El pasado 15 de enero, la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) emitió un comunicado advirtiendo sobre el riesgo de posibles alteraciones en el neurodesarrollo de niños tras la exposición paterna a valproato durante los meses previos a la concepción. ¿Para quién está indicado este medicamento? ¿Y por qué puede causar ese grave perjuicio?
El valproato o ácido valproico es uno de los primeros fármacos antiepilépticos comercializados en España, aunque a día de hoy también se emplea como eutimizante (estabilizador del ánimo) en pacientes con trastorno bipolar. Pertenece a una amplia familia de compuestos terapéuticos de la que también forman parte la fenitoína, la carbamazepina, las populares benzodiacepinas, la pregabalina, la gabapentina, el levetiracetam o el topiramato.
Una familia de fármacos interesante
Todos están diseñados para modificar la excitabilidad neuronal a través de diferentes vías moleculares y mecanismos de acción. Hablamos de un grupo farmacológico muy importante debido a que, además de ser eficaces frente a la epilepsia, presentan otras aplicaciones terapéuticas. Por ejemplo, la pregabalina y la gabapentina alivian el dolor neuropático, mientras que el topiramato sirve para prevenir la migraña.
El valproato se deriva de un ácido graso cuyos efectos antiepilépticos son conocidos desde los años 60. Se dispensa en diferentes presentaciones: comprimidos gastrorresistentes, comprimidos de liberación prolongada, solución oral o inyectables. Aunque existen otros fármacos antiepilépticos más nuevos y con mejor perfil de seguridad, el valproato sigue teniendo predicamento por sus beneficios en pacientes bipolares.
Esos efectos anticonvulsivantes y estabilizadores del ánimo se deben fundamentalmente al aumento de la actividad en el cerebro del neurotransmisor GABA, cuyos efectos sedantes se producen al reducir la actividad neuronal. Su eficacia posiblemente también se explica por otro mecanismo: la inhibición de canales de sodio, que también disminuye la excitabilidad neuronal en ciertas regiones del cerebro.
Graves alteraciones fetales por el valproato
Pero, como apuntábamos antes, el valproato puede producir dramáticos efectos adversos. A pesar de los años que lleva empleándose, uno de los principales fabricantes y comercializadores de medicamentos basados en este compuesto saltó a las noticias en 2022, cuando un juzgado de Madrid le condenó a pagar indemnizaciones millonarias a familias cuyas madres consumieron una de sus marcas, Depakine, durante el embarazo.
La Asociación de Víctimas por Síndrome de Ácido Valproico (Avisav) reconoce esta sentencia como pionera, ya que pone coto a un fármaco con graves efectos tras la exposición intrauterina.
La teratogenicidad es la capacidad para producir alteraciones en la estructura o función del feto, y entró en escena en el ámbito farmacológico a raíz del caso de la talidomida, en los años 50 y 60. Pues bien, el ácido valproico se considera un principio activo con alto potencial teratógeno (categoría D), con efectos tóxicos demostrados tanto en embriones animales como humanos.
Hoy se estima que aproximadamente un 10% de los hijos con exposición intrauterina al ácido valproico podrían presentar malformaciones como espina bífida, paladar hendido y alteraciones cardiacas o genitales. Y nada menos que un 30-40% serían susceptibles de sufrir anomalías en el desarrollo como retraso al caminar, dificultades en el habla, lenguaje o memoria y trastornos del espectro autista.
Los hombres también deben estar alerta
La novedad es que los efectos no se limitan a las madres gestantes. Un estudio observacional realizado en países escandinavos apunta a que alrededor de un 5% de los niños cuyos padres varones tomaban valproato también podrían presentar alteraciones en su neurodesarrollo.
Estos datos confirman los resultados de otro trabajo publicado en 2020. Los investigadores mostraban que el semen de los hombres que tomaban valproato era de menor calidad (presentaban menos espermatozoides, así como alteraciones en su movilidad y su morfología) que el de varones tratados con antiepilépticos más nuevos, como la lamotrigina o el levetiracetam.
La AEMPS recuerda que los hombres que consumen valproato deben ser conscientes de estos efectos y seguir las siguientes precauciones: informar a su médico, no donar semen, consultar con el facultativo otras alternativas si desean ser padres, usar anticonceptivos e informar si han tomado este fármaco en el momento de la concepción.
Víctor López Ramos, Profesor Titular de Farmacología, Vicedecano de Internacionalización, Facultad de Ciencias de la Salud, Académico de la Academia de Farmacia Reino de Aragón, Universidad San Jorge.
Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.