas hasta que Roldán fue localizado en Laos y entregado a la policía española en Tailandia el 28 de febrero de 1995. Dos décadas antes del caso Roldán, la política británica y el Partido Laborista vivieron otro escándalo en el que un exministro y diputado fingió su propia muerte.

Comienzo de la década de los setenta, Guerra Fría y Guerra de Vietnam. En Reino Unido se turnan en el poder laboristas y conservadores en elecciones apretadas. En aquel momento, John Stonehouse un joven laborista apuntaba alto y se perfilaba como un futurible candidato a presidir el partido. Hijo de la alcaldesa de Southampton, pronto comenzó a tener cargos de responsabilidad en el más alto nivel. Responsable de proyectos en la industria aeronáutica, ministro de Tecnología y Director General de Correos. Una carrera fulgurante hasta que aparecieron las primeras sospechas. En el año 1969, el presidente Harold Wilson le informó de que un desertor del servicio secreto checoslovaco le había acusado de espiar para el Estado socialista.

Según muestra la serie, la inteligencia del país centroeuropeo tendía trampas a los políticos con mujeres que les seducían y acababan siendo grabados en el hotel. Pueden imaginar la cara de tonto del político o empresario de turno al que la inteligencia checoslovoca le coaccionaba con mostrar esas cintas a la familia o filtrarlas a algún medio si no colaboraba. De esta forma, el ingenuo político, que pensaba que había ligado con una atractiva checa a las pocas horas de llegar a Praga, teminaba traicionando a su país, implicado en una trama de espionaje internacional.

Los problemas para Stonehouse seguían creciendo, en los setenta comenzó a crear empresas que no tardaron en levantar la sospecha. El que parecía un futuro candidato para liderar a los laboristas aparecía ahora en los medios por sus supuestas corruptelas. La enturbiada historia de Stonehouse dio un giro rocambolesco cuando el 20 de noviembre de 1974 fingió su propia muerte en una playa de Miami. Dejó un montón de ropa en la playa junto a sus documentos y se esfumó en un viaje a Australia con la intención de comenzar una nueva vida con un nombre falso junto a su secretaria, Sheila Buckley. La historia del político da forma a la miniserie Stonehouse que ha estrenado en España la plataforma Filmin.

El actor Matthew Macfadyen encarna a Stonehouse como un bobalicón y un tanto pusilánime que no parece tener la inteligencia como la mejor de sus armas. A veces parece un mentiroso compulsivo, otras un auténtico loco y otras un ser sin muchas luces al que manipulan y se deja llevar por las circunstancias. 

Stonehouse fue descubierto y en el reencuentro con su mujer dijo estar presionado, angustiado y decepcionado. En una entrevista justificó su aventura como un “aturdimiento” generado por la presión. Pidió asilo político a ocho países y solicitó a la Reina protección en caso de volver a Reino Unido. El enfado del primer ministro iba en aumento y solicitó directamente al Alto Comisionado de Australia la extradición del diputado y su secretaria acusados de estafa y robo.

Imagen de archivo de John Stonehouse.

Las autoridades no tardaron en obedecer a su antigua metrópoli y Stonehouse fue apresado y llevado de vuelta a Inglaterra. Allí siguió retando a su partido en votaciones que seguían siendo apretadas. También seguía desafiando a su matrimonio, aunque volvió a su casa con su mujer e hijos mantuvo la relación con su secretaria, a la que tenía prohibido visitar por orden judicial a la espera de juicio.

Sin hacer muchos más spoilers, el propio escándalo de la supuesta corrupción no era el único problema para los laboristas, porque con un Parlamento dividido por la mitad, la ausencia del diputado arriesgaba la pervivencia del gobierno. En la Cámara, Stonehouse justificó su huída como “una gravísima crisis nerviosa” que provocó un intento de destruir su propia personalidad. Terminó siendo un alegato contra el sistema político británico y la representatividad.

La serie plasma la deriva alocada del político, cómo la bola de nieve de mentiras acabó aplastándole. Supuesto espía para un estado socialista y político corrupto, marido infiel y hombre a la fuga, hasta terminar convertido en lo que ahora todos llamaríamos un friki. Una figura tragicómica a la que el espectador terminará cogiéndole cariño.

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