Los días son más largos, las temperaturas más cálidas y las ganas de hacer planes aumentan respecto a semanas anteriores. Como si de un milagro se tratase, la llegada de la primavera obra un cambio importante en nuestras vidas que, dejando de lado la astenia primaveral, que afecta casi a la mitad de la población, también provoca un aumento del deseo sexual.
Ya lo dice el famoso refrán “la primavera la sangre altera”. Y es que esta temporada, además de ser una de las favoritas del año por su buen tiempo y sus coloridos paisajes, aumenta la libido. Y no solo es cuestión de refranes y creencias populares, la ciencia y los expertos avalan esta teoría.
¿Por qué en primavera aumenta el deseo sexual?
Aunque muchos no encuentran relación entre esta estación del año y el aumento del deseo sexual, la ciencia ha tratado de arrojar algo de luz a esta creencia popular. Algunos estudios encuentran relación con la fertilidad estacional de los animales, algo que también valdría para el caso de los humanos.
De hecho, un estudio de la Universidad de Oxford titulado ‘La estacionalidad en la reproducción humana’ señala que se ha comprobado que “en los países del norte, en regiones donde existe un fuerte contraste en la luminosidad, la tasa de concepción disminuye durante los meses oscuros de invierno, mientras que se ha observado un pico en la tasa de concepción durante el verano”.
Según los expertos, podemos relacionar el aumento del deseo sexual en primavera con estos cinco motivos:
Mayor exposición al sol
Gran parte de los estudios confirman que la clave está en el sol. Durante la primavera aumentan las horas de exposición solar, lo que produce mayor cantidad de vitamina D, que además de ayudar en la calidad de nuestros huesos y reforzar el sistema inmunitario, interviene en la síntesis de la serotonina, más conocida como la hormona de la felicidad. Una felicidad que nos hace estar más dispuestos a disfrutar y a mantener encuentros íntimos.
Además, los expertos señalan que la vitamina D influye a la hora de generar testosterona. En el caso de los hombres, se relacionan los niveles de esta vitamina con los de testosterona en sangre y con la calidad de los espermatozoides, mientras que en el caso de las mujeres, se ha demostrado que los bajos niveles de vitamina D coinciden con una disminución de la libido, de la excitación y la lubricación.
Menos estrés y ansiedad
Tal y como comentábamos, el aumento de los niveles de vitamina D obtenidos por la exposición solar nos ayudan a conseguir una mayor satisfacción y felicidad. Además, favorece la secreción de endorfinas, que nos ayuda a reducir los niveles de ansiedad y de estrés, dos de los grandes enemigos del deseo sexual.
Tal y como apuntan los expertos, esa sensación de felicidad y el estar de buen humor nos hace mantener una actitud más positiva y con ello una mayor predisposición para mantener relaciones sexuales e incrementar el deseo sexual.
Alimentación
Según apuntan, en la alimentación también encontramos un posible factor responsable del aumento de deseo sexual. Y es que durante la primavera tendemos a consumir alimentos más ligeros y frescos en lugar de copiosas comidas que necesitan largas digestiones que nos obligan a permanecer más tiempo en modo descanso.
Además, la primavera nos ofrece algunos de los alimentos de temporada considerados afrodisíacos. Es el caso de la fresa, las cerezas, los espárragos, las alcachofas o la sandía.
La química sexual
La subida de temperaturas propia de la primavera aumenta los olores corporales de las personas, un elemento esencial en las relaciones sexuales que inciden directamente sobre las feromonas. La nueva temporada favorece la secreción de estas sustancias químicas que participan en la atracción sexual e influyen positivamente en el estado de ánimo.
Cambio en la ropa
Con la llegada de los días más soleados y calurosos, nuestros armarios se despiden de abrigos y jerséis de lana para dar la bienvenida a prendas de ropa más ligeras y frescas que también influyen tanto en el ánimo como en el deseo por los demás.