Cultura

¿Qué entrenador del Madrid forma parte de la colección del Guggenheim de Nueva York? Quién sino Zizou

En el año 2010, el británico Douglas Gordon y el francés Philipe Parreno decidieron elevar -todavía más- el fútbol de Zizou a la categoría de pieza de colección. Lo hicieron en Zidane, a 21st Century Portrait (2006).

  • Un fotograma de 'Zidane, a 21st century portrait'

Hace ya diez años de aquello, pero la ocasión merece volver sobre el tema. Muchas cosas distinguen a Zinedine Zidane del resto de entrenadores que han pasado por el banquillo del Real Madrid en los últimos diez años. Pero una en particular sobresale por encima del resto: Zizou es una obra de arte. Dentro y fuera del campo.

En el año 2010 Douglas Gordon y Philipe Parreno decidieron elevar –todavía más- el fútbol de Zizou a la categoría de pieza de colección. Lo hicieron en Zidane, a 21st Century Portrait (2006)

El británico Douglas Gordon y el francés Philipe Parreno lo vieron clarísimo. Por eso decidieron elevar -todavía más- el fútbol de Zizou a la categoría de pieza de colección -como si no lo hubiese sido ya su mítico gol en la final Real Madrid-Bayer Leverkusen-. Lo hicieron en Zidane, a 21st Century Portrait (2006). Este vídeo a color fue realizado por Gordon y Parreno el 24 de abril de 2005 en un encuentro entre el Real Madrid y el Villarreal en el estadio Santiago Bernabéu. El documental, que dura en total 90 minutos -el tiempo de juego-, tiene como particularidad el hecho de que en él sólo interviene, desde distintos puntos de vista, Zinedine Zidane.

Para llevar a cabo este proyecto, Gordon y Parreno echaron mano de 17 cámaras digitales de 70-2.100 mm enfocadas sólo sobre el futbolista. La precisión nos acerca a detalles específicos: las botas del astro, una banda en su muñeca, los poros abiertos de su rostro. Todo en el vídeo nos empuja al dorsal cinco, al galáctico, que parece flotar en el eco de la muchedumbre y el sonido de su propia respiración.

https://youtube.com/watch?v=IJNPDlzF4Wg

Zindane, a 21st Century Portrait fue presentada en el 59 Festival de Cannes, también en la Feria Art Basel y sobre ella se escribieron muchos ensayos, entre ellos The job changes you, de Tim Griffin, editor de Art Forum, quien se planteaba el debate del retrato como aquello que fija a un personaje en su oficio. Es cierto que algo del héroe de masas respira en esta pieza. Sin embargo lo hace mucho más el perfil del hombre laborioso; aquel que ejecuta una acción y fija su identidad en ese quehacer. La obra generó tal impacto, que fue adquirida por el Museo Guggenheim de Nueva York, que ha incorporado el vídeo a su colección permanente.

La obra generó tal impacto, que fue adquirida por el Museo Guggenheim de Nueva York, que ha incorporado el vídeo a su colección permanente

En el campo de fútbol es posible retratar a un hombre que está a la vez solo y rodeado, como dijo Juan Villoro en el Once de la tribu (Villoro dixit). Sin embargo, en la pieza de Gordon y Parreno hay mucho del retrato del artesano, del hacedor o el campesino de los siglos XVII o XVIII sólo que en una versión traducida al siglo XXI: un hombre de pantalón corto –admirado por 80.000 espectadores- aprisionado en 17 visiones simultáneas de sí mismo. Deliberadamente, los videoartistas silenciaron a la juventud, sepultándola tras una banda sonora en la que uno puede ver al argelino flotando –abstraído- con un fondo musical de Mogwai.

Gordon, el videoartista británico, ganador del Premio Turner (1996), la Bienal de Venecia (1997) y Hugo Boss (1998) dijo en su momento que ésta no era "una película sobre el fútbol, es un retrato de un hombre trabajando". De hecho, poco antes de llevar a cabo la filmación, Gordon y Parreno se fueron al Museo del Prado para conseguir justamente en Velázquez y Goya los referentes que buscaban. En España, el vídeo se presentó en el Musac. Como ocurre en la televisión, en el quehacer del pensamiento y la percepción audiovisual, el campo es el lugar de las representaciones simultáneas. Ocurre todo a la vez, la victoria, la derrota, la acción de 22 jugadores, la grada e incluso la propia e íntima soledad de un hombre retratado por 17 cámaras. El retrato de un hombre que trabaja.

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