Científicos británicos proponen que el esperma se pueda donar post mortem, como sucede con los órganos, si la persona fallecida lo predispone. No solo es moralmente permisible, argumentan, sino que ayudaría a cubrir la demanda frente a la escasez de donaciones.

“Donde dije digo, digo Diego”, es el refrán que mejor define la actitud de los diseñadores de la firma Dolce & Gabbana. Si hace meses hacían declaraciones en contra de la paternidad entre el público gay y contra la fecundación in vitro, los modistos se acaban de retractar en la edición americana de ‘Vogue’ alegando que “la ciencia está sobre la mesa para ayudar a la gente”.