La reproducción asistida consiste en extraer los óvulos del cuerpo de una mujer que se mezclan con esperma para producir embriones. El retraso en la edad de ser madre propicia que cada vez más mujeres recurran a tratamientos de reproducción asistida para conseguir un embarazo, ante la imposibilidad de lograrlo de forma natural.
Esto es debido a que a partir de los 35 años se produce una pérdida de ovocitos y disminuye la calidad embrionaria, lo que se traduce en una menor tasa de implantación y, por tanto, de embarazos.
La fecundación in vitro es el tipo más común y eficaz de Tecnología de Reproducción Asistida. Estos procedimientos a veces usan óvulos de donantes, un donante de esperma o embriones previamente congelados. Entre las claves a tener en cuenta en tratamientos como el de la fecundación in vitro (FIV) se encuentran la edad de la mujer, la calidad de los ovocitos y el número y calidad de los embriones transferidos. Además, también puede ser de ayuda la suplementación con complementos de origen natural.
El período fértil de la mujer se sitúa entre los 16 y los 30 o 35 años aproximadamente. “A partir de esa edad la fertilidad femenina empieza a disminuir de forma progresiva debido a que la reserva ovárica se va agotando, sobre todo a partir de los 37-38 años”, sostiene la doctora Patricia Sanmartin, scientific advisor de Procare Health, laboratorio especializado en salud de la mujer.
Lo cierto es que nuestro estilo de vida actual y diversos factores, como la prolongación de la etapa estudiantil o las dificultades para conseguir un puesto de trabajo estable, están retrasando la edad de ser madre, lo que puede dificultar las posibilidades de conseguir un embarazo de forma natural. Además, pueden influir otros aspectos como la vida sedentaria, la obesidad o el consumo de determinados tóxicos.
Como consecuencia de todo eso y del envejecimiento, “la calidad de los óvulos descenderá, lo que impactará en la calidad de los embriones y hará que estos no sean capaces de implantarse en el útero. Esto se traduce en una menor tasa de embarazo, además de contribuir a un mayor riesgo de aborto y de anomalías cromosómicas”, advierte la doctora.
Cuándo acudir a un centro de FIV
La norma general asegura que si después de un año manteniendo relaciones sexuales frecuentes (dos o tres veces por semana) y sin protección no te has quedado embarazada y es tu deseo, es el momento de pedir ayuda. Si la edad de la mujer supera los 37 años, los expertos recomiendan pedir esa ayuda pasados seis meses.
También es frecuente asistir a un centro de reproducción asistida cuando la mujer sufre endometriosis, una obstrucción de las trompas o problemas genéticos que compliquen el embarazo.
El médico debe hacer un diagnóstico
Es fundamental que se haga un estudio completo tanto de la mujer como de su pareja (si la tuviera) para saber si el problema de fertilidad está relacionado con la mujer o con el hombre. Un médico especialista en la materia debe analizar vuestra salud general con diferentes pruebas y analíticas dependiendo de vuestros antecedentes familiares y vuestro historial médico, y ese será el primer paso para una posible reproducción asistida.
Hasta qué edad se puede hacer
En España la ley no pone un límite de edad para someterse a tratamientos de reproducción asistida, pero los centros de fertilidad se basan en las recomendaciones de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), que indica no realizar tratamientos a mujeres de edad igual o superior a los 50 años, siempre que se encuentre en óptimas condiciones de salud.
No siempre funciona
Los tratamientos de reproducción asistida son un gran avance para aquellas mujeres que tienen el deseo de ser madres, pero no son infalibles. No siempre se consigue el embarazo en las condiciones que queremos y aunque las técnicas han avanzado mucho en estos años, a veces "es necesario realizar tratamientos sustituyendo el óvulo o el espermatozoide de la pareja por el de donantes, y esto no siempre es fácil de encajar. Hay mujeres y parejas que deciden no dar este paso”, explican desde el Centro Gutenberg.
Cuánto tiempo dura
Tras el estudio de salud de la mujer y en su caso de su pareja, el tiempo que dura el tratamiento depende del protocolo que elija el médico y de cada situación en particular. Suele empezarse el primer día de menstruación y esto puede retrasarse un mes si el doctor lo considera necesario. Hay que tener paciencia y seguir siempre las indicaciones médicas para asegurarnos que todo se hace con todas las medidas beneficiosas para la salud.
Qué pasa tras la reproducción asistida
Cuando una mujer se somete a un tratamiento de FIV, ya sea con tus propios óvulos o con óvulos de una donante, pueden sobrar embriones después de la transferencia en fresco (uno o dos, según el caso) y deben congelarse. Una vez hecho esto, se pueden usar para nuevos intentos, donar para investigación, a otras parejas o destruirlos, siempre que ya no puedas quedarte embarazada de nuevo y lo puedas demostrar según establece nuestra Ley de reproducción asistida.
Un poco de historia
Louise Brown fue la primera de la historia que nació a través de reproducción asistida. Fue en Reino Unido en el año 1978 y su nacimiento fue un hito histórico para la ciencia. Sus padres, Lesley y John Brown, llevaban nueve años intentando tener hijos, pero las posibilidades de un embarazo de forma natural eran mínimas tras un diagnóstico de obstrucción de las trompas de Falopio.
Fue entonces cuando se pusieron en manos del fisiólogo Robert Edwards (que en 2010 ganaría el Nobel de Medicina como pionero en poner en prácticas las técnicas de fecundación in vitro), el ginecólogo Patrick Steptoe y la enfermera Jean Purdy.
Por otro lado, la inseminación artificial se comenzó a practicar hace siglos. De hecho, nos tenemos que remontar al siglo XVIII, concretamente a 1785, cuando el cirujano escocés, John Hunter, fue el responsable de este hito histórico: la primera inseminación artificial con éxito en seres humanos.