La causa principal de las lesiones en el suelo pélvico es el embarazo, concretamente el trabajo de parto. Algunos síntomas, como pequeños escapes de orina y gases pueden ponernos en aviso, indicándonos que algo no funciona bien. No tratarlos a tiempo puede derivar en problemas de incontinencia, dolor, prolapsos (descensos de órganos pélvicos) y diversas disfunciones sexuales que condicionarán nuestra calidad de vida de forma notable.
Los cuidados de la musculatura del suelo pélvico en el posparto son importantes tanto para la prevención como para el tratamiento de estas posibles y requieren la valoración de un especialista. Es imprescindible para tu salud y bienestar que trabajes en su recuperación guiada por los mejores profesionales y con los mejores equipos a tu disposición.
Es muy importante saber que sólo con los ejercicios de Kegel no se recupera el suelo pélvico y hay que dedicarle tiempo, además de asesorarse con un especialista para realizarlos
Tras el nacimiento del bebé (sobre todo si el parto ha sido natural), este sistema de músculos y ligamentos que mantiene en su posición y controla la vejiga, el útero y el recto puede haber sufrido algún trastorno. Recuperarlo puede resultar difícil pero no es imposible y hay varias formas de conseguirlo.
Ejercicios de Kegel e Hipopresivos
Los ejercicios de Kegel (que muchas mujeres ya empiezan a practicar desde el embarazo) “ayudan a mejorar tanto la fuerza muscular como su elasticidad e incrementan el cierre uretral, previniendo o evitando así la pérdida de orina y haciendo que poco a poco se fortalezca y recupere toda la zona de la pelvis”, explica Francisco Javier Salguero, médico rehabilitador del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa, en Sevilla.
Estos ejercicios, basados en la contracción de la musculatura del suelo pélvico, pueden empezar a hacerse a las 24/48horas de dar a luz. Es muy importante saber que sólo con los ejercicios de Kegel no se recupera el suelo pélvico y hay que dedicarle tiempo, además de asesorarse con un especialista para realizarlos de forma correcta. “Si no los hacemos bien”, continúa Javier Salguero, ”corremos el riesgo de perjudicar aún más la zona”.
Otra opción muy válida, ya pasada la cuarentena, son los abdominales hipopresivos que trabajan la cinta abdominal sin presionar al suelo pélvico y ayudan a tonificar la musculatura perineal. También aquí el papel del fisioterapeuta cobra especial importancia ya que te indicará la musculatura correcta a contraer y cómo hacerlo.
La electroestimulación, un aliado clave en tu entrenamiento
Mediante la electroestimulación conseguimos aprender a controlar respuestas fisiológicas de forma voluntaria, que ya sea en condiciones normales o porque algún proceso patológico ha hecho perder ese control, como en este caso, el parto.
En concreto, la técnica de ‘Biofeedback’ con electroestimulación, recientemente implementada en la Unidad de Neuroestimulación Psicológica del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa, ayuda a la reeducación del suelo pélvico, acelerando la recuperación de la musculatura especialmente en casos donde existe una falta de tono muscular importante, dado que se intenta volver a enseñar al cerebro cuál es el músculo específico a entrenar y cómo contraer esa zona. Esta técnica es la que se ha mostrado como más eficaz, consiguiendo los mejores resultados, Blowman y cols refieren una reducción de los accidentes de incontinencia del 100% con aumento de la fuerza muscular.
La estimulación eléctrica ayuda a la mujer a identificar su musculatura pélvica y a poder actuar sobre ella
“Este procedimiento implica numerosas ventajas”, según explica Javier Rodríguez Escobar, responsable de la Unidad de Neuroestimulación Psicológica del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa, “entre las que destacan la mejora notable de la eficiencia de los ejercicios, ya que conocer en cada momento el grado de tensión y fortaleza de los músculos son una motivación muy fuerte para el paciente y, además, cuando se tienen muy debilitados los músculos del suelo pélvico es muy fácil y muy frecuente que se confunda su contracción con la de los abdominales o los glúteos y se piense que se está realizando correctamente el ejercicio cuando no es así”. La estimulación eléctrica ayuda a la mujer a identificar su musculatura pélvica y a poder actuar sobre ella.
Además, facilita a los terapeutas la personalización de un programa de tareas, ya que pueden configurar el número, la duración y la secuencia de las contracciones prescritas. Los equipos que utilizamos permiten crear una configuración personalizada para cada mujer, ajustando los parámetros a los que mejor responda.
En definitiva, una buena terapia basada en los ejercicios y acompañada de la electroestimulación tiene un elevado porcentaje de éxito, puesto que la curación es probable en casos de incontinencia urinaria leve y en la mayoría de las pacientes se observa una mejora significativa de sus síntomas y una disminución de la afectación de la incontinencia a su calidad de vida.