El superalimento de moda y que habrás visto en más de un perfil de Instagram es sin duda el açai. Se trata de un fruto originario de Brasil y que es de gran importancia en la dieta amazónica, pero en los últimos años llena bowls deliciosos (y preciosos) que degustan influencers y famosos de medio mundo. Pero, ¿cuáles son los superpoderes de estas bayas rojizas tan apetecibles ya a simple vista?
Cómo decíamos, los brasileños conocen bien los beneficios para la salud que ofrece este superalimento. La baya del açai (también conocida como asaí) crece en la palmera Euterpe oleracea en bosques húmedos de las tierras bajas, en zonas inundables cerca de las riberas de los ríos, y puede encontrarse, además de en Brasil, en países como Perú, Colombia, Surinam o Venezuela. El árbol puede alcanzar los 20 metros de altura. Su recolección es complicada y se hace a mano.
Las bayas de açai son de color rojizo o violeta oscuro y muy pequeñas, y de ellas solo se puede consumir el 10 por ciento, que corresponde a la pulpa, ya que el resto es la semilla. Es un producto perecedero, por lo que su transporte no es sencillo y si no se trata con delicadeza puede perder su gran poder nutricional. Por todo esto, el precio de este ingrediente es menos económico de lo que nos gustaría (una bolsa de polvo de açai de 100 gramos puede costar unos 10 o 12 euros).
Sus usos milenarios
Dicen que los indígenas del Amazonas han encontrado el secreto de su longevidad y podría residir en el consumo diario de este superalimento (se dice que beben hasta dos litros al día hechos con açai), un fruto conocido como el antioxidante más poderoso de la naturaleza. Como usos tradicionales en esa zona de Brasil, utilizan el aceite del fruto para tratar problemas estomacales; las raíces contra la ictericia (una coloración amarilla en la piel, las membranas mucosas o los ojos que proviene de la bilirrubina) y hacen infusiones para ayudar a cicatrizar heridas y úlceras en la piel, además de usarlo como remedio para bajar la fiebre y hasta para las picaduras de las serpientes.
Su poder antienvejecimiento
Sin duda, el açai se ha convertido en uno de los ingredientes más saludables (tanto en alimentación como en cosmética natural desde cremas a bálsamos labiales) y uno de sus grandes beneficios es su poder antioxidante y antienvejecimiento, muy superior al de otros frutos o vegetales y por delante de cítricos, uvas y otras bayas como los arándanos o las frambuesas. Los antioxidantes que contiene son fundamentales para eliminar los radicales libres, que se dan por la oxidación fisiológica del paso del tiempo y que puede acentuarse con ciertos hábitos como la exposición solar o la contaminación ambiental.
Las antocianinas del açai (los pigmentos hidrosolubles que le otorgan el color rojo) son tan antioxidantes que no solo captan y anulan los radicales libres, sino que son capaces de restaurar y regenerar las fibras de colágeno dañadas y oxidadas, algo que hará que tengamos la piel más lisa, brillante y mucha más luz. A esto hay que añadirle que este superalimento contiene una gran cantidad de aminoácidos, perfectos y necesarios para la regeneración cutánea, y un buen número de taninos, que tienen una capacidad extraordinaria como cicatrizante y regulador del sebo o grasa de la epidermis.
Otras grandes propiedades
Además de esos beneficios para la piel, este fruto brasileño cuenta con otras muchas propiedades que nos harán sentir mejor y con más energía. Tiene un alto contenido en fibra, grasas monoinsaturadas y fitoesteroles, que hace que mejore nuestra salud cardiovascular previniendo posibles dolencias cardíacas y ayudando a tener un efecto antioxidante también en la sangre y el plasma. Contiene más proteínas que el huevo, por lo que es una fuente de proteína orgánica vegetal que mantiene a raya el colesterol y es fácilmente asimilable a la hora de hacer la digestión.
La fibra de este superalimento (hasta un 40 por ciento de su composición) potencia además la eliminación de toxinas y combate el estreñimiento, siendo una buena fuente de prevención de patologías intestinales. Y a todo esto debemos añadirle que es rico en omega 3, 6 y 9, ácidos grasos esenciales para una vida saludable y que ayuda a reparar las membranas celulares; y en vitamina A, B y C que fortalecen nuestro sistema inmune combatiendo bacterias y virus y generando más energía y concentración a la hora de afrontar las tareas del día a día.
Según la Organización Mundial de la Salud, su valor calórico se sitúa entre 88 y 265 calorías por cada 100 gramos de açai por lo que es bueno también en las dietas de adelgazamiento. Como ‘poder extra’, la sabiduría popular afirma que el açai es un fruto afrodisíaco y en Brasil se le llama ‘viagra natural’ debido a su capacidad energética y a que da vitalidad y ayuda a aumentar la libido.
Pocas contraindicaciones
Como siempre, en mujeres embarazadas, en periodo de lactancia o en niños menores de 12 años es recomendable consultar a un médico antes de empezar a tomar habitualmente este superalimento o cualquier otro. Como posible contraindicación del açai se encuentra que puede interferir en los resultados a la hora de hacerte una resonancia magnética, por lo que es mejor que se lo comentes al médico antes de llevarla a cabo para que esté informado.
¿Cómo consumir este superalimento?
Los expertos en nutrición aconsejan incluir las bayas de açai o el polvo de las mismas en nuestra dieta por lo menos dos días a la semana. Tiene un sabor dulce parecido al del chocolate y lo podemos encontrar en diferentes establecimientos en forma de pulpa congelada (perfecto para smoothies), en zumo, en jalea, en polvo y en comprimidos como suplemento alimenticio. Lo más habitual es consumirlo como un ingrediente más en postres o batidos.
Una manera exquisita y sana de comenzar el día si lo añades a tu bowl de desayuno junto a alguna fruta como el kiwi, yogur desnatado o leche vegetal, avena integral y semillas varias. Para que el resultado sea delicioso y apetecible, añade en un recipiente el açai en polvo, leche vegetal (de avena, soja, arroz…), alguna fruta (plátano o frambuesas que puedes tener congeladas) y bate todo para conseguir una textura similar a la de un yogurt algo más espesa. No añadas azúcar para no aumentar las calorías.