Los propósitos vuelven como cada mes de enero a nuestras vidas. Unos se propondrán (de nuevo) apuntarse (e ir) al gimnasio, otros querrán perder peso para estar listos con la operación bikini antes del verano, unos pocos intentarán ahorrar en la cuesta del primer mes del año nuevo, otros dejar de fumar y seguro que alguno se propondrá también ser un poquito más feliz aunque las perspectivas no acompañen demasiado. Pero, ¿te has planteado algún Año Nuevo cómo redescubrir tu sexualidad y tener una relaciones más satisfactorias?
A veces nos olvidamos del lugar importante que las relaciones sexuales ocupan en nuestra vida y quizá es el momento de coger un bolígrafo y una agenda y apuntar aquellos propósitos que nos pueden ayudar también en este aspecto para los próximos doce meses que tenemos por delante.
Es cierto que tener objetivos en mente es realmente positivo y tendrás que esforzarte para ir cumpliéndolos, pero también es necesario ser realista y saber exactamente qué es lo que echas en falta en el sexo o necesitas mejorar para comprometerte de verdad con esos cambios que debes hacer.
Poner el foco en una mejora de la actividad sexual nos hará conocer mejor nuestro cuerpo, conocernos mejor a nosotros mismos y conocer en profundidad a tu pareja (si la tienes) para que haya una comunicación más fluida, algo que sin duda supondrá una mejora de tu bienestar general y te harán sentir mucho mejor a lo largo de todo el año. Para empezar, hazte estas preguntas:
- ¿Qué quieres conseguir?
- ¿Con quién te gustaría hacerlo?
- ¿Dónde quieres hacerlo?
- ¿Cuándo quieres hacerlo?
- ¿Qué vas a hacer para conseguirlo?
Propósitos que puedas cumplir
Si ya has planteado en tu cabeza que quieres cambiar ciertos aspectos de tus relaciones sexuales, estos son los cinco propósitos que deben estar en tu lista de prioridades:
Aprende a saber lo que te gusta
Antes de hacer esta ‘lista’, lo primero es analizar cómo ha sido tu vida sexual hasta ahora, qué tipo de encuentros has tenido y si esos siempre han sido satisfactorios o habría algunas cosas que mejorar. Es fundamental que te pares a pensar en qué es lo que más te gusta y cuáles son las situaciones que te disgustan o no te provocan esa satisfacción que todos buscamos. Incluso puedes analizar si hay alguna fantasía que te gustaría cumplir sola o en compañía de tu pareja. Se trata de redescubrirte y conectar contigo mismo para poder avanzar.
Es en ese momento cuando debes marcar tus límites y dejar atrás aquellas situaciones que no te hagan disfrutar de tu sexualidad. Comunícate, habla con tu pareja, pídele lo que necesitas y escucha qué necesita la otra persona para que ambos os sintáis más cómodos. Se trata de que tú disfrutes, pero también de que lo haga la persona que tienes al lado (si es que la tienes, claro).
Si lo necesitas, pide ayuda
No hay que tener vergüenza a la hora de acudir a un sexólogo que te ayude a resolver tus dudas. Es el momento de romper esos tabúes que no nos hacen avanzar. Hay muchas mujeres y muchos hombres con problemas sexuales, falta de deseo temporal, problemas de comunicación… No eres el único ni la única. Los expertos están ahí para echarte una mano y hacerte descubrir ciertos aspectos de tu sexualidad que probablemente nunca te habías planteado. Ellos te darán buenos consejos e incluso algunos trucos para experimentar y alimentar tu vida sexual.
Apuesta por la calidad
Muchas veces se piensa que cuantas más relaciones se tengan, más placer se va a conseguir, y no siempre es así. Según un estudio de Gleeden, cuatro de cada diez mujeres de entre 51 y 60 años nunca ha utilizado un juguete sexual y ocho de cada diez consideran tener un nivel de deseo sexual medio o alto. Dedica tiempo a conocer tu cuerpo, a experimentar y a tomarte las cosas con calma. Las prisas nunca son buenas y siempre es mejor elegir calidad que cantidad sexualmente hablando.
No finjas
Quizá este propósito está muy relacionado con los anteriores y aunque te parezca una obviedad, aún hay muchas mujeres que fingen un orgasmo con su pareja para ‘no quedar mal’. Esto lo único que consigue es que disminuya la autoestima, que en muchas ocasiones se sienta que se es menos que la otra persona y puede concluir en una falta de deseo sexual o incluso en una aversión a las relaciones sexuales.
Apuesta por relaciones que cumplan tus expectativas, no te conformes ni mientas a tu pareja (ya sea formal o esporádica), con eso solo lograrás frustración. No ocultes el problema, comunícate y busca soluciones si te pasa habitualmente.
Planifica tiempo para ti
A veces, las prisas, el estrés diario, la familia, el trabajo y las demás rutinas copan buena parte de nuestro día a día. Muchas veces llegamos a casa con el único propósito de meternos en la cama y desconectar hasta la mañana siguiente. ¡Gran error! Intenta planificar tu agenda de manera que tengas tiempo para ti varios días a la semana. ¿Sabías que la masturbación ayuda a mejorar el funcionamiento de tu sistema inmune y disminuye el riesgo de contagiarte por algún virus o sufrir alguna infección?
Además, cuando se tiene un orgasmo, la segregación de oxitocina (conocida como hormona de la felicidad o del amor y que es una molécula orgánica pequeña que consta de sólo nueve aminoácidos y se produce en el sistema nervioso central), de dopamina (un neurotransmisor frecuentemente considerado como causa de las sensaciones placenteras) y de endorfinas (sustancias naturales sintetizadas por el cerebro cuya misión es bloquear los detectores del dolor en el mismo), se genera de natural esa sensación de bienestar, así como una relajación de las tensiones, algo que favorece que disminuya el nivel de estrés y que aumente la felicidad.
Si tienes pareja, intentad dejar una noche solo para vosotros en la que dejéis los móviles apagados y no haya nada más importante que teneros uno al otro. Probad posturas nuevas, intentad llevar a cabo alguna fantasía que compartáis y sentiros libres de explicar al otro lo que necesitáis en cada momento siempre de manera consensuada y de mutuo acuerdo.