Lo que ha encontrado el equipo de Marta Mirazón Lahr a orillas del lago Turkana, en Kenia, es especialmente valioso porque las pruebas de enfrentamientos entre cazadores recolectores prehistóricos son extremadamente raras. La paleontóloga y su equipo identificaron los restos de hasta 27 individuos en el yacimiento de Nataruk, con una antigüedad de entre 9.500 y 10.500 años, en distintos grados de conservación pero sin signos de un enterramiento deliberado.
Diez de ellos presentan señales de cortes violentos en la cabeza o el cuello
La atención de los investigadores se ha centrado en un grupo de doce esqueletos articulados que parecen pertenecer a la misma época y de los cuales diez presentan señales de lesiones traumáticas, como cortes violentos en la cabeza o el cuello (asociados con heridas por flecha) y otros dos presentan sus manos en posición de haber sido maniatados antes de morir.
En un trabajo publicado este jueves en la revista Nature, Mirazón y su equipo describen el hallazgo y especulan sobre lo que pudo ocurrir a orillas de este lago hace 10.000 años. La presencia de objetos punzantes junto a los cuerpos les hace pensar que se trató de un enfrentamiento entre dos grupos, quizá por los recursos o el territorio, aunque también cabe la posibilidad, admiten, de que se tratara de la típica respuesta antagonista en el encuentro entre dos grupos. Para conocer más de lo que pasó aquel día aún tendrán que recopilar más pruebas.
Referencia: Inter-group violence among early Holocene hunter-gatherers of West Turkana, Kenya (Nature) DOI 10.1038/nature16477