Cultura

La viagra sin receta: Sanofi se frota las manos

La multinacional francesa del sector farmacéutico Sanofi quiere sacar al mercado, con la ayuda de la firma estadounidense Eli Lilly and Company, un medicamento contra la disfunción eréctil que se pueda comprar sin receta. Comercialmente, la idea resulta muy tentadora, pues más de la mitad de los hombres mayores de 40 años tienen problemas de erección. Antes de ponerse manos a la obra, los varones interesados, Sanofi y compañía están a la espera de lo que les digan las autoridades sanitarias.

En la industria farmacéutica, las erecciones son un negocio que considerar en firme. Viagra, uno de los productos estrella de la estadounidense Pfizer, aporta a esta multinacional casi 1.500 millones de euros anuales. Consciente de lo que pueden agrandarse los ingresos gracias a los medicamentos contra la disfunción eréctil, Sanofi quiere fabricar su particular remedio contra los problemas masculinos en la cama. Si le sale bien su última apuesta en este ámbito, el nuevo compuesto para generar erecciones del gigante farmacéutico galo no precisará pasar un rato vergonzante ante el médico. Porque la idea de Sanofi es hacer una remedio tipo Viagra pero que no exija tener receta.

Obviamente, Sanofi no va a usar el citrato de sildenafilo, compuesto inventado a finales de los años noventa en los laboratorios de Pfizer contra la impotencia. En la compañía gala buscan el modo de explotar el tadalafilo, un fármaco de la firma estadounidense Eli Lilly and Company, más conocida como Lilly. Sanofi ha logrado un acuerdo con esta empresa norteamericana a través del cual se ha hecho con los derechos del tadalafilo, comercializado bajo el nombre de Cialis. A través de esta entente, en Sanofi quieren “transformar la manera de proponer este importante medicamento a millones de hombres en el mundo”, según los términos con los que este par de laboratorios han dado cuenta de su cruzada contra la impotencia.

Fármacos sin control médico

La transformación a la que aluden los responsables de Sanofi y Eli Lilly and Company concierne al modo en que se vienen dispensando los comprimidos contra la disfunción eréctil. Para poder tomar Viagra o Cialis, lo normal es que haya que pasar por el médico. Éste ha de constatar que hay un problema de orden sexual y excluir otras complicaciones de la salud del paciente. Asociados a los achaques propios de quienes no tienen una erección normal, también puede haber otras dolencias, como la diabetes o enfermedades cardiacas.

Además, tampoco se puede tomar este tipo de medicamentos para mejorar la vida sexual cuando se está bajo determinados tratamientos por problemas vinculados al corazón. Hacer algo así puede ser peligroso en la medida en la que es posible que la mezcla de componentes químicos cause una caída de la presión arterial.

Más de la mitad de los hombres que superan la cuarentena sufren disfunción eréctil.

No obstante, lo cierto es que hay mucho potencial por explotar en el ámbito de la erección medicalizada. Según las estimaciones de los laboratorios, más de la mitad de los hombres que superan la cuarentena sufren disfunción eréctil. Cialis, aprobado en 2002 por la Agencia Europea de Medicamentos, ya ha servido de tratamiento a unos 45 millones de hombres, generando unas ganancias algo superiores a los 10.000 millones de euros.

En el pasado ejercicio, la venta de Cialis supuso unos ingresos a Eli Lilly and Company de algo más de 1.500 millones de euros. El éxito de este fármaco también radica en que es eficaz hasta 36 horas, debiéndose tomar desde 30 minutos hasta 12 horas antes de la actividad sexual. Por su parte, una Viagra puede producir una erección en un espacio de 4 y 5 horas, y comienza a tener efecto a los 25 minutos.

Un proyecto sin calendario fijo

Con todo, el proyecto de Sanofi y Eli Lilly and Company, puede quedarse en eso, en sólo una buena idea comercial. No hay, que se sepa, calendario sobre el lanzamiento del nuevo y más accesible remedio generador de erecciones. Entre otras cosas, porque las farmacéuticas tienen ahora que pedir numerosos permisos a las autoridades.

Pasar a un medicamento sin receta es un proceso altamente reglamentado.

“Pasar a un medicamento sin receta es un proceso altamente reglamentado, basado en datos y científicamente riguroso. Estamos impacientes por trabajar estrechamente con las autoridades para definir las acciones y las precauciones necesarias para ayudar a que los pacientes utilicen de manera apropiada Cialis sin receta”, ha expuesto en este sentido David Ricks, vicepresidente de Eli Lilly and Company.

Las agencias sanitarias europeas tienen la última palabra. Pero su respuesta definitiva puede hacerse esperar hasta varios meses. Para los responsables de Cialis, sin embargo, el tiempo apremia. A partir de 2017, su producto estrella contra la impotencia podrá fabricarse en Europa y Estados Unidos en su versión genérica, que será mucho más barata que la viene en la cajita con la enseña de Lilly.

Hasta que no se pronuncien instancias como la Agencia Europea de Medicamentos, y habida cuenta de lo que cuesta a muchos hombres ir a la consulta para explicar cómo son o dejan de ser sus erecciones, sigue existiendo el consumo de remedios contra la impotencia en Internet. Este mercado paralelo permite tener acceso a este tipo de tratamientos en sólo unos clics de ratón. En ocasiones, comprándolos, se traspasan las fronteras de la legalidad.

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