Nuestra salud mental puede verse afectada por muchos y variados motivos. Un momento de estrés, una mala relación familiar o laboral, problemas en las relaciones de pareja, una pérdida trágica… Son muchos los factores que pueden desencadenar un problema. Una ruptura o separación sentimental es uno de los asuntos que más ansiedad pueden provocarnos ya que dentro de nosotros se dan una serie de cambios personales que no todo el mundo sabe cómo afrontar.
La ‘pérdida’ de un amor conlleva que la persona (sea la dejada o la que deja) tenga que adaptarse a una serie de cambios vitales que requieren un gran esfuerzo emocional.
Además, la incertidumbre que supone la soledad, la posible pérdida de otras relaciones que tuvieran que ver con la vida en pareja, un cambio de residencia o de rutinas sociales son algunas de las consecuencias que más problemas en nuestra salud mental puede provocarnos. Ese miedo a lo nuevo hay que afrontarlo de frente.
Cuida tu salud mental desde el principio
Independientemente de cómo de larga haya sido la relación o de los motivos de la separación, puede que sientas que no puedes con ello. Pero no es así. Ese dolor que sientes al principio irá desapareciendo y se convertirá en una forma de aprendizaje para estar más satisfecho y feliz en una relación futura. Laura Palomares, psicóloga de Avance Psicólogos nos da seis claves para llevar lo mejor posible esta situación:
Equilibra momentos de soledad con actividad social. Es favorable tener momentos de ocio y planes con amigos o familia que seguro que tratan de sacarnos una sonrisa en un momento que tal vez no sea el mejor de nuestra vida. Pero también debemos encontrar “un equilibrio con momentos de intimidad para permitirse la tristeza y poder digerir la pérdida”.
No busques información sobre tu expareja para bajar la ansiedad. No es fácil con todas las redes sociales que ahora hay a nuestro alcance y por supuesto cuesta mucho soltar el vínculo con la pareja. Una manera muy común de querer bajar la ansiedad que nos provoca es buscar al otro en todas partes, comprobar su perfil en aplicaciones, querer saber qué hace, si ha rehecho su vida, si lo está pasando mal o por el contrario es feliz sin nosotros… “Esto no hace sino aumentar la ansiedad y generarnos sentimientos de dependencia”, por lo que es fundamental evitarlo en los meses posteriores a la ruptura.
Retoma los hábitos y actividades que te gustaban y que durante la relación de pareja dejaste de lado. Esto generará una nueva rutina satisfactoria para ti, te ayudará a ensanchar círculos y abrir tus relaciones sociales y mejorará tu autoestima. Es bueno buscar esos olores que te gustan, cocinar algo delicioso que te haga sentir bien, dar un paseo por una calle que siempre te ha generado buenos recuerdos y hacer pequeños gestos que te proporcionen pequeños instantes de felicidad que poco a poco irán siendo más y mejores.
Aprende a gestionar la incertidumbre. Muchos de tus pensamientos van a partir del miedo a los cambios y a cómo va a ser el futuro a partir de ahora. Piensa que, si bien no podemos saberlo con seguridad, estás tratando de actuar y cuidarte en el momento presente de la mejor manera que puedes. Céntrate en el aquí y ahora que es lo que tú puedes dominar.
Expresa tus emociones de forma equilibrada. Habla con tus personas de confianza de tus sentimientos, pero no lo hagas de forma obsesiva. Aprende a desahogarte y cambiar de tema en el momento justo, a escuchar a quien te está escuchando a ti preocupándote por sus asuntos y mostrando interés por otros temas. Te ayudará a avanzar y sentirte mejor contigo.
Por supuesto, buscar ayuda en un profesional también es esencial, él te dará una visión objetiva y te orientará en los pasos que debes dar conociendo tu situación personal. Cada persona es un mundo y necesita unos tiempos para recuperarse.
Aprovecha para ser constructivo. No dudes en reflexionar sobre cuál ha podido ser tu parte de responsabilidad en la ruptura, de manera que te sirva como aprendizaje para futuras relaciones, “pero no caigas en ver la ruptura como un fracaso, nunca lo es”. Cada experiencia de pareja que vivimos nos aporta cosas importantes y nos enseña mucho sobre nosotros mismos.
Fases del duelo tras la ruptura
Igual que cuando perdemos a alguien cercano por una muerte, una ruptura sentimental también requiere su tiempo para ser asimilada. Es un duelo más y consta de varias fases que deberíamos conocer (no todas las personas pasan por todas estas etapas ni en este mismo orden) para tratar de tomarnos ese proceso con más calma, sin presionarnos demasiado y tomándonos el tiempo que cada uno necesite.
- Negación. Es la primera reacción. Sentimos incredulidad, pensamos que eso no puede estar pasándonos a nosotros y no asimilamos que una relación se ha terminado y que, en muchas ocasiones, no volveremos a saber nada de esa persona con la que hemos compartido tantos momentos de intimidad.
- Ira. Tras la asimilación de que la ruptura es real y ser conscientes de que tenemos que salir adelante, se produce una etapa en la que los sentimientos que priman son la rabia, el rencor y el resentimiento. Aquí es habitual buscar culpables e incluso hacernos culpables a nosotros mismos. Se produce por una frustración al no poder cambiar la situación.
- Negociación. En este momento del duelo, podemos pasarnos noches y días enteros preguntándonos qué habría pasado si hubiéramos hecho tal cosa, si no nos hubiéramos comportado de una manera determinada o no hubiéramos dicho algunas otras cosas. Es un momento en el que se fantasea con lo que hubiera podido haber sido… y no fue.
- Depresión. La tristeza y la sensación de vacío se pueden apoderar de una persona tras una ruptura sentimental. No hablamos de una situación clínica o una enfermedad mental, sino de un conjunto de emociones vinculadas a esa tristeza que nos provoca en nuestro interior la pérdida del ser querido.
- Aceptación. Todos podemos aprender a convivir durante un tiempo con ese dolor emocional y poco a poco iremos recuperando la capacidad de sentirnos alegres y ‘liberados’ de ese dolor que no nos deja avanzar. La ayuda de un psicólogo es muchas veces la mejor opción porque, como decíamos anteriormente, nos hará ver que no somos los únicos en el mundo en sentirnos así y que se puede salir de ahí siguiendo los pasos que debemos.