En los últimos años, los vinos de Madrid han pasado de ser grandes desconocidos a una de las más agradables sorpresas y joyas por descubrir para los amantes de esta importante parcela de nuestra gastronomía. La Comunidad de Madrid cuenta con su propia Denominación de Origen (D.O.), muy apreciada por expertos y aficionados de toda la geografía española y, cada vez más también a nivel internacional. Esta Denominación de Origen se divide, a su vez, en cuatro subzonas: Arganda, Navalcarnero, El Moral y San Martín de Valdeiglesias, cada una de las cuales con sus peculiaridades propias.
En el caso de la subzona de San Martín de Valdeiglesias, esta comarca es conocida por la gran calidad de sus caldos, especialmente de los tintos de modalidades de uva como la Garnacha tinta y la Albillo Real. Pero, además, la región cuenta con una amplia variedad de opciones de enoturismo que destacan por su originalidad. Una oferta que, en muchos casos, no se limita a las clásicas visitas guiadas catas, sino que tratan de ir y mucho más allá con el objetivo de conseguir una experiencia sensorial redonda, singular y memorable alrededor de la cultura del vino.
La Comunidad de Madrid cuenta con su propia Denominación de Origen (D.O.), muy apreciada por expertos y aficionados de toda la geografía española y, cada vez más, también a nivel internacional
Para Manuel Blasco, responsable de Enoturismo de Las Moradas de San Martín, una de las bodegas de la comarca, el vino del área de la Sierra Oeste es diferencial por muchos aspectos. “Las personas que se acercan a San Martín de Valdeiglesias pueden comprobar a simple vista que se encuentran en una zona donde la vid ha sido y es importante, rodeada de recursos turísticos que bien justifican una parada si estás de paso, dedicarle varios días o incluso unas buenas vacaciones”. Y es que, añade, “el Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias, el Castillo de la Coracera, los Toros de Guisando, y una larga lista de visitas culturales y actividades lúdicas complementan a la perfección una ruta de enoturismo”.
Nos acercamos a conocer algunas de las experiencias de enoturismo que nos proponen las bodegas de San Martín de Valdeiglesias.
Treking entre viñedos
Esta experiencia, organizada por la bodega Las Moradas de San Martín, es ideal para quienes quieran combinar el disfrute del vino con una pizca de aventura. Consiste en un apasionante paseo autoguiado entre viñedos en plena Sierra de Gredos. Los visitantes tienen que seguir el camino marcado a través de un código QR entre las parcelas para ir obteniendo píldoras informativas sobre el viñedo, el territorio y los vinos de la bodega.
La experiencia incluye la cata de tres vinos, algunas de las cuales tienen lugar junto a las viñas o bajo una encina centenaria. Los participantes reciben un mapa del recorrido por los viñedos con las indicaciones para disfrutar de la actividad y al finalizar se trasladan a visitar la bodega. En suma, auténtico enoturismo “activo” para disfrutar de la bodega sin prisas.
Visita enoturística
Visitar la bodega de San Esteban de Cenicientos es adentrarse en la historia y la capital de la uva garnacha de la Comunidad de Madrid. Esta experiencia incluye una visita guiada al patrimonio histórico de Piedra Escrita, una cata de vinos en el propio viñedo y la visita a la bodega San Esteban.
Durante la experiencia, los participantes se sorprenderán por el rico patrimonio histórico de la localidad, que data de más de 2.600 años (prerromanos, romanos y cristianos), se adentrarán en los viñedos históricos que dan nombre al vino de Cenicientos y conocerán el cultivo "en vaso" tradicional.
De la viña al barco
Esta experiencia enológica en la Bodega ValleYglesias es todo un viaje que llevará al visitante desde los viñedos de San Martín de Valdeiglesias hasta las mejores calas del Pantano de San Juan, un entorno espectacular apenas a una hora en coche desde Madrid.
La experiencia comienza en los viñedos que rodean la bodega, situada en medio de la naturaleza, en la cima de un cerro. Allí los organizadores explican las características particulares del terreno y los trabajos de viticultura que se realizan durante el año.
A continuación, se visitan las salas de elaboración y crianza de la bodega y se realiza una cata, directamente de depósitos y barricas, de los vinos blancos, rosados, tintos y dulces de la bodega. En la misma se podrán apreciar las características, aromas y colores de estos singulares vinos de la Comunidad de Madrid en cada momento del proceso.
Después de la comida, el viaje concluye con un viaje en barco y un refrescante baño en el Pantano de San Juan.
Tierra Calma Experience
La bodega Tierra Calma ofrece una experiencia única en la que los visitantes tienen la oportunidad de acercarse a el proceso de elaboración y crianza de sus vinos naturales. Después, llega la hora de adentrarse en un paraje de singular belleza: La Nava, donde se encuentran sus viñas centenarias de agricultura ecológica. En el mismo viñedo tendrán la oportunidad de degustar los diferentes vinos y variedades de Garnacha y Albillo Real.
Ruta a caballo
La Bodega Cristo del Humilladero no solo ofrece a sus clientes la posibilidad de visitar sus bodegas, sino también la de pasear a caballo por sus cercanías. Un placentero recorrido por el valle, disfrutando de variados paisajes de ribera, atravesando viñedos, huertos y arboledas. Después se visita la bodega, donde se explican métodos modernos y tradicionales de hacer vino, se conocer las distintas uvas de la zona y se hace una cata al finalizar.
Cata bajo las estrellas
Esta original experiencia que programa la bodega Las Moradas de San Martín permite realizar una cata de vino mientras se disfruta de la experiencia de observar el cielo nocturno de la Sierra de Gredos, en plena naturaleza, y alejados de la contaminación lumínica de la ciudad. “La situación de las estrellas en el firmamento crea un mapa brillante en el que perderse, y, si hay suerte, el cielo nos regala estrellas fugaces e incluso la curiosa visión de ver pasar satélites y estaciones espaciales”, cuenta a Vozpópuli Manuel Blasco. Además, continua el representante de esta bodega, "la actividad se acompaña con una visita a la bodega al atardecer, paseando por el viñedo, conociendo el territorio y finaliza con un aperitivo con jamón ibérico y los mejores de nuestros vinos. ¿Qué más se puede pedir?”. En definitiva, una actividad de enoturismo emocionante y relajante para vivir con amigos o en familia que supone un plan perfecto para desconectar del estrés de la vida diaria.
Más información: www.turismomadrid.es