Una alimentación sana y equilibrada debe estar en nuestro punto de mira durante todo el año, pero quizá es el mes de septiembre el más apropiado para poner en marcha una dieta que nos permita cuidarnos por dentro y por fuera. Dejar a un lado los malos hábitos a la hora de comer no solo nos hará estar alejados de posibles enfermedades sino que nos hará recuperar la forma o perder esos kilitos de más que tal vez hayamos ganado durante el verano.
Según datos de la Asociación de Fabricantes y Distribuidores (AECOC), ocho de cada 10 consumidores españoles gastan más en alimentos saludables desde la pandemia de la COVID-19. Nuestra salud nos preocupa más que nunca, y por lo tanto buscamos una dieta diaria lo más beneficiosa posible. Y lo cierto es que, pese a que se piense lo contrario, mejorar nuestra alimentación no es difícil. No se trata de realizar cambios drásticos o agresivos, sino de ser constantes y tener determinación.
Alimentación más sana para vivir mejor
Comer mejor, incluir frutas y verduras y evitar alimentos ricos en grasas o azúcar, puede ayudarnos a evitar algunas enfermedades que harán mermar nuestra buena salud general. Es esencial recordar que la clave para tener una dieta equilibrada está en modificar los hábitos poco a poco, de forma paulatina, para que el cuerpo se acostumbre. Puedes empezar con estos pequeños pasos:
Reducir el azúcar. El azúcar añadido que se encuentra en la mayoría de los alimentos que tomamos a diario hace que nuestro cuerpo se haya acostumbrado a este ingrediente para satisfacer una necesidad gustativa. Algo que preocupa a la Organización Mundial de la Salud (OMS), que ha declarado en varias ocasiones que es la principal causa de obesidad y diabetes. Prueba a acostumbrar al cuerpo a sustituir el azúcar por estevia, miel o dátiles. Son mucho más sanos, y reducirás sus efectos nocivos. Verás que el cambio apenas cuesta y darás a tu cuerpo alimentos mucho más saludables.
Aumenta el consumo de frutas. Son saciantes -te ayudarán a adelgazar-, refrescantes y muy sanas. Introducir frutas y verduras en la dieta diaria es otro de los consejos que da la OMS. “Aportan fibra, vitaminas y minerales que harán que tu cuerpo funcione como un reloj. Además, permiten muchas combinaciones: puedes prepararlas en zumos y también incorporarlas en deliciosas ensaladas, además de comerlas solas y en muchos casos con piel, lo que aumenta la cantidad de fibra”, recomienda Lidia Vives, Brand Leader de FITFIU Fitness. Puedes incluirlas en platos con arroz o pasta integral a modo de acompañamiento.
Incluye legumbres en tu dieta. Tienen una gran cantidad de proteínas y además son saciantes, ricas en fibras y en vitaminas y minerales. En cuanto a los cereales (harinas, arroz, pasta, cuscús), apuesta por los integrales.
Hay grasas y grasas. Las peores grasas para el cuerpo humano son las denominadas saturadas. Se encuentran en el queso, la mantequilla, así como en determinadas carnes y helados, además de otros alimentos. Hay alternativas para ofrecer al cuerpo grasas más saludables. Es el caso, por ejemplo, del aceite de coco, que posee el llamado colesterol bueno. Sumar también aguacates o semillas darán un aporte de grasa muy interesante y sano para tu cuerpo.
Dale más importancia a la fibra. No prestamos toda la atención que deberíamos a la fibra. Se trata de un elemento fundamental para mantener en forma la flora intestinal. Los alimentos que tienen un alto porcentaje de fibra te ayudarán a fortalecer el sistema digestivo, mejorar los niveles de colesterol y equilibrar el azúcar en sangre. Entre las principales fuentes de fibra están los productos integrales. Combínalos y tómalos siempre. Obtendrás todos los beneficios de una dieta sana y equilibrada.
Mantente siempre hidratado. Se dice que el agua es fuente de vida, y no hay nada más cierto que esta afirmación. Tomar un vaso de agua con regularidad ayuda a evitar la sequedad de la piel, a limpiar los riñones y mejorar los procesos digestivos. No olvides mantenerte siempre debidamente hidratado, más aún cuando practiques deporte.
Evita dietas milagro
La idea es mantener una alimentación equilibrada durante todo el año, por lo que llegar a septiembre y querer perder en pocos días los kilos que nos sobran, no es una buena idea. Si tu objetivo es adelgazar, ponte en manos de un nutricionista que te explique cómo debes comer para perder peso sin efecto rebote y sin perjudicar a tu salud, que al final es lo más importante. Las dietas milagro pueden ser gratificantes al principio, pero a largo plazo solo te traerán problemas y frustraciones indeseadas.
Si eres de los que lleva años comiendo mal, empieza poco a poco a incluir frutas y verduras en tu dieta diaria. Hazlo de manera paulatina para no agobiarte y empieza por aquellos alimentos que te gustan y que no te costará demasiado disfrutar en las comidas. Pérmitete algún día ‘libre’, por ejemplo, una noche y una comida a la semana, en la que puedas comer algo que te guste mucho y que no sea quizá tan saludable como debería. Eso sí, no te pegues un atracón, controla la cantidad también ese día.
“Estos consejos alimentarios deben ir acompañados de una rutina regular de ejercicio y unos hábitos de vida saludables. Aplicar ambas prácticas nos permitirá mantener siempre mente y cuerpo sanos, y nos ayudará a vivir mejor, tanto en el plano laboral como en el personal”, asegura Vives.
Hazte un planning
Llevar unos hábitos de alimentación saludables es fácil si planificas las comidas. Los domingos deberías hacer una lista para el lunes hacer la compra para toda la semana. Incluye ensalada para cenar, verduras y fruta, algún snack saludable (como crudités de apio o zanahoria) y, si eres de los que no puede vivir sin pan, compra pan integral para acompañar tus comidas.
Si tienes que hacerte tú la comida, organiza tu menú semanal durante el fin de semana para tener controlado qué comer y cenar cada día y no caer en la tentación de picar cualquier cosa que haya en el frigorífico.