La huella de la covid-19 en el cambio climático es evidente, pero ha dejado al descubierto las dos caras de la moneda. Por un lado, los movimientos mínimos durante el confinamiento han hecho disminuir drásticamente las emisiones por el abandono del coche durante varios meses; por el otro, un mayor uso de plásticos -como en los supermercados-, la utilización de mascarillas desechables o la caída de pasajeros en el transporte público en detrimento del vehículo privado una vez se retomaron los movimientos habituales.
En un informe que maneja Greenpeace, un estudio de Environmental Science & Technology, se destaca que el mundo está utilizando aproximadamente 129 mil millones de máscaras desechables y 65 mil millones de guantes desechables cada mes durante la pandemia. El estudio recoge que esto no solo ha provocado una contaminación ambiental generalizada, sino que también presenta un riesgo significativo para la salud pública, ya que este desecho sirve como vector para el virus, que puede mantenerse latente y activo tres días en la superficie de este tipo de materiales.
El mundo está utilizando aproximadamente 129 mil millones de máscaras desechables y 65 mil millones de guantes desechables cada mes
Un paisaje preocupante tras el paso de la pandemia que está haciendo que los expertos en medio ambiente vuelvan a insistir en la importancia de poner el foco en la senda 'verde', para conseguir los objetivos marcados de cara a 2040, como decir adiós a los vehículos que no sean "cero emisiones". No obstante, a pie de calle parece que la preocupación continúa y que los españoles están dispuestos a retomar los hábitos que ya habían incorporado antes de la pandemia.
Así, según refleja la edición especial del Informe Europeo de Pagos de Consumidores sobre la Covid-19, el 65% de los españoles encuestados reconoce que la crisis del coronavirus ha incrementado su preocupación por los asuntos sostenibles. Estos datos sitúan a los españoles entre los europeos más concienciados con las cuestiones medioambientales, solo superados por sus vecinos lusos (72%) y seguidos muy de cerca por polacos y estonios, con un 63% de su población preocupada por estos asuntos.
Este frenazo en seco al que nos ha obligado la crisis del coronavirus nos ofrece la posibilidad de repensar y rediseñar las ciudades y el futuro para las personas que viven en ellas
En este sentido, la sostenibilidad continúa siendo fundamental. Tanto que, tras la pandemia, los expertos abogan por retomarla con más fuerza que nunca. "Este frenazo en seco al que nos ha obligado la crisis del coronavirus nos ofrece la posibilidad de repensar y rediseñar las ciudades y el futuro para las personas que viven en ellas", cuentan desde Greenpeace.
Retomar la senda
En esta línea, explican, "al reformular la movilidad y el consumo y promover así diferentes tipos de ciudades a corto plazo, trabajaremos para reducir las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) que se producen en las ciudades o como consecuencia de sus actividades, para conseguir llevar dichas emisiones a cero neto lo antes posible, condición indispensable para limitar el cambio climático".
Un llamamiento a la reflexión que también se está haciendo desde el ámbito empresarial, que cada vez agarra más fuerte la mano del medioambiente. Sirva de ejemplo el caso del líder de packaging DS Smith, que hizo un llamamiento a las marcas y a los distribuidores para que no descuidaran sus esfuerzos de protección del medio ambiente a raíz de un estudio realizado por la propia compañía y la consultora Ipsos Mori.
Según este estudio, a pesar de la crisis sanitaria mundial los consumidores continúan teniendo presente el medio ambiente: el 85% afirma que quiere comprar productos que utilicen el menor packaging posible y casi un tercio (29%) declara que ha dejado de comprar determinadas marcas porque su envase no es sostenible.
Toda una declaración de intenciones que apela a la responsabilidad de ciudadanos y empresas para que todo el esfuerzo realizado hasta ahora no sea en vano: el medio ambiente espera ser salvado.