La pitón birmana (Python molurus bivittatus) es el enemigo más temible de los humedales de Florida. Se calcula que esta especie invasora se ha instalado en una extensión de 1.000 kilómetros cuadrados, incluyendo el Parque Nacional de los Everglades, donde hay unos 150.000 ejemplares que devoran a los pequeños mamíferos y causan estragos entre las aves. A su mítica capacidad de mimetizarse con el terreno y pasar desapercibidas, se suma ahora una nueva arma: son capaces de orientarse en el espacio como si tuvieran una brújula interna.
Para comprobarlo, el equipo de Shannon Pittman, de la Universidad de Missouri-Columbia, se desplazó al parque de los Everglades y capturó 12 de estas serpientes pitones, a las que colocó un localizador. A continuación, los científicos dividieron las serpientes en dos grupos. Uno de control, con seis pitones que se quedaron en su localización original, y otro grupo de seis serpientes a las que trasladaron en coche (y en el interior de contenedores de plástico sellados) a distintos puntos del parque, alejados del lugar de captura entre 21 y 36 km.
Cinco de las seis serpientes regresaron a su lugar de captura
Durante varios meses, los investigadores siguieron la señal de GPS de las doce serpientes y comprobaron que las seis a las que habían alejado del lugar de captura comenzaban una especie de camino a casa. Para su sorpresa, en un plazo de entre 3 y 10 meses, cinco de las pitones regresaron a su lugar de origen y se quedaron en un radio de 5 km de su posición de captura. ¿Cómo lo habían hecho?
En el mapa de los movimientos de las serpientes se aprecia muy bien el experimento. Cada serpiente está representada por un color, el círculo representa el lugar en que fue capturada, el triángulo el lugar donde fue liberada y el rombo la localización de su última captura, tras regresar sobre sus pasos. Incluso la serpiente azul, la única que no llegó a su punto de partida, llevaba una buena dirección hasta que decidió girar hacia el lado equivocado.
Como recuerda el divulgador Ed Yong en su blog, uno está acostumbrado a historias de perros que regresan a su hogar después de ser abandonados, pero no de serpientes. Lo que los científicos ponen encima de la mesa es algo completamente novedoso. "Presentamos pruebas", escriben, "de que las pitones birmanas son capaces de regresar a casa después de ser desplazadas en una escala que nunca había sido documentada en ninguna especie de serpiente". "Al contrario de lo que esperábamos - que las serpientes vagaran de forma aleatoria como hacen otras serpientes desplazadas a distancias similares - las pitones de este estudio se dirigieron hacia sus lugares de captura".
Las serpientes pueden estar percibiendo cambios en el campo magnético
Lo que aseguran los científicos es que las pitones disponen de un mapa de navegación y un sistema de orientación como una brújula, aunque todavía no saben explicarlo. Les resulta especialmente llamativo que sean capaces de reconstruir el camino de vuelta cuando no obtuvieron pistas visuales en el viaje en coche, pues viajaban en cajas selladas. Pittman y su equipo sospechan que las serpientes pueden haber seguido pistas olfatorias o cambios en el campo magnético de la Tierra, como hacen algunas aves. Para orientarse en el mapa, también pueden estar usando la posición de las estrellas o del sol, aunque todavía no conocen los mecanismos exactos. En cualquier caso, aseguran, es bastante probable que esta habilidad espacial haya contribuido a su éxito como especie invasora en los pantanos y, a partir de ahora, los biólogos deberán tenerlo en cuenta a la hora de afrontar el problema.
Referencia: Homing of invasive Burmese pythons in South Florida: evidence for map and compass senses in snakes (Biology Letters)
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