Todos, en algún momento de nuestra vida, hemos oído hablar de las dietas exprés. A pesar de contar con un buen número de detractores, que advierten de los peligros que puede suponer para la salud perder peso en tan poco tiempo, planes de adelgazamiento como la dieta de la avena o la dieta de la piña siguen sumando adeptos. Es el caso de una de las versiones de esta última, la denominada dieta de la piña y el pollo que parte como una de las favoritas recién empezado el año.
Tras los excesos navideños y con los propósitos del nuevo año en mente, muchas personas bucean entre el inmenso mundo de las dietas en busca de la más efectiva y, por pedir, fácil de llevar a cabo. Así, la dieta del pollo y la piña se convierte en una de las más seguidas.
Y no solo porque prometa grandes resultados en poco tiempo, sino porque, a pesar de que se puede pasar hambre, es fácil de seguir. Este popular plan es uno de los más buscados en internet y también uno de los más cuestionados. Y es que hay quien asegura que, además de suponer un riesgo para la salud, no impide que a los pocos días se recuperen los kilos perdidos.
Sin embargo, para muchos sigue siendo una eficaz manera de adelgazar rápidamente en casos puntuales, y sin mucho esfuerzo.
¿Qué es la dieta del pollo y la piña?
Como claramente señala su nombre, esta dieta consiste en comer, casi exclusivamente, piña y pollo. En realidad, es una variante de la popular dieta de la piña, centrada en el consumo de esta deliciosa fruta y que en su versión menos restrictiva permite otros alimentos como las proteínas.
Proteínas de calidad como las que contiene el pollo, protagonista también de este régimen con el que aseguran se pueden adelgazar hasta cuatro kilos en tan solo tres días. Un interesante reclamo que llama la atención de muchos, y despierta las críticas de otros.
Aunque muchos advierten de sus riesgos, también hay quienes aseguran que funciona. La piña es uno de los alimentos más diuréticos y depurativos que existen, facilitando la eliminación de líquidos y toxinas acumuladas, y rica en vitamina C y yodo, tal y como señalan desde la Fundación Española de la Nutrición.
Mientras que el pollo es una de las proteínas con menos grasas y “tiene como componente mayoritario, en un 70 por ciento aproximadamente, al agua” asegura la FEN. Así, el efecto depurativo de la piña y el bajo aporte calórico de esta dieta (sin apenas grasas ni azúcares) ayudan a cumplir el propósito: adelgazar hasta cuatro kilos.
¿Cómo se hace la dieta del pollo y la piña? Menú
Con el pollo y la piña como protagonistas de la dieta, este plan para adelgazar reduce al máximo el consumo de otros alimentos, como aquellos ricos en grasas y azúcares, e incluso las legumbres o los hidratos de carbono como el pan o la pasta.
Eso sí, los expertos advierten que es importante tener en cuenta que el pollo no puede ser cocinado de cualquier manera, tan solo es apto en esta dieta a la plancha, y la piña no puede contener jugos ni almíbar, solo al natural.
Además, es importante mantenerse activo para que no baje el metabolismo y se recomienda beber al menos dos litros de agua.
Un ejemplo de menú diario de la dieta de la piña y el pollo sería:
- Desayuno: un café o infusión sin azúcar, un yogur desnatado y un par de rodajes de piña.
- A media mañana: una infusión o una rodaja de piña.
- Comida: 200 gramos de pechuga de pollo a la plancha y dos o tres rodajas de piña.
- Merienda: un yogur desnatado y una rodaja de piña.
- Cena: al igual que en la comida, 200 gramos de pechuga de pollo a la plancha y dos o tres rodajas de piña.
Riesgos y precauciones
La dieta del pollo y la piña es una dieta restrictiva que no recomiendan llevar a cabo durante más de los tres días establecidos. Así, también advierten que es aconsejable consultar con un especialista que garantice el buen estado de nuestra salud antes de iniciar este y cualquier otro régimen. Además, es importante interrumpir la dieta si se nota cualquier molestia.
Los detractores de este tipo de planes advierten que tras dietas tan restrictivas como esta, es inevitable sufrir efecto rebote, recuperando en poco tiempo los kilos perdidos. Por eso, es aconsejable seguir un plan de mantenimiento después, en el que ir introduciendo los alimentos de nuevo poco a poco para acostumbrar al cuerpo.