El actor y director Rubén Ochandiano estrena en Madrid la obra Antígona, adaptación del texto homónimo del francés Jean Anouilh, que ensalza la libertad y la revolución y actúa de "espejo deformado" de la compleja situación que vive España.
La obra, que se presenta hoy en las Naves del Español del Matadero de Madrid, está dirigida por Ochandiano y Carlos Dorrego. El reparto, encabezado por Najwa Nimri, que da vida a Antígona, está formado, entre otros, por Toni Acosta, Sergio Mur o Berta Ojea. Esta versión, "muy libre", según el joven director, sitúa al espectador frente a unos personajes extravagantes gobernados por un tirano, Creón, y sometidos a sus leyes absurdas e inhumanas, ante las que se revela la protagonista a pesar de la incomprensión de su entorno.
El contexto reflejado entre la poesía, la violencia y el humor", con ese conjunto de roles tan particulares, parece, ha explicado Ochandiano, una "parada de monstruos" que juega el papel de "espejo deformado de la actual situación". Un "guiño", lo ha calificado el director, que hace de esta historia la "nuestra" propia, ha añadido la actriz Berta Ojea. Por esta similitud, Ochandiano ha reconocido el "esfuerzo" que todos han tenido que hacer para alejarse de lo que ocurre en el país, que está tan presente, y no convertir la obra en un "panfleto".
Frente a los que puedan tachar a Antígona de "oportunista", tanto él como Ojea han coincidido en destacar la "necesidad" de que este proyecto llegue "aquí (España) y ahora", coincidiendo con el momento "más miserable de la democracia española". De todas las versiones del mito griego, Ochandiano ha resaltado la del autor galo por estar "llena de poesía y tener las imágenes más evocadoras", además de retratar a un Creón como un villano "brillante" y alejado de los tópicos.
El papel, pensado inicialmente para Marisa Paredes -"con una mujer, la lectura del poder no hubiera sido tan literal"-, recayó finalmente y por casualidad en el propio Ochandiano. El personaje de Antígona supone el primer proyecto teatral de la cantante y actriz Najwa Nimri, que ha participado en cintas como Abre los ojos o Lucía y el sexo.
Asegura que este papel le ha requerido pasar por un proceso físico "agotador", dada su similitud con un "entrenamiento de alta competición", pero también mental, por el tiempo que llevaba "desconectada" de su faceta interpretativa.El suyo es un personaje que le "sobrecogió" por su discurso "tan poco racional y tan puro", salido directamente de las entrañas. Es un personaje "normal" sin pretensiones heroicas y que, arrastrada por las circunstancias, se ve obligada a protagonizar un acto de rebelión.Un motivo por el que hoy en día muchos podrían "convertirse en Antígona", ha apuntado el director.
Para la puesta en escena de la obra, Ochandiano ha querido aprovechar el espacio y las dimensiones que ofrece un marco como el de las Naves del Matadero, sacándole partido al propio vacío. Elementos como la luz o la música en directo, convertida en un personaje más, lo llenan de forma metafórica. Aunque tras su paso por el espacio madrileño (hasta el 17 de marzo), no descarta emprender una gira y convertir el espectáculo en "portátil", adaptándolo a las dimensiones de cada escenario