La historia de la evolución del cuello de las jirafas es un clásico en biología. Sin embargo, un trabajo que se publica este jueves en la revista Science aporta nuevas pruebas que pueden cambiar lo que se explica en los libros de texto: el factor clave para que generación tras generación se fueran reproduciendo los animales con cuellos más largos y seleccionado este rasgo no es el que pensábamos hasta ahora.
En el nuevo trabajo, Shi-Qi Wang y su equipo presentan un detallado análisis de los fósiles únicos de la cabeza y el cuello de los antepasados más antiguos de la jirafa y aseguran que su forma (una especie de casco con forma de disco o de boina y una serie de articulaciones de la cabeza y el cuello altamente complejas) sugiere una explicación alternativa para la evolución de los cuellos largos de las jirafas modernas: las jirafas requerían estos refuerzos para el combate a golpes de cabeza.
Según los autores, estas pruebas fósiles indican que las primeras jirafas usaban sus cuellos y cabezas para competir por sus parejas, lo que habría sido un motor de la selección natural mayor que el hecho de conseguir alimento en ramas más altas, que er ala explicación canónica hasta ahora.
La explicación clásica
El característico cuello largo de la jirafa moderna, el animal terrestre más alto y el rumiante más grande de la Tierra, se ha considerado durante mucho tiempo un ejemplo clásico de evolución adaptativa y selección natural desde que Charles Darwin escribió por primera vez los conceptos.
Esta antigua especie de jirafoide tenía una estructura de protección en la cabeza en forma de casco
Se cree comúnmente que la competencia por la comida impulsó el alargamiento del cuello y permitió que las jirafas buscaran hojas de las copas de los árboles en los bosques de la sabana africana que estaban fuera del alcance de otras especies de rumiantes.
"Cuellos por sexo”
Sin embargo, otros han argumentado una hipótesis de "cuellos por sexo", lo que sugiere que la selección sexual impulsada por la competencia entre machos también puede haber contribuido a la evolución del cuello. Según Shi-Qi Wang y sus colegas, los fósiles de antiguas especies de jirafas pueden ayudar a aclarar estos mecanismos evolutivos.
En el nuevo estudio los investigadores reportan y describen una nueva especie de jirafoide del Mioceno, Discokeryx xiezhi. Los fósiles, que datan de hace aproximadamente 17 millones de años, indican que esta antigua especie de jirafoide tenía una estructura de protección en la cabeza en forma de casco y articulaciones de cabeza y cuello particularmente complejas.
Feroces cabezazos
Según indican los autores, estas características morfológicas peculiares muestran una adaptación para el comportamiento feroz de cabezazos. De hecho, los investigadores sugieren que D. xiezhi pudo haber poseído la adaptación de cabeza y cuello más optimizada hasta ahora identificada en la evolución de los vertebrados.
Además, los datos de isótopos del esmalte dental de estos fósiles sugieren que la especie probablemente también llenó un nicho ecológico específico en el ecosistema que no está disponible para otros herbívoros contemporáneos.
Los resultados sugieren que la evolución temprana de los jirafas es más compleja de lo que se sabía anteriormente
En total, los autores del nuevo trabajo sugieren que la evolución temprana de los jirafas es más compleja de lo que se sabía anteriormente, donde, además de la competencia por la comida, el combate sexual probablemente desempeñó un papel importante en la formación de los cuellos largos y especialmente adaptados del grupo.
Referencia: Sexual selection promotes giraffoid head-neck evolution and ecological adaptation (Science) DOI 10.1126/science.abl8316
Titiritero
Yo no veo la relación entre darse cabezazos y que el cuello crezca. Y desde luego, leyendo este artículo no me voy a enterar...