El café es una de las bebidas más consumidas del mundo y para muchos es esencial para comenzar cada mañana y afrontar la jornada más despierto y con más energía. Pero el café cuenta con beneficios que quizá no todo el mundo conoce y que tienen mucho que ver con nuestra epidermis. De hecho, esta bebida es una gran fuente de nutrientes y antioxidantes, con beneficios para la piel, el cuero cabelludo y el cabello, y un buen aliado para combatir el acné, aumentar el flujo sanguíneo o equilibrar los niveles de pH.
El café es rico en polifenoles, algo que favorece la lucha contra los radicales libres, y en cafeína, con efecto antioxidativo. Estos dos ingredientes son perfectos para luchar contra la sequedad y las arrugas prematuras, por lo que previenen el envejecimiento prematuro de nuestra piel desde dentro y con signos visibles desde fuera.
La cafeína es una sustancia amarga que se encuentra en más de 60 plantas, como los granos de café, las hojas de té o las vainas de cacao, que se utilizan en los productos de chocolate. También existe la cafeína sintética, que se añade a algunos medicamentos (por ejemplo en medicamentos para combatir el resfriado), alimentos y bebidas.
Las ‘bondades’ del café
Al ser una potente fuente de antioxidantes, el café previene el envejecimiento, protegiendo las moléculas que se degeneran en el cuerpo. Además, mejora la circulación en la piel y activa la circulación sanguínea y es un potente antiinflamatorio y diurético, por lo que favorece que se limpie la piel al ayudar en la eliminación de las toxinas. Es, por tanto, perfecto para tratar ojeras y bolsas de ojos, mejorando la circulación.
A esto hay que sumarle que absorbe grasa y líquidos, reafirma, tonifica y tensa la piel de forma natural, eliminando la grasa y flacidez de la cara y del cuerpo. El café posee polifenoles, lo que contribuye a reducir la sequedad de la piel, así como la aparición de algunos problemas cutáneos como la rosácea o la deshidratación.
No solo hablamos de la piel del rostro, también el café, aplicado de manera tópica, favorece a tener una piel más sana en el resto del cuerpo. La cafeína del café, cuando es aplicada en la piel, es capaz de actuar frente a la celulitis y la piel de naranja, ya que reactiva la circulación, aumenta la quema de grasas en el cuerpo y facilita la eliminación de los depósitos de grasa acumulados.
Asimismo, al favorecer la circulación sanguínea, el uso de la cafeína a través de ligeros masajes, permiten combatir las varices y prevenir su aparición. Los granos de café molido pueden utilizarse también para exfoliar la piel al ser un ingrediente natural que puede eliminar células muertas a través de un masaje. Limpia e hidrata al mismo tiempo.
El café protege frente a la radiación ultravioleta del sol, aunque por supuesto, es necesario siempre usar protección solar y no exponerse en exceso a los rayos del sol. Este es sin duda el beneficio más interesante del café para cuidar nuestra piel desde dentro. Existen estudios científicos que aseguran que la cafeína podría tener un efecto muy beneficioso sobre nuestra piel en cuanto a la radiación ultravioleta que recibe a diario.
Incluso algunas investigaciones realizadas en Europa, Australia y Estados Unidos afirman que las personas que tomaron más de dos tazas de café al día tenían menor riesgo de tener carcinoma basocelular, provocado sobre todo por una exposición prolongada al sol. Pero ojo porque esto no se ha demostrado con el carcinoma epidermoide. Un estudio publicado por la Academia Americana de Dermatología, y realizado en una población asiática de 63.257 personas, asegura que los que bebían más de tres tazas de café al día tenían menor riesgo de sufrir cáncer de piel no melanoma.
Café y acné
Si bien el café no produce acné, algunas tesis indican que este problema cutáneo podría agravarse si se consume en exceso. Las hormonas del estrés, como el cortisol, pueden incrementar la cantidad de grasa producida por las glándulas sebáceas, por lo que podemos volvernos más proclives a los brotes. Los antioxidantes, estimulantes y ácidos clorogénicos en el café pueden convertirlo en un exfoliante facial eficaz para combatir el acné.
Aparte de la cafeína, otro factor que también afecta a la piel es cómo tomamos el café. Entre los ingredientes clave de una taza de té o café están la leche y el azúcar, dos de los cuatro principales desencadenantes dietéticos que contribuyen a los brotes de acné.
Café para un pelo más fuerte
Sí, el café también puede ser bueno si buscas una melena más larga y un cabello más fuerte y revitalizado. Como ya hemos comentado, el café tiene un gran poder antioxidante que facilita la correcta circulación sanguínea, algo que ayuda a restaurar el pelo dejándolo más brillante y previene así el envejecimiento capilar prematuro. Además, con sus propiedades depurativas, limpia el cuero cabelludo gracias a su poder exfoliante para eliminar toxinas y la suciedad o contaminación acumuladas a lo largo del día.
Eso ayuda a evitar que aparezcan molestos picores e incluso la caspa. Se puede usar mezclando un poco de café molido con aceite de coco o miel y aplicarlo sobre el cuero cabelludo con un ligero masaje. Según un estudio publicado por el International Journal of Dermatology, la cafeína es un efectivo inhibidor de la DHT, hormona androgénica que debilita el pelo provocando su caída. Por ello, su uso tópico fortalece el folículo piloso, mitigando la pérdida capilar.
No te pases con el café
Aunque el café cuenta con muchas propiedades, es cierto que no hay que consumirlo en exceso (no afecta de igual manera a todas las personas), ya que si se toma demasiada cafeína podemos exponernos a problemas de salud como el insomnio, los dolores de cabeza, un aumento en la presión arterial, un ritmo cardíaco demasiado rápido y hasta inquietud, ansiedad y temblores. Además, la cafeína puede aumentar la liberación de ácido en el estómago, lo que a veces conduce a malestar estomacal o acidez y puede interferir con la absorción de calcio en el cuerpo.