Es sabido por todos que el café es una bebida estimulante. Por ello, se ha convertido en todo un clásico al despertar por las mañanas: madrugadores y no tan madrugadores desayunan, café en mano, en búsqueda de un chute de energía para comenzar el día. Pero es posible que, realmente, no se de este efecto. Un estudio científico desmiente la creencia y explica el por qué se debería esperar un poco para que la cafeína haga su efecto.
Recientemente el 'Journal International Society Sports Nutrition' ha hecho una revisión de las cuestiones más frecuentes que rodean a la famosa bebida. Entre ellas, una de las más populares: ¿es bueno tomar café nada más levantarse? Los expertos señalan que, aunque es una rutina imprescindible para muchos, lo cierto es que es aconsejable esperar unas dos horas desde que nos levantamos hasta consumir el café.
Cortisol, la hormona del estrés
La explicación del por qué se recomienda esperar para tomar el café cada mañana radica en el cortisol, la hormona del estrés. Cada día, al despertar, el cuerpo genera esta hormona para activar el cuerpo. Sus niveles se mantienen altos la primera hora y media. Es ahí cuando ya tendría más sentido tomar ese primer café, ya que en un primer momento, es el cortisol el que aporta una mayor energía.
El objetivo de la cafeína en este primer momento es evitar el 'bajón' vespertino tras pasar el pico del cortisol, aunque según los expertos no hay evidencia clara de que esto ocurra. De igual manera, la solución puede radicar en modificar la dosis de cafeína: si hay somnolencia diurna, la solución puede ser tomar un café adicional, tal vez a lo largo de la mañana o después de comer.
Además de ayudar a despertar y mantener la energía a lo largo de la jornada, son varios los beneficios del café: estimula la actividad cerebral, mejora el estado de ánimo, e incluso -según algunos estudios científicos- se relaciona su consumo con reducir la probabilidad de desarrollar Alzheimer.