El deseo sexual parece no hacer un buen tándem con el frío. Con la bajada de las temperaturas y el invierno a la vuelta de la esquina, la libido cae igual que el termómetro y muchas parejas se meten en una especie de cueva a esperar a que pase el temporal para volver a tener unas relaciones sexuales plenas y con cierta asiduidad.
El frío trae consigo más apatía y menos ganas de mostrarnos a los demás y es necesario reactivar todos los mecanismos para recuperar el deseo sexual y las ganas de estar con la persona que tienes al lado. Hay menos horas de luz y esto afecta a nuestro estado de ánimo y también por tanto al sexo. Salimos menos, mantenemos menos relaciones sociales y es más frecuente quedarnos en casa disfrutando de la calefacción, un buen sofá y una película romántica.
Un clima soleado ayuda a hombres y a mujeres con la secreción de endorfinas, por lo que nuestro estrés disminuye y nos sentimos más ‘cariñosos’ al mejorar nuestro estado de ánimo. La vitamina D es básica en estos procesos y la falta de luz solar en invierno hace que su nivel disminuya (y más en las mujeres).
Según el estudio Mitos y realidades sobre sexualidad y anticoncepción en las millennial españolas elaborado por Bayer y en el que participaron mujeres de entre 18 y 30 años, un 53 por ciento de las encuestadas afirmaba experimentar cambios en su deseo sexual según la época del año y para el 67 por ciento de ellas el invierno es la peor de las cuatro estaciones para practicar sexo. Es más, es en Navidad cuando se llega al punto más bajo en la actividad sexual pese a las vacaciones y los días libres que disfrutan muchas personas en esas fechas.
El invierno tiene su lado positivo
Pese a las dificultades para una vida sexual más activa en la época invernal, no todo es tan malo con la llegada del frío. Los niveles de testosterona aumentan durante esta época, según un estudio de Psychological Behavior, y esa hormona es la encargada de regular la libido en los hombres. A más testosterona, mayor deseo sexual. La testosterona es una de las hormonas masculinas que regulan el deseo sexual.
El citado estudio revelaba además que esta estación sí es positiva para la creación de parejas monógamas y estables, ya que con el frío se segrega más oxitocina, una hormona relacionada con la formación de vínculos estables en las relaciones de pareja y en invierno pasamos además más tiempo en casa con la otra persona. Pero, ¿cómo debemos hacer para que el invierno no nos robe el deseo sexual?
Entra en calor… con tu pareja
Sabemos que estás deseando llegar a casa y meterte bajo la manta o el edredón, pero también es el momento ideal para ‘pegarte’ a tu pareja y que sea ella la que de calor. En este momento hay que tomarse tiempo para reencontrarse sexualmente. Prueba con algún masaje con la calefacción bien alta para no coger frío y haz que haya un acercamiento físico. Debes saber además que un incremento en la actividad sexual ayuda a reforzar el sistema inmunitario y reduce el riesgo de padecer enfermedades respiratorias o una gripe. Una razón más para hacer crecer tu apetito sexual.
Según un estudio de la Universidad de Illinois, el contacto piel a piel incrementa los niveles de oxitocina, la hormona femenina del bienestar, que actúa como un afrodisiaco natural. Rompe con la rutina. Una escapada a un lugar de montaña, con una chimenea y un sofá hará que muchas fantasías de las que vemos en las películas puedan hacerse realidad de una manera muy sencilla.
Sube la temperatura en la distancia
Durante la jornada es un buen momento para ir caldeando el ambiente con mensajes, llamadas o mails en los que vayas preparando a la otra persona para que al llegar a vuestra cita, ya sea en casa o en otro lugar si no es una pareja estable, no haya tiempo que perder y el deseo sexual ya esté por las nubes. Igual que en una hoguera, en las relaciones sexuales también hay que avivar la llama para que el fuego prenda.
Un toque afrodisíaco
En las primeras semanas del invierno hay muchas fiestas y celebraciones. Navidad, Nochevieja, la noche de Reyes… todas son propicias para ponernos nuestras mejores galas y olvidar por unas horas el estrés o los problemas que tenemos el resto del año. Así, podemos aprovechar para organizar alguna cena divertida con la persona que nos atrae y ponerle un toque afrodisíaco que levante ‘el ánimo’.
Los alimentos afrodisíacos por excelencia son las ostras, que contienen un alto nivel de zinc, un mineral que ayuda en la producción de esperma y que hace subir la libido; el chocolate (que tiene una buena concentración de feniletilamina, que provoca que se eleven los niveles de excitación sexual), o la canela, un puntito perfecto para cualquier postre si queremos ponerle ‘la guinda al pastel’ después de la cena.
Estimula tu cerebro
Gracias a que en invierno salimos menos, sí, gracias a eso, podemos aprovechar el tiempo que estamos en casa para estimular también nuestro cerebro con alguna novela erótica. Prueba a leer algún relato erótico en la cama o en el sofá y, si tienes confianza con tu pareja, comparte con él algún texto, léeselo en alto y aprovechad esos minutos para comunicaros y que el deseo vaya en aumento según pasáis de página. La imaginación es uno de los mejores reactivadores en el plano sexual.
Haz ejercicio
En la época invernal es difícil no caer en las comidas copiosas o en los excesos (sobre todo en Navidad), pero debemos mantener una alimentación saludable y equilibrada que nos haga sentirnos bien nada más despertarnos. Si a esto le unimos practicar ejercicio al menos tres o cuatro veces a la semana y las suficientes horas de sueño de calidad, nada, ni siquiera una tormenta de nieve como Filomena, hará que pierdas el deseo sexual.
