La vida de Valentín era como la de cualquier otra persona. Tenía una familia, una mujer, una hija, una hipoteca, un trabajo. Pero con la crisis de 2008 todo se fue al traste. Su empresa quebró, él se quedó sin empleo y poco a poco las deudas se fueron acumulando. Acabó perdiendo su casa, y cuando parecía que las cosas no podrían ir peor, recibió otro terrible mazazo: su esposa enfermó y falleció. La desesperación le hizo entrar en una peligrosa espiral de autodestrucción. Hasta que un día tocó fondo y decidió pedir ayuda.
A Valentín y desde hace ya siete años a otras casi 3.000 personas en una situación parecida a la suya esa tabla de salvación les llegó gracias al programa “Cambiando Vidas”, un proyecto de Fundación Endesa en colaboración con Fundación Integra que busca mejorar la empleabilidad de personas en serio peligro de exclusión. Porque, como señala Ana Botella, presidenta de la Fundación Integra, “no hay medida social más importante que el empleo”.
El programa nació en 2016 para promover acciones que mejoren la empleabilidad y la inserción laboral de colectivos vulnerables. A través de distintas sesiones, se prepara y acompaña a los participantes en su incorporación al mercado laboral. El programa se desarrolla en Madrid, Barcelona, Sevilla, Zaragoza y Palma de Mallorca, y desde su primera edición se han beneficiado del mismo más de 2.800 personas procedentes de ONG, instituciones sociales públicas y privadas y Servicios Sociales de diferentes municipios.
El papel del voluntariado
“Cambiando Vidas” no sería posible sin la participación activa de los voluntarios de Endesa, que son quienes guían a los participantes en su travesía hacia el empleo, actuando como mentores y transmitiéndoles su experiencia. Tras recibir una preparación previa, los voluntarios ayudan a los beneficiarios a adquirir habilidades básicas que les permitan superar con éxito una entrevista y acceder a un empleo.
Valentín valora mucho el trabajo de los voluntarios. “Hay gente muy buena que dedica su tiempo a otras personas y acciones sociales”. En su caso, el trabajo que realizó con los voluntarios le ayudó a superar la entrevista con la empresa que acabó contratándole. “Fui muy tranquilo, puse todo mi tesón y mi potencial y, al final, aunque mi currículo no era el mejor del mundo, me dieron una oportunidad”. Valentín asegura que ese equipo que formó con los voluntarios de Endesa durante el ciclo formativo le dio fuerzas suplementarias en los momentos de flaqueza. “Hubo personas que pusieron mucha ilusión y esperanzas en mí, y eso me empujaba a seguir esforzándome para devolverles esa confianza”.
Los voluntarios ayudan a los beneficiarios a adquirir habilidades básicas que les permitan superar con éxito una entrevista y acceder a un empleo
Uno de esos voluntarios de Endesa es Néstor. “Ser voluntario es una experiencia muy humana y enriquecedora de la que uno nunca vuelve como llegó”, afirma. A su modo de ver, la acción de voluntariado encierra algo de ‘egoísmo’. “Porque tú también te llevas muchas cosas. Te hace ser consciente de que existen realidades muy distintas a la tuya, personas con una historia de coraje detrás que, en un momento dado, no saben cómo dar el siguiente paso de sus vidas y necesitan tu ayuda. Y si eres capaz de brindársela para que salgan del lugar en el que están y puedan alcanzar su objetivo, eso es maravilloso”, explica. ¿Qué es lo mejor de ser voluntario? “Cuando te llaman y te dicen: ‘lo hemos conseguido: he encontrado trabajo’. Porque ellos se sienten valiosos y eso hace que tú también te sientas valioso”.
-
-
Valentín y Lafita son dos los participantes del programa "Cambiando Vidas" de Endesa.
Una historia de éxitos
Las cifras de Cambiando Vidas hablan por sí solas. “En estos siete años hemos conseguido formalizar 2.850 contratos de trabajo, siempre con el objetivo de dotarles con el preciado bien de la autonomía, algo que se consigue solamente cuando una persona tiene un empleo digno”, asegura el consejero delegado de Endesa y vicepresidente de su Fundación Endesa, José Bogas. En esta nueva edición el programa se ha marcado como objetivo formar y acompañar a al menos a 335 personas.
Otra de las personas que participaron en la edición del año pasado es Lafita. La historia de esta marroquí de 31 años es una historia de superación. Llegó a España en 2018 en una patera en busca de un futuro mejor. Pero las cosas no salieron como ella esperaba. Sin trabajo y durante mucho tiempo sin un lugar fijo en el que dormir, fue abriéndose camino como pudo, pero una relación sentimental tóxica volvió a sumirla en la depresión. “Yo no vine a España para sufrir”, reflexiona al recordar aquellos días. El programa Cambiando Vidas le brindó una nueva oportunidad. “Me tendieron la mano, me formaron. Ahora tengo un trabajo y estoy orgullosa porque no me gusta depender de nadie. Cuando trabajo me siento yo misma”, expone.
El proyecto Cambiando Vidas se ha convertido en uno de los estandartes de Fundación Endesa, institución que en este 2023 cumple 25 años
El proyecto Cambiando Vidas se ha convertido en uno de los estandartes de Fundación Endesa, institución que en este 2023 cumple 25 años. Para el presidente de Endesa y de la Fundación Endesa, Juan Sánchez-Calero, Cambiando Vidas refleja a la perfección lo que ha sido el motor de la institución a lo largo de este cuarto de Siglo: “Contribuir al desarrollo social abriendo caminos innovadores para mejorar la vida de las personas, las comunidades y sus entornos.” En la misma línea, José Bogas recuerda que empresas como Endesa “somos capaces, podemos y debemos contribuir a la construcción de una sociedad más justa e inclusiva”.
A sus 57 años, Valentín mira hacia el futuro de otra manera. “He vuelto a escuchar música, que me encanta”, dice. Su trabajo como jardinero en la empresa ARCA le permite disponer de sus propios ingresos, algo que, destaca, marca una gran diferencia. “Tengo mi sueldo, pago las facturas y, poco a poco, las deudas. Me da para vivir y para estar tranquilo”.
Aunque, puntualiza, para una persona tener un empleo significa mucho más que un salario a final de mes. “Eres parte de la sociedad, dejas de sentirte excluido, y eso te cambia el ánimo. Ahora tengo una ilusión, algo por lo que luchar. Me ha cambiado la vida”.
