El anticonceptivo masculino sigue estando en el aire, aunque son muchos los esfuerzos científicos que se están llevando a cabo para encontrar nuevas alternativas que no impliquen intervenciones quirúrgicas como la vasectomía ni tratamientos hormonales -como en el caso de la píldora femenina-. El último es un ‘gadget’ ideado por la alemana Rebecca Weiss y que ha obtenido el Premio James Dyson hace apenas unas semanas.
Este anticonceptivo creado por la diseñadora de la Universidad de Munich ha sido bautizado con el nombre de Coso y, según explican en la página de los citados premios, se trata de un dispositivo basado en los ultrasonidos, reversible y libre de hormonas que puede usarse en casa y que modifica de forma temporal la espermatogénesis (el proceso cuya función principal es la producción de espermatozoides). Curiosamente, esta idea surgió cuando hace un año a Weiss le fue diagnosticado un pre cáncer de cérvix debido al uso de la píldora anticonceptiva.
“Tras ese problema de salud, el método oral de anticoncepción ya no era una opción para mí. Cuando con mi pareja me puse a buscar métodos alternativos, nos dimos cuenta de la ausencia de anticonceptivos para hombres. El problema no es algo que me toque solo a mí personalmente, afecta a mucha gente. En ese momento decidí ponerme a trabajar en el desarrollo de un nuevo anticonceptivo para ellos a través de mi tesis doctoral en la Universidad de Diseño Industrial y Técnico de Múnich”, explica la propia diseñadora.
¿Cómo funciona Coso?
Desde un principio, Weiss buscó alternativas a los métodos ya conocidos y su intención siempre fue que fuera algo fácil de utilizar sin necesidad de recurrir a una intervención médica y de uso doméstico. Coso cumple con esos requisitos.
Su tecnología está basada en un estudio de la Parsemus Foundation -una organización sin ánimo de lucro dedicada a financiar investigaciones de ideas arriesgadas para mejorar la calidad de vida- llevado a cabo en el año 2012 y que afirmaba el éxito del uso de ultrasonidos en estos tratamientos, aunque ese estudio se hizo solo con animales y no en seres humanos (pero según la diseñadora, esos parámetros técnicos son hipotéticamente transferibles a los humanos).
Hasta conseguir el diseño perfecto, la creadora hizo una encuesta a 422 participantes de entre 20 y 30 años, con relaciones estables y a los que se les preguntó sobre diferentes puntos relacionados con el dispositivo. Antes de finalizar el proceso, la autora presentó un prototipo a varios expertos en sexología, psicología y unos cuantos urólogos para que chequearan que el tamaño y la forma eran las ideales para la anatomía masculina.
Para usar este anticonceptivo, lo primero es poner agua en el dispositivo (que es muy parecido a un pequeño altavoz inteligente) hasta la marca que aparece indicada y que será puesta por el médico dependiendo del tamaño de los testículos del usuario. Luego el agua se calienta hasta la temperatura adecuada y en ese momento el dispositivo ya está preparado para el tratamiento de ultrasonidos, que es indoloro y sin efectos secundarios.
El usuario debe abrir sus piernas y sentarse encima con el escroto situado dentro del aparato. El proceso de ultrasonidos actúa durante varios minutos golpeando los testículos y durante ese tiempo se puede monitorizar lo que está sucediendo a través de una App complementaria. Es entonces cuando se suprime la espermatogénesis que provocará infertilidad temporal durante varias semanas. Después del tratamiento, el dispositivo se apaga automáticamente.
¿Cuándo estará a la venta?
Por ahora habrá que esperar, ya que Coso es aún un ambicioso prototipo y no tiene fecha de lanzamiento al mercado. Pero en un corto plazo está previsto que comience a pasar los test técnicos necesarios que controlen todos los componentes así como la creación de un prototipo de alta fidelidad a gran escala. Para todo esto, su creadora necesita financiación que cubra además los estudios científicos y ya se ha puesto en contacto con algunas empresas para recaudar fondos. Además, gracias al premio conseguido podrá optar a un certamen internacional en el que podría ganar unos 40.000 euros.
Los otros anticonceptivos masculinos
Apenas dos de la lista de 20 anticonceptivos que recoge la Organización Mundial de la Salud son para hombres. En 1960 surgió la píldora anticonceptiva femenina, toda una revolución que hoy usan unos 214 millones de mujeres en todo el mundo. Pero después de más de sesenta años, los únicos métodos anticonceptivos ‘reales’ masculinos son el preservativo (que además de los embarazos previene las enfermedades de transmisión sexual, ETS) y la vasectomía, que además requiere de una intervención quirúrgica.
En el año 2019, investigadores de la Universidad de Washington y LA BioMed presentaron una novedosa píldora anticonceptiva para ellos y se dijo que había pasado todas las pruebas de seguridad. La pastilla combina dos actividades hormonales en una, lo que produce una disminución de los espermatozoides al tiempo que preserva la libido.
El tratamiento fue probado en 40 hombres durante 28 días en los que tomaron una píldora de manera diaria. En estos pacientes el nivel promedio de testosterona circulante se redujo tanto como si fueran estériles por la deficiencia de andrógenos.
Aunque se habló mucho de ella hace dos años, porque además mantenía los niveles de deseo sexual en los hombres que la probaron, y muchos pusieron en esta píldora sus ‘esperanzas’ ante un tratamiento reversible y con los mismos efectos secundarios que la femenina, lo cierto es que por el momento continúa en fase de investigación y son muchos aún los estudios que deben hacerse para que llegue a las farmacias.
En agosto de 2020 se hizo público otro ensayo clínico sobre un gel anticonceptivo de uso tópico para hombres que se aplicaría en brazos y hombros. Dicho gel, que empezó a testarse en abril de 2018, contendría un estrógeno sintético, Nestorone, con efecto antiandrogénico, es decir, que bloquearía la producción de espermatozoides en los testículos hasta un nivel en el que el varón podría ser considerado técnicamente estéril. Además, este producto lleva testosterona para que el efecto antiandrogénico no afecte a los caracteres fisiológicos normales de los hombres.
También se ha experimentado con inyecciones para hombres que reducirían los embarazos en un 96 por ciento de los casos, pero esta investigación no llegó a buen puerto debido al método de administración, que no sería factible para hacerlo de manera periódica.
