El calentamiento global y los eventos climáticos extremos están teniendo efectos demoledores para el planeta y suponen una amenaza cada vez más evidente para todas las formas de vida que lo habitan. Pero, siendo grave, el cambio climático es solo uno de los cinco factores que están provocando una alarmante pérdida de biodiversidad en el mundo, junto a la desaparición de hábitats, la sobreexplotación, la contaminación y las especies exóticas invasoras. Según la última edición de Planeta Vivo, elaborado por la organización ambiental WWF, desde 1970 se ha producido un descenso del 73% en el tamaño de las poblaciones de mamíferos, aves, peces y anfibios.
La pérdida de biodiversidad es un desastre global que requiere una respuesta integral y la implicación activa de todos los estamentos sociales, cada uno desde su ámbito de actuación y en la medida de sus posibilidades. En 2021, Fundación Endesa creó una línea de Biodiversidad Urbana con el objetivo de sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de la protección de las especies de fauna y flora en el entorno de las ciudades y actuar de forma directa para su conservación y restauración.
Desde 1970 se ha producido un descenso del 73% en el tamaño de las poblaciones de mamíferos, aves, peces y anfibios
Esta línea es la más nueva de las cinco que conforman las actuaciones de la Fundación y una de las que cuenta con mayor presupuesto. “La expansión de la actividad del ser humano muchas veces desplaza a otras especies, invadiendo sus hábitats naturales. Queríamos hacer ver a la población que hay muchas especies que conviven con nosotros en las ciudades, en zonas verdes, en parques, en huertos urbanos… Vecinos que pasan desapercibidos como abejas, avispas, mariposas, pájaros, murciélagos y muchos otros que son fundamentales para el bienestar y el equilibrio de la ciudad”, señala Juan Ferrer, responsable de Biodiversidad de Fundación Endesa.
Concienciación y colaboración
Entre los proyectos que han visto la luz desde que arrancara esta línea de actuación, destaca la iniciativa “Buenos Vecinos". El objetivo de esta campaña de comunicación era concienciar a la población acerca de la importancia de respetar, apoyar y cuidar la biodiversidad urbana.
El papel de las universidades también está siendo fundamental. Otro de los proyectos realizados por Fundación Endesa ha contado con la participación de la Universidad Autónoma de Madrid. Su objetivo: concienciar a niños de edad escolar de Educación Infantil y Primaria sobre la biodiversidad y la importancia de cuidar el hábitat que nos rodea. “Son las edades en las que los niños absorben más la información y en las que empiezan a gestarse los ciudadanos que llegarán a ser en el futuro”, señala Ferrer.
El programa consta de dos líneas de trabajo. Por un lado, una formación de docentes mediante la cual 50 profesionales de la enseñanza recibieron capacitación en recursos didácticos de biodiversidad urbana; y, por otro, el lanzamiento de una web y un libro sobre esta importante temática.
Buitre negro.
Hora de ‘renaturalizar’
Otra de las iniciativas en marcha, en este caso, junto a la Universidad Complutense de Madrid, ha permitido a Fundación Endesa pasar a la acción en su compromiso con la protección de la biodiversidad. “El proyecto consiste en la creación de un corredor verde que una el campus de Somosaguas con el campus de Moncloa. Para ello hemos creado una serie de islas de biodiversidad que proporcionan refugio y alimentación a la fauna urbana, sobre todo, a aves e insectos polinizadores”, resume el portavoz de biodiversidad de Fundación Endesa.
Para la materialización de este proyecto se seleccionaron seis zonas del campus de Moncloa, con un total de 26 islas renaturalizadas con plantas, árboles y arbustos.
Una de las características de este trabajo es que tiene una clara mirada a largo plazo. “Hemos empezado plantando las semillas para que el proyecto vaya creciendo en el futuro”. Y es que, asegura el responsable de biodiversidad de Fundación Endesa, no nos planteamos nuestras actuaciones sobre la biodiversidad como proyectos aislados; lo que buscamos es dejar un legado de conservación y mejora del patrimonio natural para las nuevas generaciones”.
Plan estratégico
Esa ambición por generar un impacto positivo en el entorno es la que ha llevado a Fundación Endesa a dar un paso más en su compromiso con la preservación de la biodiversidad. Así ha quedado plasmado en el nuevo plan estratégico 2024-2027 de Endesa, que incluye actuaciones en materia de biodiversidad para el desarrollo de proyectos de protección y conservación de ecosistemas y especies emblemáticas en peligro de extinción.
Con ello, expone Juan Ferrer, Fundación Endesa extiende su alcance más allá de las ciudades. “Nuestra visión va ligada al cambio climático y a sus efectos en el ámbito de España. Queremos ayudar a conservar especies de fauna y flora autóctonas que se encuentran en peligro de extinción o en situación de vulnerabilidad y que podrían llegar a desaparecer”.
España es, de hecho, uno de los países con mayor biodiversidad del continente, pero también uno de los que presenta un porcentaje mayor de especies amenazadas. De las 80.000 especies registradas por el Ministerio para la Transición Ecológica, 208 se encuentran en situación de peligro de extinción y otras 137 se consideran vulnerables. Especies emblemáticas como el lince, el águila imperial, el buitre negro o el urogallo que es necesario proteger.
De las 80.000 especies registradas por el Miniesterio de Transición Ecológica, 208 se encuentran en situación de peligro de extinción y otras 137 se consideran vulnerables
Fundación Endesa prevé la colaboración varios Parques Nacionales así como con entidades referentes en biodiversidad. Así, en estos días se ha anunciado la puesta en marcha de tres proyectos concretos, el primero de ellos en colaboración con la Consejería del Medio Natural, Sostenibilidad, Seguridad y Emergencias del Cabildo Insular de Tenerifepara proteger dos especies de flora autóctonas: la violeta del Teide y el cardo de plata, ambas en el Parque Nacional del Teide. “Estas especies solo crecen en unas zonas muy localizadas del parque, y lo que se va a hacer es replantarlas en otras áreas para disminuir el riesgo de que puedan desparecer en caso incendio o helada”, expone Ferrer.
También en el Parque Nacional del Teide se realizará un inventario de cedros milenarios para su protección. “Algunos de estos árboles tienen más de 1.500 años de antigüedad. Queremos localizarlos y hacer un registro con ellos con pruebas de carbono-14 que nos den información precisa acerca de su antigüedad”, comenta el responsable.
Asimismo, con la asociación AMUS, la Fundación Endesa acometerá un proyecto para la protección del buitre negro y, con CBD-Hábitat, otro más para la conservación del lince.
Sinergias
Para Juan Ferrer, estos proyectos son solo el principio. “Es un campo de actuación bonito, pero necesita tiempo y desarrollo”. La buena noticia, añade, es que “hay muchas entidades con voluntad de trabajar para la protección de la biodiversidad, y nosotros queremos aportar y ayudar de la mejor manera que podemos y sabemos, que es acompañando y colaborando con profesionales expertos en la materia”.
Y es que la colaboración con otras entidades está en la base del trabajo de Fundación Endesa para la protección de la biodiversidad. Ferrer: “trabajamos para poner en marcha proyectos que tengan un impacto que se sostenga en el tiempo, que abran puertas. Y que las entidades vean en la Fundación una puerta a la que tocar y un posible socio dispuesto a trabajar para dejar a las siguientes generaciones un futuro mejor”.