Las huellas dactilares llevan mucho tiempo sirviendo como marca de identificación personal en ámbitos como las investigaciones criminales, los documentos oficiales o el historial médico; gracias, en parte, a su singularidad. Un factor indiscutible hasta la fecha. Un estudio reciente ha corroborado estadísticamente algo que, en parte, ya se conocía, pero no en esa medida: las huellas dactilares de un mismo individuo son mucho más parecidas de lo que se pensaba.
Anatómicamente, las huella dactilar es la estructura formada en la yema de los dedos por las crestas papilares (las glándulas de secreción de sudor situadas en la dermis). Por lo general, estas configuraciones se definen a partir de la décimo novena semana de gestación y permanecen inalteradas toda la vida. Por esta razón, el dibujo de las huellas dactilares ha dado lugar a la dactiloscopia, el sistema científico de identificación mediante la comparación de las huellas digitales, que la ciencia forense caracterizó como únicas.
Es por ello también que la ciencia encargada de estudiar estas estructuras contempla una fiabilidad impoluta prácticamente que le ha convertido, a su vez, en uno de los métodos más utilizados a nivel mundial para establecer fehacientemente la identidad de un ser humano, llegándose a afirmar que carece de margen de error, considerado por muchos expertos como la prueba más fidedigna, por encima incluso del ADN o de la carta dental, entre otros muchos.
Sin embargo un estudio pone en duda la veracidad arraigada de la medicina forense que defiende que las huellas dactilares son estructuras únicas y singulares. Es decir, a partir de ahora se podría llegar a demostrar que cada dactilograma tiene una o más parejas, pero para ello será necesaria una validación mucho más minuciosa y pormenorizada mediante el análisis de un repositorio más amplio.
La IA manifiesta la similitud entre huellas dactilares de un mismo individuo
La investigación ha sido llevada a cabo por diferentes ingenieros de las universidades estadounidenses de Columbia y Búfalo, con Gabe Guo, estudiante de ingeniería de la primera mencionada, al mando. Publicado, por otro lado, en Science Advances, dicho estudio se ha encargado del análisis de diferentes características de las huellas dactilares que hasta la fecha no se tenían en cuenta, mediante un modelo llamado 'red contrastiva profunda', empleado habitualmente para tareas específicas y complejas, como el reconocimiento facial.
Tras acceder a una base de datos pública, con una muestra de 60.000 huellas dactilares (algunas de la misma persona y otras de individuos diferentes), los científicos establecen con un 99,99% de fiabilidad que las estructuras de dos dedos cualesquiera de la misma persona se asemejan más de lo que se conocía hasta hoy.
Con la ayuda de la inteligencia artificial, el estudio apunta haber extraído vectores de representación de huellas dactilares de más de 500.000 imágenes, utilizando redes neuronales profundas. Este descubrimiento, que se basa en la orientación de las crestas cerca del centro de las huellas, tiene el potencia de cambiar el enfoque en diferente ámbitos, como la resolución de crímenes o en la eficacia de las técnicas de autenticación digital, entre otras muchas labores.
Pese a todo ello, algunos expertos como Christophe Champod, profesor de Ciencias Forenses en la Escuela de Justicia Penal de la Universidad de Lausana, han mostrado un lado crítico con el reciente estudio, apuntando que "el argumento de que las huellas de un mismo individuo están en cierto modo correlacionadas se conoce desde los inicios de la dactiloscopia, cuando se había manualmente; y se ha documentado durante años". No obstante, Guo confía en las posibilidades de su potencial hallazgo: "Esto no solo atrapará a más delincuentes, también permitirá que muchas personas inocentes no tengan que seguir siendo investigadas innecesariamente", afirma.
