Las fases del amor varían de una pareja a otra e incluso de una persona a otra, pero es cierto que la Ciencia también tiene algo que decir y hay algunas bases que suelen repetirse en cada relación amorosa. Desde el punto de vista de la psicología y del punto de vista neurocientífico, se han identificado varias etapas dentro del amor y del proceso que conlleva llegar o no a tener una pareja estable, feliz y en la que prime la libertad, el respeto y la comunicación.
Cada uno vive el amor a su manera. Unos quieren correr demasiado y viven ‘enamorados del amor’ o de esa sensación de sentir mariposas en el estómago constantemente; otros prefieren ir paso a paso asegurando ‘el terreno’ para no sufrir; y los hay que se dejan llevar por las sensaciones y dejan fluir las relaciones sin más preocupaciones.
Lograr una relación estable, honesta y genuina no es una tarea sencilla. El amor es un sentimiento de afecto que hace que ‘entreguemos’ a otra persona sin esperar nada a cambio.
Pero mucho cuidado, porque hay ocasiones en las que ese amor entregado puede convertirse en una relación tóxica en la que una de las personas sea sumisa y no haya ni complicidad ni amor verdadero. Debemos saber que el amor es compartir, crecer juntos y buscar el bien de los dos miembros de la pareja. Solo así conseguiremos una relación sana y feliz.
Aunque hay muchas teorías sobre las etapas del amor, nosotros queremos contarte cuáles son según la Teoría triangular del amor del psicólogo estadounidense Robert Sternberg, para el que el amor se caracteriza por tres componentes: intimidad, pasión y compromiso; y las fases dadas por el psicólogo Jed Diamond, que sostiene que si una pareja es capaz de ir superando una a una cada etapa, podrá presumir de tener una relación amorosa para siempre.
Fases del amor
- Atracción. Esta sería la primera fase en el amor. Se da en los momentos iniciales de una relación incipiente que muchas veces ni siquiera ha comenzado aún. En esa etapa, las dos personas sienten la necesidad de verse y estar juntos todo el rato. Además, cuando se ve a la otra persona se experimentan cambios fisiológicos que tienen que ver con una sensación de bienestar y placer en la que puede darse un aumento del ritmo cardíaco y hasta un aumento en la sudoración.
Son las mariposas en el estómago de las que tanto se habla y se trata de reacciones químicas que se producen al conocer a alguien que nos gusta y nos atrae sin remedio. Pero está claro que esta fase no es amor en sí misma, sino una atracción física y sexual que puede o no derivar en algo más allá. Está muy relacionada con la química y la pasión. Podríamos decir que son las señales que nos indican que podemos estar enamorándonos de la otra persona.
- Enamoramiento. Es tal vez la etapa más buscada y deseada por todos. Algunas personas opinan que la relación sentimental comienza a partir de este momento y que las otras son sencillamente una forma de conocer a la otra persona, pero es cierto que sin las otras, jamás podríamos alcanzar el enamoramiento en sí mismo. Seguro que cuando te has enamorado, en alguna ocasión te has sentido más inquieto, quizá algo estresado e incluso has experimentado problemas para conciliar bien el sueño. Es normal.
Es aquí cuando nos vienen a la cabeza algunas dudas e inquietudes ante lo nuevo que está por delante, pero también es la etapa en la que más felices nos sentimos, ya que aunque la hormona de la felicidad disminuye, la parte del cerebro que la regula se desactiva, por lo que no nos damos cuenta.
En esta fase de amor todo se siente al máximo y con gran intensidad dada la liberación de neurotransmisores y hormonas por parte de nuestro organismo. Es aquí cuando sentimos que ese amor va a ser eterno y que no habrá nada que logre separarnos de la persona de la que nos hemos enamorado. Es el amor con mayúsculas y esas sensaciones son tan intensas que se identifican con facilidad.
Dentro del enamoramiento también hay algunas fases que van de la atracción sexual (cuando alguien nos empieza a gustar más de la cuenta), la hipervaloración (se idealiza al otro), la apropiación (cuando vemos como algo real que eso se convierta en una relación), reciprocidad (los dos se enamoran, se conocen mejor y son felices) y el final del enamoramiento, en el que esa atracción física y esa idealización del inicio se vuelve más realista. Es en este momento cuando se producen más rupturas al ver los defectos del otro.
- La relación. Tras el enamoramiento, si se sigue adelante, llega el inicio de la relación como tal. Ambos miembros de la pareja se conocen mejor, han visto sus defectos y virtudes y adquieren un compromiso mutuo que es diferente en cada pareja. Como ya hemos dicho en otras ocasiones, cada pareja es un mundo y tiene sus propios códigos que deben ser consensuados por ambas partes para que ninguno salga dañado o perjudicado.
- Decepción. Esta fase es el momento crítico en una relación y donde más parejas terminan fracasando. Tras el enamoramiento y la fase de conocerse bien, muchos no terminan de aceptar las imperfecciones del otro y esto acaba siendo un obstáculo que puede acabar en ruptura.
- Amor real. Si se supera la anterior etapa, enhorabuena, la relación está destinada a funcionar. Aquí se asimilan las diferencias y se buscan puntos en común para construir una relación sólida, en la que prime la comunicación, la honestidad y el buscar crecer juntos y beneficiarse mutuamente.
- Planes de futuro. Aquí se empieza a construir una vida en común en la que ambos miembros tienen los mismos objetivos vitales y planean un futuro juntos. Es la última fase del amor y en ella nuestro organismo entra en un estado de estabilidad en el que nos sentimos más serenos y tranquilos con nuestra pareja. Pero ojo, aquí también puede surgir la rutina, que lleva a muchas parejas a separarse tras varios años de convivencia. Ya lo sabes: el amor hay que cuidarlo cada día por muchos años que pasen.
