Retomar las relaciones sexuales tras el parto puede ser una preocupación adicional a todas las que conlleva tener un hijo para muchas parejas y, sobre todo, en la mayoría de los casos, para las mujeres. Lo primero que hay que saber es que es fundamental estar recuperada física y emocionalmente para recuperar la actividad sexual después de los nueve meses de embarazo y el momento de dar a luz. Aquí encontrarás unos cuantos consejos y respuestas a muchas dudas que surgen en esos meses posteriores a tener a tu bebé en casa.
Según un estudio publicado en 2016 por el National Center for Biotechnology y que recogía los datos de más de 1.500 mujeres australianas durante los doce meses posteriores al parto, el 89 por ciento de ellas refería problemas de salud sexual los tres primeros meses después de dar a luz y más de la mitad continuaba sin deseo un año más tarde. Pese a que son momentos complicados y con más incertidumbres que verdades, la pérdida de interés por el sexo, el dolor al mantener relaciones o la falta de lubricación son más habituales de lo que pensamos y las soluciones están al alcance de todos.
¿Cuánto hay que esperar para mantener relaciones?
No hay un tiempo obligatorio ni que sea fijo para todas las mujeres ni para todas las parejas, pero los médicos suelen recomendar que se esperen de cuatro a seis semanas tras el parto (el periodo conocido como puerperio o coloquialmente, cuarentena, ya que son de 35 a 40 días, ya que es el tiempo que necesita el organismo de la madre para recuperar progresivamente las características que tenía antes de iniciarse el embarazo) para retomar las relaciones sexuales, ya que el riesgo de sufrir alguna complicación o infección puede aparecer dos semanas después de dar a luz y es posible que en ese tiempo experimentes fatiga, sequedad vaginal y falta de deseo.
Si el parto ha sido por cesárea, las relaciones podrían retomarse a partir de los 20 días si la mujer se ha recuperado totalmente de la cirugía. Además, si durante el parto se ha sufrido algún tipo de desgarro que haya requerido de una intervención quirúrgica, será tu médico el que te indique cuánto tiempo debes esperar por tu salud física. Los motivos por los que es conveniente esperar es que así damos tiempo al cuerpo para que se ‘reponga’ del traumatismo del parto y las hemorragias que se pueden producir durante el primer mes.
¿Puede doler?
Los cambios hormonales son lo más habitual tras el parto y más si se opta por la lactancia materna como forma de alimentar al recién nacido. Este método hace que disminuyan los niveles de estrógenos y afecta a la sensibilidad de la vagina y provoca que esté más seca (disminuye la lubricación) y sensible (puede irritarse con más facilidad), algo que puede hacer que se experimente algo de dolor durante las relaciones sexuales. Si la mujer ha optado por no dar el pecho, la recuperación se hará al reiniciarse los ciclos menstruales normales, pasadas unas seis semanas.
A esto se le puede sumar que la musculatura pélvica puede haberse visto dañada durante el parto por lo que los orgasmos pueden ser más difíciles de conseguir en este periodo. Se aconseja realizar ejercicios de Kegel durante los dos meses posteriores al parto para que la vagina recupere tonicidad y también ejercicios hipopresivos (si ha sido por cesárea, esperaremos un mes para empezar, o lo que considere oportuno el especialista).
Algunos ‘trucos’ para aliviar esa sensación de malestar que debería ser placentera son vaciar la vejiga antes de mantener relaciones sexuales, tomar algún analgésico o darse un baño de agua templada. También se puede usar algún lubricante y, lo más importante, no hay que tener prisa, es mejor tomarse un tiempo para no provocar una ansiedad o estrés adicional a todo lo que ya se puede estar viviendo con la llegada del pequeño al hogar familiar.
Es tan importante estar bien a nivel físico como a nivel psicológico. Si ‘forzamos’ la rapidez para tener relaciones, puede provocarnos un dolor que nos lleve a sentir miedo y que esto “desencadene en dispareunia, un trastorno de índole sexual que impide las relaciones con penetración”, explican desde el centro especializado en maternidad ATempoCare. Si esa sensación de dolor se mantiene en el tiempo, “lo mejor siempre es consultar con un especialista, ya sea un ginecólogo, un sexólogo o un fisioterapeuta especializado en suelo pélvico” que nos ayude a tratar esas molestias.
La falta de deseo, más habitual de lo que crees
El agotamiento físico, la nueva situación vital y una disminución en la intimidad con tu pareja pueden provocar que la líbido en muchas ocasiones esté por los suelos. A esto hay que sumarle además los cambios hormonales que sufre la mujer en los meses de embarazo y postparto. Tomarse las relaciones sexuales con calma (y hasta con sentido del humor) es muy importante, hay que ser paciente y buscar otras formas de buscar el placer que no sea la penetración si no nos sentimos cómodos en un primer momento.
Debemos darnos nuestro tiempo para entender que nuestro cuerpo ha sufrido un gran cambio en los últimos meses y en esto también es fundamental el apoyo de la pareja (buscando momentos para estar solos, hablar si hay algo que nos preocupa -¡la comunicación siempre es fundamental!- y, sobre todo, entender las necesidades de cada uno) para hacer un aprendizaje conjunto que ayudará a que en un futuro las relaciones vuelvan a ser como antes del embarazo. Por supuesto, debemos estar atentos a la depresión posparto y si empezamos a notar síntomas de ansiedad, pérdida de apetito, cansancio excesivo o cambios bruscos de estado de ánimo, consulta de inmediato a tu médico.
Métodos anticonceptivos tras el parto
En algunos países -sobre todo en aquellos en los que otros métodos no están tan extendidos- se usa la lactancia materna como método anticonceptivo. Se llama Método de la Lactancia y la Amenorrea, pero para que ‘funcione’ tienen que cumplirse sí o sí estas tres condiciones: que sea lactancia materna exclusiva, que las tomas se hagan entre cuatro y seis horas (también por la noche) y que no aparezca la menstruación durante el periodo que la mantengamos.
Según explican desde Sanitas, durante el periodo de lactancia “no se aconsejan los anticonceptivos hormonales orales (la píldora), pero sí son recomendables los anticonceptivos hormonales inyectables”. De igual forma, el DIU (Dispositivo Intrauterino), se podrá utilizar pasado un tiempo -mínimo cuatro semanas tras el parto- aunque se siga dando el pecho al bebé, pero el preservativo es el mejor durante esta etapa. Si no has optado por dar el pecho, no se deben usar anticonceptivos hormonales en los primeros 21 días. Ante las dudas que puedan surgir, lo mejor es consultar al médico y él será el que informe del método más adecuado según cada situación.