El menisco es el cartílago que amortigua todos los movimientos de la rodilla, la articulación más grande del cuerpo humano, y a la vez, una de las estructuras más complejas del cuerpo. Este pequeño, pero vital, amortiguador de la rodilla se encarga también de distribuir las cargas del cuerpo, así como de lubrificar la articulación.
Las lesiones meniscales son más frecuentes entre los varones, y suelen afectar más al menisco interno que al externo. En concreto, la doctora Nuria Urquiza, especialista en Traumatología del Centro Médico Quirónsalud Plaza Euskadi, recuerda que la lesión meniscal es actualmente una patología frecuente en la rodilla, y concreta que hay dos tipos de lesiones:
- Degenerativas: Más habituales a partir de los 45 años, sobre todo consecuencia del envejecimiento de la articulación, o bien fruto de alteraciones anatómicas.
- Traumáticas: Suelen darse como consecuencia de la práctica deportiva la mayor parte de veces.
Por su parte, el doctor Miguel Romero, traumatólogo del mismo centro médico, señala que, entre los síntomas de una lesión en el menisco, se encuentran principalmente molestias antes, durante y después del esfuerzo; dolor en la zona, sobre todo nocturno; derrames de la rodilla; y los crujidos meniscales.
Las lesiones meniscales son más frecuentes entre los varones, y suelen afectar más al menisco interno que al externo
Cuando exista alguno de estos síntomas debe consultarse con un especialista, quien, a partir de la historia clínica del paciente, así como de pruebas de resonancia magnética o bien tras una exploración física podrá determinar si efectivamente o no existe una lesión meniscal, remarca la especialista del Centro Médico Quirónsalud Plaza Euskadi.
En este tipo de situaciones, destaca el doctor, la forma de abordar la lesión del menisco dependerá del tipo de lesión que se esté manejando, pero también de la edad del paciente, pudiendo en algunas ocasiones ser necesaria una cirugía.
Cómo prevenir las lesiones
La doctora Nuria Urquiza, especialista en estas lesiones deportivas, mantiene que la prevención es “fundamental” cuando se trata de proteger a nuestras rodillas y evitar las lesiones de menisco.
Mientras, el traumatólogo Miguel Romero advierte en este sentido de que el sobrepeso y la obesidad suponen una carga para las articulaciones y las rodillas en particular: "Cada kilo de grasa extra provoca un impacto negativo en la rodilla, que se multiplica por 6 al correr. La cuenta es sencilla si nos sobran 10 kilos, al correr nuestras rodillas sufrirán el peso de 60 kilos de más en cada zancada".
La prevención es “fundamental” cuando se trata de proteger a nuestras rodillas y evitar las lesiones de menisco
Los expertos en Traumatología del Centro Médico Quirónsalud Plaza Euskadi nos aportan las principales claves a la hora de prevenir desde lesiones menores hasta roturas graves del menisco, dado que “las actividades diarias y deportivas pueden desencadenar problemas”, tal y como argumentan:
- Controla tu peso: Cada kilogramo adicional ejerce una presión extra sobre las articulaciones, aumentando el riesgo de lesiones de menisco y de otros problemas; mantener un peso saludable puede reducir significativamente esta carga y proteger tus rodillas a largo plazo.
- Fortalece tus músculos: Los músculos que rodean la rodilla, como el cuádriceps y los isquiotibiales, actúan como un sistema de soporte natural; incorpora ejercicios de fortalecimiento muscular para ayudar a proteger tus rodillas y a reducir la carga sobre el menisco.
- Evita impactos excesivos: Actividades de alto impacto, como correr sobre superficies duras, pueden aumentar el riesgo de lesiones de menisco; considera alternativas de bajo impacto, como nadar o andar en bicicleta, para reducir la tensión en tus rodillas sin comprometer tu nivel de actividad física.
- Mantén una buena postura: Una postura adecuada al caminar, correr y realizar actividades diarias puede ayudar a distribuir el peso de manera uniforme y reducir la presión sobre las rodillas; presta atención a tu postura y realiza ajustes según sea necesario para proteger tus articulaciones.
- Escucha a tu cuerpo: No ignores las señales de advertencia, como dolor o molestias en las rodillas; si experimentas algún síntoma de lesión, como inflamación o dificultad para mover la articulación, acude a especialista en Traumatología.