Cuando le medicación deja de ser suficiente para frenar los síntomas del párkinson, los pacientes tienen como alternativa la operación de implante de electrodos en el núcleo subtalámico, una región profunda del cerebro cuya estimulación electriza controlada sirve para frenar tanto la rigidez como los temblores. Pero la cirugía no sirve para todos los casos, ya que algunos pacientes tienen una edad demasiado avanzada para someterse a una operación a cerebro abierto, de manera que se quedan sin alternativa.
Se trata de un procedimiento no invasivo que focaliza los ultrasonidos en un punto del cerebro
Para tratar estos casos especiales de párkinson y los pacientes aquejados de temblor esencial, la Clínica Universidad de Navarra ha incorporado el modelo más avanzado de equipamiento HIFU (High Intensity Focused Ultrasound) para tratar a pacientes con temblor incapacitante. Se trata de la tecnología de ultrasonido focal de alta intensidad, HIFU (de su nombre en inglés High-Intensity Focused Ultrasound) guiado por resonancia magnética, un procedimiento no invasivo que focaliza los ultrasonidos en un punto del cerebro. De este modo, como si se tratase de una lupa en la que convergen los rayos del sol, consigue concentrar el calor de centenares de haces de ultrasonidos en el objetivo o diana: el grupo de neuronas comprometidas en el temblor.
Procedimiento no invasivo
El procedimiento se realiza con el paciente despierto situado dentro de la resonancia magnética. Este equipo permite “localizar la lesión y visualizar el efecto del HIFU en la diana, además de realizar una evaluación neurológica del paciente durante la aplicación del tratamiento, observando la mejoría del temblor in situ”, explica el Dr. Jorge Guridi, director del Departamento de Neurocirugía de la Clínica.
El paciente con temblor es evaluado en consulta por un neurólogo experto en trastornos del movimiento y, en caso de que sea candidato a este procedimiento, por el neurocirujano. En este caso, los especialistas pedirán una resonancia magnética (RM) y un TAC del paciente, pruebas con las que valorarán su indicación para la aplicación de HIFU.
Los ultrasonidos aumentan la temperatura hasta 60ºC para conseguir lesionar la zona origen del temblor
La intervención comenzará entonces con la colocación, en la cabeza del paciente, de un marco de estereotaxia, técnica utilizada en neurocirugía para la localización del punto “diana” donde el neurocirujano va a actuar. “En ese punto exacto deberán incidir los haces de ultrasonidos de alta frecuencia”, explica el doctor Guridi. Si al calentar la zona a esta temperatura desaparece el temblor en el paciente “el neurocirujano corrobora que esa es la diana quirúrgica”. A partir de ahí el especialista aumenta la temperatura de los ultrasonidos de alta frecuencia, aplicando mayor número de sonicaciones (lanzamientos de haces de ondas de ultrasonidos) en ese punto. La temperatura que alcanzarán los ultrasonidos se elevará hasta 60ºC para conseguir lesionar la zona origen del temblor, de manera que el temblor desaparece. “Es un procedimiento de máxima precisión y no invasivo”, destaca el especialista.
Otros tratamientos
Hasta ahora el tratamiento de elección para los pacientes con temblor es la cirugía de estimulación profunda, mediante la colocación de electrodos en el cerebro, en el mismo punto donde se aplica el tratamiento mediante HIFU. Los electrodos son alimentados por baterías situadas, de forma subcutánea, en la región supraclavicular o en el abdomen del paciente. Se trata de una intervención quirúrgica abierta que sigue estando indicada para pacientes con determinadas características.
Con la aplicación de la tecnología HIFU, subraya el Dr. Guridi, “se produce un cambio fundamental porque el tratamiento no pasa por la cirugía abierta y además se puede realizar en pacientes que no son candidatos quirúrgicos debido a su edad u otros motivos”.