Un equipo internacional de investigadores, entre los que se encuentra el Grupo de Biología Evolutiva de la Facultad de Ciencias de la UNED, han identificado un nuevo cocodrilo que vivió en Argentina hace 70 millones de años y medía dos metros de longitud. Los restos ahora identificados fueron hallados en 2001 y destacan por su excepcional conservación.
El hallazgo se ha presentado este domingo en el museo Carmen Funes de Neuquén, en Argentina. El paleontólogo argentino director del museo y profesor de la Universidad de Río Negro, Rodolfo Coria, fue el encargado de dar a conocer los resultados de su investigación, en la que ha participado el profesor de la UNED Francisco Ortega Coloma, del Grupo de Biología Evolutiva de la Facultad de Ciencias de la universidad.
Ortega se encuentra actualmente en la Patagonia argentina para seguir colaborando con el equipo de Coria en el estudio de distintos yacimientos con vertebrados fósiles del norte de la zona. La actividad más frecuente, centrada en yacimientos del Cretácico Inferior de la zona de Las Lajas, en Neuquén, y más concretamente en la Formación Mulichinco en la zona del Arroyo Pilmatué, han permitido la descripción de dinosaurios tan llamativos como 'Pilmatueia', uno de los más antiguos de América del Sur.
Barrosasuchus neuquenianus
Los restos de la nueva especie presentada, a la que han denominado 'Barrosasuchus neuquenianus', fueron hallados en febrero de 2001 durante unos trabajos de campo realizados en la localidad de Sierra Barrosa, a 30 kilómetros al noreste de Plaza Huincul, provincia de Neuquén, en Argentina.
La expedición recolectó numerosos fósiles de vertebrados, incluidos huesos de dinosaurios carnívoros y herbívoros, mamíferos, y huellas de aves y otros dinosaurios pequeños en rocas del Cretácico Superior (70 millones de años de antigüedad).
Entre los descubrimientos más destacados, se encontró un ejemplar casi completo de un cocodrilo de la familia 'Peirosauridae'. Tras varios años de preparación y estudio, se ha podido identificar la nueva especie de cocodrilo y de la que se sabe que, en vida, podría haber medido dos metros de longitud. Los restos, excepcionalmente bien conservados (tan solo falta la cola), han convertido al nuevo cocodrilo en el peirosáurido más completo de Argentina, representando un elemento clave para el estudio de las relaciones de parentesco dentro del grupo.
Según indica Francisco Ortega, además del profesor Coria y del doctor Philip J. Currie de la Universidad de Alberta, en Canadá, en este trabajo se ha involucrado también la doctora Andrea Arcucci, de la Universidad argentina de San Luis, con la que mantiene proyectos para el estudio de los cocodrilos tanto en España como en América del Sur, y con la que están estudiando en este momento la fauna de cocodrilos primitivos del terciario de Salamanca.
"Por otra parte, el doctor Coria ha dirigido durante muchos años el proyecto de estudio de una de las áreas de nidificación de dinosaurios más importante de las que se conocen en el mundo: los yacimientos del Cretácico Superior de Auca Mahuevo en Patagonia, por lo que está incorporado también a nuestros proyectos en los yacimientos con saurópodos de Lo Hueco (Cuenca) y el área de nidificación de dinosaurios en Poyos (Guadalajara)", ha añadido el profesor Ortega.