Como si fueran poblaciones humanas que salen de vacaciones a la playa, las aves de más edad salen antes hacia su destino y vuelan más despacio, mientras que los jóvenes e inmaduros salen más tarde y van a más velocidad. Esta es una de las conclusiones del estudio realizado por el equipo de Fabrizio Sergio, de la Estación Biológica de Doñana (CSIC), publicado esta semana en la revista Nature, en el que han analizado el comportamiento migratorio de los milanos negros (Milvus migrans) que viajan cada año desde el sur de España hasta el África subsahariana.
Los autores han analizado 364 vuelos migratorios de 92 milanos negros
El trabajo se basa en 30 años de observaciones y en el seguimiento con GPS desde 2007 de 364 vuelos migratorios de 92 aves con edades entre 1 y 27 años, y concluye que la eficiencia migratoria es determinante en estos animales. “Lo que hemos visto es que la manera en que estas aves son capaces de afrontar la migración tiene un efecto directo sobre la probabilidad de supervivencia y el número de descendientes que van a dejar”, explica a Next Julio Blas, coautor del estudio.
Los datos muestran que los individuos de diferentes edades usan diferentes estrategias de viaje y que estas habilidades para aprovechar los vientos o evitar las malas condiciones meteorológicas mejoran con la edad. “Los ejemplares adultos son mucho más hábiles utilizando los vientos de cola, que les impulsan para volar de una manera más eficiente”, explica Blas. “Y los juveniles se ven más afectados por los vientos laterales que los desvían hacia el este o el oeste”.
“Lo que ocurre en primavera es una carrera por ver quién llega el primero a los cuarteles de cría”, relata el investigador. “Y llegar antes, aunque solo sea unos días tiene una importancia tremenda en aves como el milano negro”. Llegar el primero, insisten los autores del trabajo, implica que eliges el mejor sitio, mientras que llegar el último significa que puede que no haya ningún territorio adecuado para criar o los que hay los son de poca calidad, con muchos depredadores, por ejemplo.
“Hay una carrera por ver quién llega el primero a los cuarteles de cría”
Los científicos han dividido a los milanos en cuatro grupos de edad, que presentan comportamientos diferenciados. Los dos primeros son los inmaduros (de 1 a 2 años) y los jóvenes adultos (de 3 a 6) que van a iniciar su primera reproducción. Estos son los dos más apurados en la carrera por llegar a Doñana desde los cuarteles de invierno, salen los últimos y, aunque vuelan más deprisa, llegan más tarde. Los adultos de edad óptima (de 7 a 11 años) son los que salen antes, vuelan con menos rodeos y crían cada año con éxito, mientras que los de 12 a 27 años se consideran ya aves senescentes que tienden a tener unas tasas de reproducción un poco más bajas. En el siguiente vídeo hay una simulación en tiempos proporcionales de la manera en que viajan los cuatro grupos (los dos de la izquierda salen mucho después):
¿Qué determina que unos individuos salgan antes que otros y sean más previsores? “Esa es la pregunta que nos queda por resolver”, asegura Blas. “Y para abordar esa cuestión quizá habría que hacerlo en los cuarteles de cría, en África”. El estudio de Fabrizio Sergio y su equipo no tiene precedentes en cuanto a cantidad de datos y seguimiento en el tiempo. Se han medido parámetros como la fecha de salida y llegada de cada individuo, los kilómetros recorridos al día, la eficiencia de la ruta o el tiempo que emplean en reponer energías durante el viaje.
Los datos migratorios pueden servir para medir el impacto de cambio climático
Mejorar la capacidad de vuelo y aprender a manejarse con los elementos aporta, por tanto, una ventaja a los individuos. El descubrimiento de que los milanos más jóvenes son mucho más vulnerables a las condiciones meteorológicas extremas hace pensar a los investigadores que la medición de estas tasas de éxito migratorio pueden servir para evaluar el impacto del cambio climático en un futuro. Si las tasas de supervivencia y reproducción de estas aves jóvenes varían en una curva de tiempo, quizá sean una señal de que algo está cambiando.
Referencia: Individual improvements and selective mortality shape lifelong migratory performance (Nature). doi:10.1038/nature13696
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