Hace exactamente 4 años, menos del 5% de las hipotecas concedidas en el mercado doméstico eran a tipo fijo. Hoy, esa cifra ronda el 40%, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). En el lado contrario, los productos variables, que en febrero de 2015 representaban más del 95% del mercado, están ahora por debajo del 68%. Un drástico cambio, impensable hace un par de lustros en el país que más vivienda construía de toda Europa.
Todo esto ha sido consecuencia de la drástica bajada de tipos de interés del Banco Central Europeo (BCE), que llegó a dejar al Euribor en zona negativa, de donde de momento no ha logrado salir. Pero, pese a estar las hipotecas a tipo variable más baratas de lo que nunca se llegó a pensar, las fijas (que aplican un interés más alto, y que, a cambio, no lo varían nunca) han crecido de manera más que relevante.
¿A qué se debe? A que los nuevos clientes temen que, aunque los préstamos variables sean efectivamente más baratos, con semejantes tipos sólo podrán subir en el corto, medio y largo plazo. De esta manera, mejor amarrar los tipos fijos, que también están históricamente bajos, y asegurarse que no subirán.
Algo lógico, aunque puede decirse ya que la primera premisa no se ha cumplido: en los siguientes años, el Euribor ha continuado en negativo; mucho más tiempo del previsto y las hipotecas variables no han incrementado su tipo de interés. Los bancos centrales han amenazado con ello, aunque sea a través de la retirada de los planes de estímulo monetario, pero no se han terminado de atrever, especialmente el BCE, ante la respuesta de los mercados y el temor a frenar la recuperación.
Con un escenario de crecimiento económico mucho más frío, no parece probable que desde Frankfurt, Mario Draghi vaya a tomar medidas de endurecimiento.
Hipotecas variables
Pero lo que está claro es que es imposible que las hipotecas variables se vayan a conceder más baratas, por lo que sólo tienen riesgo de subida.
De momento, la cuota fijo/variable parece estabilizada en el 40%-60% viendo las series históricas y no parece que vaya a moverse demasiado de esa cuota (aunque hay firmas como Abanca que conceden hasta un 46% de créditos fijos), salvo oscilaciones fuertes en el tipo de interés, que a día de hoy no se contemplan, aunque el consejo unánime de los expertos es el de suscribir ahora mismo una hipoteca a tipo fijo, pensando en el futuro.
Sin olvidar, eso sí, opciones como las hipotecas flexibles, que combina características de hipoteca fija y variable. Todo es cuestión de estudiar las opciones disponibles y comparar.