Ciencia

Los leones de Tsavo devoraron decenas de humanos porque estaban blanditos

Un nuevo análisis de sus cráneos indica que sus problemas dentales pudieron ser la clave para que estos animales completaran su dieta con trabajadores del ferrocarril en Kenia, y no la escasez de presas como se creía hasta ahora. Su dentadura es muy similar a la que presentan los ejemplares recluidos en zoos que comen dieta blanda.

Entre marzo y diciembre de 1898 una pareja de leones mataron y devoraron a más de treinta trabajadores de las obras de construcción de un puente ferroviario sobre el río Tsavo, en Kenia. Su historia ha dado lugar a varios libros y hasta tres películas en las que los llamados “devoradores de hombres de Tsavo” aparecen como demonios sedientos de carne humana que atrapaban en plena noche a los trabajadores indios en sus tiendas de campaña y se los llevaban para devorarlos. Un examen reciente de los restos de ambos animales que se conservan el Museo Field indican que el número de víctimas estuvo en torno a 35 y no a 135 como exageraron algunas crónicas de la época, pero sobre lo que sigue habiendo ciertas dudas es sobre el motivo que les llevó a aficionarse a la carne humana.

En un trabajo publicado en la revista Scientific Reports, la investigadora Larisa DeSantis y su equipo ofrecen una nueva perspectiva para entender lo sucedido. Y lo hacen a partir del análisis de las dentaduras de ambos animales, que les lleva a descartar que fuera la escasez de presas en la zona producida por la sequía lo que les convertido en asesinos. “Nuestros resultados”, explica DeSantis, “sugieren que depredar a personas no fue el último recurso de los leones, sino que más bien fue la solución más sencilla al problema al que se enfrentaban”.

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¿Y cuál era el problema que les atenazaba? Pues según sus resultados, la existencia de varias infecciones dentales que les produjeron fuertes dolores y la rotura del canino inferior derecho en el más voraz de los dos hermanos. Esto habría provocado que la caza de sus presas habituales les resultara más difícil y que optaran por los humanos relativamente más blanditos. De hecho, en el análisis microscópico los autores del studio encontraron grandes similitudes con el tipo de dentición que presentan los leones que viven hoy en día en zoos, que se alimentan de carne más blanda y no tienen que aplastar huesos con frecuencia, como ocurre en la naturaleza.

Los humanos eran simplemente presas más lentas y fáciles de atrapar que los búfalos o cebras

Para descartar que fuera la escasez de alimentos la que les llevara a atacara a los humanos, los científicos también argumentan que los dientes de ambos leones no presentan las características estrías de los carroñeros, como las que tienen hienas, lo que indicaría que no tuvieron que andar buscando entre los despojos de otros animales. El análisis de otro león de Zambia, que devoró a seis personas en el poblado de Mfuwe en 1991, arroja resultados similares. Las pruebas indican también que el león menos afectado por los problemas dentales consumió más cebras y búfalos que su hermano, al que se atribuyen el doble de muertes, y a que ambos solo se comían las partes blandas de las víctimas, dejando a un lado los huesos más duros.

Para De Santis y su equipo, lo que ocurrido fue que los humanos eran simplemente presas más lentas y fáciles de atrapar que los búfalos o cebras de la zona, y una vez que descubrieron que podría ser una fuente extra de alimentación, los leones de Tsavo se aficionaron. “Los leones utilizan normalmente sus mandíbulas para atrapar a presas como cebras y búfalos y asfixiarlos”, explica Bruce Patterson, coautor del artículo y comisario del museo Field donde se albergan los restos de los leones analizados. “Para estos leones habría sido un desafío derribar y matar a presas grandes que se revolvieran; los humanos son mucho mas fáciles de atrapar”.

Referencia: Dietary behavior of man-eating lions as revealed by dental microwear textures (Scientific Reports)

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