Opel ha actualizado en profundidad el Insignia, su berlina de representación que saldrá a la venta a finales de año con un diseño exterior ligeramente modificado, un interior completamente nuevo y con la adopción de una nueva gama de motores que incluye los últimos desarrollos tanto en Diesel como en gasolina. También se ha aprovechado para ajustar las especificaciones del chasis en busca de una mejora en el confort y la calidad de rodadura.
Más de 580.000 unidades vendidas han hecho que la renovación del Insignia no suponga una ruptura total dado el éxito logrado, sino una mejora sobre la base del modelo conocido que le permita refrescar su imagen, ofrecer un interior más actual y contar con una oferta de motores más eficientes.
En el frontal son nuevos el paragolpes, los faros antiniebla y la parrilla, ahora ligeramente más grande, mientras que detrás, paragolpes y pilotos reciben diseño diferente, estos últimos con tecnología led para las funciones de posición y freno.
Más profunda es la renovación interior, con una consola central de nuevo diseño que incorpora una pantalla táctil de mayores dimensiones y un cuadro de instrumentos que adopta nuevas grafías para la mucha información que proporciona. Se ha simplificado además los botones de manejo de diferentes funciones para hacerlo más intuitivo y sencillo. La nueva generación de información y entretenimiento puede ser controlada en la pantalla táctil de 8 pulgadas. Además, se puede controlar todo ello también por comandos de voz.
El chasis del nuevo Insignia ha sido optimizado en busca de una reducción del nivel sonoro y un mejor comportamiento ante las vibraciones para un mayor confort de marcha. También adopta la última generación de motores de la marca, tanto Diesel como gasolina, destacando por sus bajos consumos el nuevo 2.0 CDTI de 120 y 140 CV, homologando en ambos un consumo de sólo 3,7 l/100 km y un nivel de emisiones de CO2 de apenas 99 g/km.
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