Ciencia

Juan Luis Arsuaga: "La cultura modeló nuestra cara"

La evolución de la cara humana es uno de los aspectos más interesantes de la paleobiología y sobre la que menos datos se tienen. Una reunión de expertos en Madrid intenta poner en común el conocimiento sobre por qué los seres humanos tenemos un rostro tan especial.

  • Juan Luis Arsuaga sobre el simposio sobre la evolución de la cara

La Fundación Ramón Areces ha acogido este martes un simposio internacional en el que expertos de centros de investigación y universidades de España, Estados Unidos, Alemania, Reino Unido e Israel han puesto en común sus trabajos sobre cómo ha evolucionado la cara humana desde hace 100.000 años. Charlamos con Juan Luis Arsuaga, director de los yacimientos de Atapuerca, catedrático de Paleontología de la Universidad Complutense de Madrid y coordinador de la jornada.

¿Cuál es el espíritu de esta reunión sobre caras?

Es un simposio de evolución humana sobre la parte del cuerpo que peor se conoce, porque es la que peor se conserva. La cara es la parte más frágil, hay pocas caras en la evolución humana y, sin embargo, es muy importante. 

¿Por qué la cara humana es una rareza evolutiva?

La evolución humana es tan larga que cada etapa tiene su historia. La cara ha cambiado y se ha adaptado mucho a los diferentes nichos ecológicos. Hay caras muy robustas, con dientes enormes, caras muy proyectadas... La cara de los neandertales es una cara muy especial y la del Homo sapiens también, da mucho juego este tipo de investigación porque la cara es donde residen los sentidos, donde está la masticación y los dientes, y se sacan muchas enseñanzas.

La cara es distinta en nuestra especie porque hemos desarrollado la comunicación social"

¿Lo que nos diferencia de otros animales es que nuestro rostro es más plano, con menos hocico?

No es tan importante lo del hocico. Nuestra cara es más vertical, sí, eso es verdad. Pero la diferencia no está en lo que se proyecta. Hay una diferencia más importante, entre caras grandes y caras planas que no tienen relieves, que no están modeladas. Si pensamos en el trabajo de un escultor modelando la arcilla, tenemos caras con una topografía, un relieve... Eso es lo propio del Homo sapiens. Las otras caras tienen más hueso, son más grandes, más masivas y yo las describo como "caretas", entre comillas.

¿Qué información nos da la cara de Homo sapiens sobre su dieta o su tipo de vida?

Nuestra cara es diferente de cualquier otra, no solo en el resultado final, sino en cómo va siendo a lo largo del crecimiento. Es como si nuestro escultor trabajara de otra forma (es una metáfora). La pregunta que yo lanzo es: nuestra cara, ¿por qué es distinta y para qué está adaptada? Y entonces yo presento la idea a contrastar y discutir de que nuestra cara, aparte de para masticar, también cumple una función que es la de la comunicación. Es decir, es distinta porque en nuestra especie la comunicación social se ha desarrollado más que en otras.

¿O sea que la comunicación cambió nuestra cara?

Es interesante ver que en los últimos miles de años ha habido cambios significativos en la cara y que tienen que ver con interacciones con la cultura, es decir, al aparecer por ejemplo determinados tipo de alimentos, o la preparación, eso ha influido. La preparación y la cocción del alimento hacen que en algunas poblaciones como las occidentales la dentición no se complete siempre. Es un ejemplo de cómo la cultura ha modelado nuestra anatomía, nuestra biología. Es muy probable que las caras pequeñas de los europeos y los orientales, de los mongoloides, tenga que ver con lo que en los últimos diez mil años venimos haciendo de preparación del alimento y consumo de vegetales blandos, con una cara y una dentición reducidas.

La cultura ha modelado nuestra anatomía, nuestra biología"

Algunos expertos también dicen que nuestro rostro es único por su inmadurez.

En el sentido de pequeño, sí. Es un rostro más pequeño que el de un chimpancé, pero esto nos lleva un poquito lejos. Los chimpancés cuando son jóvenes tienen un cráneo más globoso, y los hace más parecido al adulto humano. Eso ha llevado a postular que en nuestra evolución ha habido procesos en que el desarrollo se ha detenido y por eso tenemos un aspecto infantil. Es una idea interesante.

El otro día tuvo mucho eco en redes un comentario que decía que los humanos tenemos anatomía de vegetarianos.

Para empezar, tenemos un tubo digestivo que no es vegetariano. La longitud del tubo digestivo es la expresión de la cantidad de fibras vegetales que se consumen. En el debate entre los que defienden la alimentación basada en exclusivamente vegetales no hay argumentos evolutivos que lo apoyen. No tenemos la dentadura de un depredador como un lobo, pero en nosotros esas capacidades no hay que verlas en los huesos, hay que verlas en los utensilios de piedra. Tampoco tenemos alas, pero tenemos aviones. Lo hacemos con la tecnología.

¿En la cara hay algún rasgo que nos dé pistas sobre esto?

Bueno, tenemos todo el registro fósil, venimos consumiendo otros animales desde hace dos millones de años, hay una evidencia arqueológica de eso. Ahora uno puede tomar las opciones que le parezcan a la hora de alimentarse, pero hay que dejar en paz a la historia.

¿Y hacia dónde va nuestra cara? ¿Se puede predecir cómo evolucionará?

Ahora estamos en un momento único de la historia en que nuestra especie tiene el control de su propia evolución. Y la pregunta de cómo vamos a ser casi cambia de sentido porque dependerá de nosotros. Podría contestarte a esa pregunta si fueran las fuerzas de la naturaleza, pero somos nosotros los que tenemos la capacidad.

Cada vez los guapos de moda tienen rasgos más infantiles, si la selección sexual los favorece, ¿tendremos cara de niños en el futuro?

Así es como funciona la selección natural, pero en la práctica no ocurre en occidente. En la naturaleza los individuos que tienen determinadas características tienen más hijos que los demás, y eso no ocurre. Tienen más éxito los 'guapos', como tú dices, pero no contribuyen con más genes a la siguiente generación. De todos nosotros, de la humanidad factual, lo que quedará dentro de cien años serán genes. Dentro de mil años algunos aportaremos más genes y otros menos, así es como funciona. En el supuesto de que determinadas características favorecieran el éxito reproductor, su genética perduraría más.

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