Te levantas un día y de repente tienes los ojos muy rojos. No has hecho mucho esfuerzo, pero los tienes irritados y te escuecen. También es posible que te suceda tras estar varias horas frente a la televisión o al ordenador, pero ¿por qué ocurre? Si te has encontrado un alguna de estas situaciones, la causa de que se pongan de ese color es porque los vasos sanguíneos se hinchan o se dilatan, aunque hay motivos más graves detrás.
Por lo general no hay razón para preocuparse, pero cuando se combinan con dolor ocular o visión deteriorada, puede indicar un problema médico grave. El enrojecimiento de estos órganos es la causa de visita más común en oftalmología, pero además, desde que millones de personan teletrabajan, la incidencia en las consultas ha crecido exponencialmente. Jorge Casco, oftalmólogo residente del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, ha explicado a Vozpópuli cuáles son los principales motivos y cómo evitar estas molestias que dificultan nuestra visión.
La mayoría de las veces la presencia de esta molestia está relacionada con alteraciones de la superficie ocular que en muchas ocasiones no representa un gran problema, aunque no obstante también puede relacionarse con patologías que revisten gran gravedad. "Mi recomendación es que ante que cualquier duda la mejor opción siempre será consultar con un profesional. En el diagnóstico diferencial del ojo rojo, como primera aproximación, deberemos valorar si duele o no, pues en función de este dato nos orientamos hacia un lado u otro", revela el especialista.
Ojo rojo con dolor
El doctor hace hincapié en que el paciente debe saber diferenciar entre las molestias oculares (tipo sensación de cuerpo extraño) y el dolor porque eso es crucial para que la valoración médica sea más certera. "Aunque en este tipo de casos podría ser uveitis, glaucoma agudo, herpes, dacriocistitis, celulitis orbitaria o epiescleritis, bien es cierto que lo más común son las úlceras corneales", explica el especialista.
Estas dolencias son sensaciones de cuerpo extraño o dolor acompañadas del enrojecimiento, que a veces tienen secreciones y en algunas ocasiones en la córnea se puede verse una lesión blanquecina. "Es necesaria una valoración oftalmológica porque además puede presentarse también con visión borrosa. Hay que prestar especial atención en los pacientes que usan lentes de contacto", comenta Casco.
La conjuntivitis es como un catarro que afecta al ojo y puede llegar a durar hasta cuatro semanas
El glaucoma agudo es incremento brusco de la tensión ocular. Sus síntomas son dolores muy fuertes, a veces acompañados de náuseas y una dilatación media y fija de la pupila respecto al otro ojo. "Es fundamental acudir a urgencias porque puede tener graves consecuencias y mal pronóstico visual si no se trata a tiempo", dice el doctor. En cuanto a la uveitis, es una inflamación intraocular de una de las capas del ojo y puede afectar tanto a la parte anterior como posterior. Se presenta con dolor ocular, enrojecimiento y fotofobia y en ocasiones se producen episodios de repetición. "Hay que estudiar si existe una causa subyacente e iniciar un tratamiento antiinflamatorio", continúa Jorge.
La dacriocistitis es una infección de la vía lagrimal que se presenta con dolor en la zona interna, inflamación y enrojecimiento. "Suele haber secreciones y requiere tratamiento antibiótico por lo que se recomienda valoración de un profesional", dice el experto. La epiescleritis/escleritis, aunque a veces se presenta sin dolor, es una inflamación de la esclera que también requiere tratamiento antiinflamatorio. "Además, es posible que una de las causas del ojo rojo sea algún tipo de traumatismo sobre la región orbitraria que habrá que valorar durante la exploración", añade el oftalmólogo.
Ojo rojo sin dolor
El oftalmólogo asegura que la mayoría de las veces que no hay dolor cuando sí el enrojecimiento no hay que preocuparse, pero a veces se dan casos que "sorprenden". El hiposfagma, una hemorragia superficial que no afecta al interior del ojo, suele aparecer de forma súbita y está normalmente relacionada con aumentos puntuales de la tensión arterial (no de la presión intraocular).
Mi recomendación es que ante que cualquier duda, lo mejor opción siempre será consultar con un profesional
"Es más frecuente en pacientes anticoagulados o antiagregados y suele resolverse espontáneamente y de forma progresiva, es como un hematoma en cualquier otra parte del cuerpo pero en una de las capas del ojo. Normalmente recetamos lágrimas artificiales para reducir las molestias y si duele es recomendable valoración por un especialista porque hay que descartar otras complicaciones. Además, si aparece frecuentemente es recomendable consultar con el médico de familia porque la tensión arterial puede estar alterada y necesitar medicación o ajuste de la misma", revela Jorge.
Una de las afecciones más comunes es la conjuntivitis, la inflamación de la conjuntiva. "Puede ser infecciosa (vírica o bacteriana, es lo más frecuente) o alérgica. Esta última se suele presentar de forma bilateral, mayor tiempo de evolución y los síntomas son picor, lagrimeo o enrojecimiento. En cuanto a la primera, es unilateral, aunque se puede contagiar al otro ojo (o a otra persona) si no se tienen medidas adecuadas de higiene y aparecen secreciones, sensación de cuerpo extraño, escozor, ojo rojo, párpados inflamados, ojo pegado por la mañana... Es como un catarro pero que afecta al ojo y es normal que empeore durante la primera semana y se extienda hasta casi un mes", revela.
Como tratamiento se suelen utilizar antibióticos (que serían útiles si se tratara de una bacteriana) pero lo más frecuente es que sea vírica. "Como sabemos bien ahora por la pandemia, para los virus no hay tratamientos muy eficaces por lo que la mayoría de opciones son para disminuir las molestias. Es fundamental la higiene, la paciencia y el uso de lágrima artificial (fría de la nevera alivia más)", aconseja el doctor.
Es de vital importancia saber diferenciar entre las molestias oculares (tipo sensación de cuerpo extraño) y el dolor
Otra de los motivos del enrojecimiento ocular puede ser la blefaritis y ojo seco, una inflamación de párpado y disfunción de las glándulas que se encuentran en él y que secretan contenido para la película lagrimal. "Se tiene como una sensación de arenilla constante y a veces se relaciona con visión borrosa. Es más frecuente en pacientes que utilizan pantallas o leen mucho, pues al fijar la atención en una actividad parpadeamos menos y te puedes imaginar, se seca más. Para tratarlo se recetan las lágrimas artificiales, si es posible mucho mejor con ácido hialurónico y sin conservantes. Además, se recomienda la higiene adecuada del párpado con toallitas de limpieza palpebral", concluye.