Convertida en una de las grandes protagonistas de las relaciones sexuales, la pasión en el sexo puede convertirse en un arma de doble filo. Y no lo decimos nosotros, así lo aseguran diferentes estudios que señalan que lesionarse durante los encuentros de pareja es más común de lo que nos imaginamos.
Dispuestos a disfrutar de una noche de placer, pocos son los que imaginan que dejarse llevar por el deseo y la pasión puede provocar que una esperada cita acabe en la sala de urgencias de un hospital. Así lo señalan los expertos, que aseguran que es frecuente la visita a un centro médico tras un encuentro sexual.
Según Meetville, conocida plataforma de citas para solteros en todo el mundo, una de cada tres personas confiesa haberse lesionado practicando sexo. Probar nuevas posturas o juegos, o dar rienda suelta a la pasión puede hacernos perder el control de nuestras capacidades físicas sin ser conscientes de algunos riesgos. Aunque eso sí, hay una explicación científica.
Así lo confirma el Doctor Kevin Jardine: “Durante el sexo, las endorfinas se van elevando. Las endorfinas son la versión natural de la morfina del cuerpo, conocida como la hormona del bienestar. Por ello, si te encuentras en una posición incómoda durante el sexo, es posible que no lo sientas debido a las endorfinas que flotan por todo tu cuerpo, y que tienden a mitigar la percepción del dolor”.
¿Cuáles son las lesiones sexuales más frecuentes?
Consultados diferentes estudios y profesionales, las molestias o lesiones que se provocan durante las relaciones sexuales van desde las más leves, con rozaduras o hematomas como protagonistas, a algunas más graves, como la temida fractura de pene.
Hematomas y golpes
Aunque no se tratan de lesiones graves, la gran mayoría de las personas aseguran haber sufrido algún golpe durante las relaciones sexuales. Golpes contra mobiliario, paredes o puertas ocasionan contusiones en diferentes partes del cuerpol. Según el estudio de la citada plataforma, el 40% de la gente no es consciente de sus dolores y molestias hasta el día siguiente.
Dolor de mandíbula
Aunque los expertos aseguran que esta es una de las lesiones que menos ocurren, o al menos que se confiesen o requieran atención médica, los dolores en la mandíbula, generalmente provocados tras realizar felaciones, suele ser un malestar común.
Raspones y quemaduras
Otra de las lesiones más habituales durante las relaciones sexuales son los raspones y las quemaduras en la piel, generalmente en brazos y piernas, como resultado de la fricción contra tejidos como sábanas o alfombras.
Fractura de pene
Aunque no es común, sí ocurre. La fractura de pene es una de las lesiones más temidas entre los hombres, y no es para menos. Este doloroso traumatismo ocurre durante la penetración, cuando en movimientos acelerados e incluso bruscos el pene se dobla al chocar contra la pelvis femenina. Puede ocurrir que el dolor desaparezca y sea una lesión leve, pero en otros casos, es necesario acudir al médico. Aunque hablamos de fractura de pene, realmente no es una rotura en sí, ya que este no tiene hueso, pero sí hay rotura de los cuerpos cavernosos.
Contracturas en la espalda
Las lesiones en la espalda, contracturas o los conocidos tirones, suelen ser bastante comunes. Posturas incómodas o complicados giros pueden afectar a la espalda ocasionando molestias que, aunque leves, pueden durar varios días.
Infecciones
Tal y como alertan los especialistas, las relaciones sexuales aumentan las posibilidades de padecer infecciones de orina como la cistitis. Durante la penetración, hay bacterias cercanas a los genitales y al recto que pueden afectar.
Dolor en la vagina
Aunque los hombres también pueden notar molestias en los genitales después del sexo, son las mujeres las que más sufren dolores. Relaciones bruscas, falta de lubricación o determinados juegos sexuales ocasionan dispaurenia, una molestia que puede verse agravada por pequeñas heridas e incluso desgarros.
Lesión en el piramidal
Al igual que hemos hablado de posibles tirones en la espalda, las relaciones sexuales pueden afectar a otros músculos de nuestro cuerpo. Y en el caso de las mujeres, el piramidal suele ser uno de los que más lesiones sufre. Durante las relaciones sexuales, la mujer mantiene las piernas muy abiertas durante mucho tiempo, por lo que este músculo, que va desde el sacro hasta la cabeza del fémur, sufre y puede resultar doloroso.